Quantcast
Channel: Revista Cinosargo
Viewing all 333 articles
Browse latest View live

Poemas de Walter Godoy

$
0
0



Diversidad de creador


Diversidad de creador
Astucia de creador
Curador de creador
Criador de curador

Criadores de curador de creador
en heladera encendida de creador

Muchedumbre de creador
Lumbre de creador
Sastre de creador
Rumbo de creador
Moneda de cambio de creador

Ausencia de creador
Creador con C mayúscula
C mayúscula de teclado
Teclado de creador

Creador en alza
Creador de minorías
Creador de dispositivos tibios
Creador de tablas y piedras
Creador de software y plumas
Creador "mal"...

Creador control G
Creador onda un gato escribiendo poemas
Coloreador de creador
Asepsia de creador
Aspirina de creador
Espirulina en la rosca de creador
Roquilla de creador
Copia de creador
Goterito de fotoshop de creador

Trapo rejilla de creador
Enumerador de acrobacia
en semáforo en rojo de creador
Muñeca cansada de creador
Muñeca inflada de creador

Homenaje a creador y puesta en valor del creador
Afiche y raspaje inminente de creador

Gargajo de creador
Al ojo punk al ojo piñoso punk
Al ojo ruidoso punk
Al ojo roñoso punk
Al ojo ruinoso punk
Al ojo riñoso punk
Al ojo hepático punk
Meloso hepático punk
de lo gargajeado de creador

Cielo rojo
de creador
Manos verdes de creador
Apunte de creador
Muertos de creador
Golpes de creador
Revoleo de libreta de creador
Ya sin mayúscula de creador
Sentido del humor de creador





Vendedor de tamagotchis



Huevo de oro en la pantallita monocroma
Compro-vendo tamagotchis en buen estado
No fake. Digo más:
Tamagotchi se arma de los términos japoneses
tamago (huevo) y tomodachi (amigo)
A los tamagotchis el éxito les llegó a partir del 99
cuando entró a Estados Unidos de contrabando
Se vendieron más 79 millones
Sólo 20 millones en Japón ¿Y vos no vas a tener uno?
Dado
que en Japón hay poco espacio
es difícil tener una mascota real
De las que corren y cagan
materia y huelen mal
Para detener este flagelo
A Aki Maita
se le encendió el farol y dijo
los japoneses están frustrados
los japoneses necesitan mascotas
los japonenes tendrán
una mascota virtual
Mi vida dio un giro real
cuando conseguí el éxito
vendiendo mascotas virtuales por Internet:
Ahora viajo a Japón todos los años
y tengo la versión actual del Tamagotchi
Y a los niños
que se asustan con la muerte
de su mascota virtual
les digo
No importa
si cuando muere
aparece un fantasma y una lápida
en la versión japonesa
Un ángel o un OVNI en la versión británica

Una mascota virtual no muere
como en todas las ficciones de animé o manga
el que muere resucita
es traído de la muerte
reseteado
por medio de poderes mágicos
o comienza una vida divertida en el Más Allá
No niños
compren tranquilos
Jueguen en paz
Los tamagotchis mueren
pero se reinician
Los únicos que conoceremos
la muerte real seremos nosotros
y en nuestros cementerios cada vez más pequeños
habrá pantallitas virtuales
con nuestras caras pixeleadas
y lloraremos si pasa mucho tiempo
y nadie nos juega o deja una flor





Éccole


La E. Coli será la encargada de almacenar
toda la vida humana

Un artículo publicado en la revista científica Nature
describe cómo un grupo de científicos de Harvard
logró exitosamente implantar
una serie de imágenes animadas de animales
en el genoma de una bacteria E. Coli

Los científicos grabaron el GIF
en la bacteria viva
en forma de 5 cuadros
o imágenes de 32x26 pixeles
traduciendo cada pixel individual de las imágenes
en nucleótidos
las piezas que componen el ADN

La E. Coli
que tanto ha hecho cagar a los humanos
pronto será reciclada
 y volverá
 en forma de arca de Noé





Jesús me pide drogas


ni bien enrolo
y me dispongo a engullirme
un porro
ahí lo veo

con sus ojitos
de perrito tuerto
bien pegado a mí
Jesús, implora una seca

una vez me pidió
que le armara un porro
todo para él

incluso lo he visto llegar
con la mitad del ladrillo
y el transa

la otra vez vino
con su hijo idiota
Dios
cuando regaba
mi jardín del Edén

este poema será mal traducido
y la marihuana tendrá
tantos nombres
locales y universales
que parecerá
que hablamos de una droga divina
bajada de una nave

¡oh lira de la justicia!
por qué no haces que Jesús se vuelva
al Más Allá
al cálculo renal del Infierno que mejor le quepa
y se lleve encima a su hijo down
Dios

¿en serio te vas a clavar una pepa
sin darme un mísero cuartito?
dice Jesús y se pasa


preferiría
que fuese una alucinación
para darme aire místico
pero no, es él, con su ropaje de indio

su aparición sería más útil
en forma de esténcil
en algún corte vacuno
en la cara del portero robot
incluso
en forma de aplicación para el celu

¿para qué tanta transparencia? le digo
su hijo idiota muerto Dios lo mira
con la sinestesia de su rostro
y Jesús,
engullendo pastas del botiquín
abre la boca y suelta silencio

el cuerpo está ensangrentado
el gesto en la mano está ensangrentado
cien granjas y mil panaderías
me sacan a Jesús de encima

mi chica es una computadora
dice
la naturaleza es mi perra
ladra
y me retiro
porque la confianza de su risa
me quema

la otra vez
en medio del pasillo
hacía ademanes con las dos manos
invitándome a la droga
de nuevo y le digo
tengo que estudiar
el mapa catastral de mi desastre

berraco me dice
berraco y tira
sal en el desierto

¿a dónde iremos
Jesùs
con tu insistencia?
lo del monte Hermón
no te bastó?
lo del cuerpo glorificado
no te bastó?
lo de ser un líder
que multiplica los drones
no te bastó?

sigo traumado por los latigazos
dice
y mira sus zapatos italianos

y
mira la hora
vacía
y mira la copa
vacía
y sin remedio
marcha

yo
rolo mi porro sin atender
tales cancionetas y escucho
una mano aporreando un redoblante
mientras que
las ventanas cruzadas por el viento
dejan pasar
voces
inauditas





Walter Godoy nació en julio de 1984 en Morón, provincia de Buenos Aires, Argentina. Editó Cómo Matar al Papa en 3 días (2015 Sub Poesía, Bs. As. Arg -2018 Rama Dorada, Bs. As. Arg), Luchemos por la Ida (Milena Cacerola, Bs. As. Arg. 2016) Cazador de Pokemones (2017, Artexto-Capuchas, Bs. As. Arg ; Cartonerita Niña Bonita, Zaragoza, España) Daimon (Premio Nuevo sudaca border 2017, Eloísa cartonera, Bs. As. Arg.) MOTOCHORRO (2018 Rama Dorada, Bs. As. Arg) Intrusas Electrónicas (Mantra ediciones, Nuevo León, México 2018) 



Poemas de César Eduardo Carrión

$
0
0


Primera didascalia



¿Dónde fuiste a buscar las palabras cuando eras un niño?

Ignorabas los sonidos que la abuela medio loca recitaba en la ventana,

mirando el jardín y la huerta que habías ayudado a sembrar.

Era un cielo tumultuoso aquella tarde en que pudiste violentar la cerradura.

De un bocado tragaste la flor de los sueños sangrientos.

El veneno no cedió ni con melaza que te dieron de beber.

¡Maldito antídoto!

Pero tu vómito corrió los picaportes del dilema:

Balbuceabas.



Las palabras no han llegado todavía. En verdad, nunca han venido:

Has tenido que arrancarlas de raíz.

La hierba mala en infusión no llegaría a ser más dulce y adictiva.



Han derruido aquella casa de tu infancia.

En su lugar han construido una botica

y una cantina. En la primera has comprado

aspirinas y condones muchas veces.

Pero ahora amaneciste decidido:

Esta noche brindarás por las canciones que escuchabas en la cuna.







Anti-exordio



Y llega la musa: El talar empapado en alcohol, furibunda,

porque nadie la ha llamado ni siquiera para darle esta noticia:

Somos vástagos de vates más promiscuos y hedonistas.

No regreses con tus cuentos, parusías, rosicleres,     ¡ya rezamos!

y entregamos devoción en las veladas eleusinas, ¿lo recuerdas?

Conocemos desde entonces el abismo de la ciencia, tu ignorancia,

los principios de lo vano. No buscamos recompensa en la escritura.

Pronunciamos cada nombre como el último designio de los tiempos.

No anhelamos al final de cada noche llegue el día verdadero.



¿Qué han resuelto tus razones musicales, epigramas y sentencias?

¿Qué recuerda tu memoria solidaria como manos abortistas?

Apenas has probado la amargura de la piel de los ciruelos y nosotros

empachados con los jugos y la carne de esos frutos te decimos:

“Regrésate a beber en la cantina del Olimpo. No interesan

tus ganas de arder para siempre en las llamas azules.

¡Los arqueólogos descubren entre el Éufrates y el Tigris, cada año,

nuevas ruinas sumergidas del principio de los tiempos!”









Súplica del nómada



Tu meteoro dispersó desde su cráter una extraña nube negra.

Aprendí de la catástrofe que el tálamo retoña solamente con el fuego.

Entendí que la voz de la estrella

no articula, balbucea,

porque he sido la bestia primera en cortarse la cola, en bajarse del árbol

y deambular sobre estas dos extremidades por los feudos del vacío.



Aunque digan que fui como aceite nocturno que hierve en secreto

el postrero animal que se había bordado en la piel el hogar,

aunque digan en mi nombre desde ahora que el lenguaje del camino es la blasfemia,

yo te invoco, Babel, Babilonia, Bizancio, Babieca.

¡Ayúdame a callar mientras camino

y procúrame el exilio de tu reino!






Segunda didascalia



¡Qué angustia resistirme a este concurso de los vientos con mi peso!

¡Quién sabe cuánto duren estas suaves convulsiones!

¡Quisiera arrojarme hacia el pasado, enloquecido de ternura y ambición!

Rechazamos tantas veces la alegría merecida, que una más

no hará la diferencia entre el amor y los enigmas.

Les pido, compañeros, que alarguemos el sonido de las llamas:

¡A rugir de pena, caballeros infelices!

¡A maullar de rabia, sufridas damas!

Todos padecemos el ahogo de las grutas silenciosas inundadas por la culpa.

Nuestro esfuerzo por salir de este bochorno justifica el nacimiento:

¡Abran los ojos, preparen el lecho!

Este trazo vertical del horizonte nos convierte en familiares de otro mundo. 




1976, Quito-Pichincha. Ha publicado los libros de poesía Cinco maneras de armar un travesti (Cascahuesos, Arequipa, 2011), Poemas en una Jaula de Faraday (Dirección de Educación y Cultura del Gobierno de la Provincia de Pichincha, Quito, 2010), Limalla babélica (Quito, Eskeletra, 2009), Pirografías (Quito, Gescultura, 2008), Revés de luz (Quito, Orogenia, 2006). Ha publicado los libros de ensayo Habitada ausencia: Historia y poética en la poesía de Javier Ponce (Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2008), La diminuta flecha envenenada: en torno de la poesía hermética de César Dávila Andrade (Quito, Pontificia Universidad Católica del Ecuador, 2007). Fue miembro de las revistas de ensayo y poesía Ruido Blanco y País secreto. Fue editor del libro Fulgor del instante. Aproximaciones a la poesía de Iván Carvajal (Quito, 2008). Ha estudiado Comunicación, Sociología, Filología Hispánica y Literatura Latinoamericana. En la actualidad está preparando su tesis doctoral sobre la novela ecuatoriana del siglo XIX.


Poemas de Edwin Solano Reyes

$
0
0




Extraídos de Expedición para cazar fantasmas 



ESTE ES UN VERSO

(El poema repetido)

Este es un verso
y este es otro verso
y esta es una estrofa de tres versos. 

Este verso inicia esta estrofa
que ahora tiene dos versos
y termina teniendo tres. 

Este es el verso primero de la tercera estrofa
que no es segundo de nadie 
más que de este tercero.





NO SABE SI AL MORIR PODRÁ LLEGAR AL LUGAR

(Fondo y forma)

No sabe si al morir podrá llegar al lugar,
su lugar; si entonces todavía existe
su lugar, y muerto pueda doblar sus pies
en posición de llegada. No sabe todo esto
y más. Desconoce esta incertidumbre
suya, por ambos lados: doblemente.
Y no puede decirla, ni arrastrar
la expresión con que hace seña
a su plural desencuentro. Varias veces
ignora cada ingrediente de esta frase
y dice lo contrario para que las palabras
de revés lo persigan. Y al fin,
dispongan una pared de brumas contra el cielo.






MIRA: NO PESQUES EN LA MENTE

(Área mental protegida)

Mira: no pesques en la mente. 
Los pensamientos son un pescado escurridizo
y a veces se resbalan. No trates 
con recuerdos, que se enredan
de a tres y hacen que pierdas el hilo
de pescar, el equilibrio. Ya te ha pasado:
que te hundes y tienes que bracear,
abrir los ojos. No seas de los que intentan
pescar en mar revuelto. Mantén tu orilla 
hasta que nada se oiga ni sea visto.






INSTRUCCIONES PARA ABANDONAR UNA CONVERSACIÓN

1.

Si dejas entrar la oscuridad por una puerta, se borra la puerta.

2.

Una puerta es una puerta en por lo menos dos lugares a la vez. 

3.

Si cierras muy fuerte la primera puerta, no podrás entrar en la segunda.

4.

El umbral de una puerta es generalmente un lugar vacío lleno de espacio. 

5.

Pensar es ir moviéndose de una habitación sin puertas a otra.

INTERMEDIO MUSICAL 

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme.

Basta caminar una cuadra para que termine la lluvia y empiece sobre el aire húmedo a resbalarse el silencio.

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme.

Las últimas gotas resuenan contra el asfalto como las palabras finales de una discusión.

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme. 

Nadie cree en el silencio de la noche que ha sido interrumpida por la lluvia. 


TAUTOLOGÍA MENTAL

pensamiento 1

Soy un globo subiendo y el miedo no puede detenerme.

pensamiento 2

Veo un globo elevarse frente a mi mirada y al aire convertirse en el peso que la duda ejerce sobre el vacío.

pensamiento 3 

Veo un globo atravesar cierta parte del viento como algo invisiblemente liberado de una carga.

pensamiento 4

Veo un globo continuar la trayectoria que hace el ruido sobre la pizarra negra de la noche.




COMENSALES DE LA OSCURIDAD

¡Oh cucarachas, fieles colaboradoras del desastre,
dispuestas a caminar solo entre escombros!
Al final del concierto, subís al escenario 
a engullir los pedazos casi putrefactos de la música. 
Vosotras sobrevivisteis durante el siglo XX
la era atómica, la guerra fría y la disolución de la URSS
y os impondréis sin dudas a la falta de sentimientos de este tiempo.
De vosotras, viajantes del inframundo,
hemos tomado la costumbre de salir por las noches
en busca de los cuerpos en estado de descomposición
que pululan en las calles.  Tal como vuestras alas, 
somos también incapaces de lentamente pensar cada uno de nuestros pasos. 
Y hasta el gesto impensado de escondernos
cuando alguien pronuncia una palabra que alumbra donde estamos
es vuestra cortesía.




ENCUENTRO CON LOS FANTASMAS

Me auscultan en el pecho y miden mis latidos con un lápiz 
(suena muy bien, muévase un poco hacia la izquierda),
escuchan mi armadura haciendo ruido, atravesada apenas por el viento
(de nuevo, una vez más, ahora este lado),
y el peso de la historia en mi sistema, línea por línea, abrirse paso
(como siempre, perfecto, ese balance),
me registran por pulgas e intenciones
(cuál fue la última vez que tuvo frío) 
se ponen en mi oído y dicen gracias
(recuerda el primer nombre de su perro),
disponen aparatos y establecen la zoología de mi horror,
su gama de colores bien galácticos (desde cuándo le sobra
ese tamaño gris en los talones),
envían astronautas a mi conciencia en busca de señales
y me estrechan la mano fugazmente para darme la vuelta.



HACE FALTA UN PARAGUAS.

Hace mucha falta un paraguas.
Hace falta procurarse un paraguas.
Hace siempre falta tener un paraguas.  
Hace falta salir de casa con un paraguas.
Hace falta imperativamente un paraguas. 
Hace falta esconderse bajo un paraguas.
La tía Marta sale a regar las plantas bajo un paraguas porque llueve.
La tía Marta moja sobre mojado pero no habla porque llueve. 
La tía Marta en silencio riega las plantas porque la cansa esa lluvia que ya no sabe lo que moja ni lo que dice. 
.
De pronto la lluvia siempre al borde. Grita pero la voz se empapa. Sale pero empieza a mojarse. No recibe llamadas cuando se asoma. Sola, desconectada, paralítica. Postrada por la lluvia que suave insiste.



LA INSPIRACIÓN SE HA IDO ACUMULANDO EN ESTA HABITACIÓN CERRADA.

No corras a vestirte y a abandonar la cama. 
El humo es bienvenido en vez de la distancia que propone el detergente y los perfumes traficados. 
Si algo ha de limpiarse, que el agua solo aclare el espacio correcto para encontrar la voz.
Algunos descubrimientos se hacen a estas horas: que el silencio estará lleno de desechos industriales hasta bien entrada la tarde (horario de oficina).
Los enseres domésticos han perdido toda conciencia de clases y rodado hasta los sitios más insospechados. 
Se abre la posibilidad de que esta habitación tenga más de cuatro paredes y tu calzado favorito sea más que un par de zapatos. 
No camines arrastrando los pies que es necesario preservar la negra suciedad del suelo.
Sal por la puerta despacio para que no se escapen ninguna de las palabras.



MIENTRAS COMIENZO A EJECUTAR LA ACCIÓN DE BAÑARME (creo conveniente incluir algunas otras acciones entre paréntesis para facilitar la labor de comprensión de la acción que acabamos de interrumpir, distraer un poco al lector y presentar un panorama múltiple a quienes nos observan de modo que puedan elegir entre distintas posibilidades para construir sus recuerdos) y puedo decir alguna otra cosa sobre la acción de bañarme (y abrir otro paréntesis adecuado a señalar algún hecho expectante antes de que la frase ya sostenida en el vacío prosiga su decurso) y puedo sin más bañarme (aunque de vez en cuando todavía decida colocar rápidamente alguna palabra entre paréntesis) y ya terminada la frase durante la cual me he estado bañando (incluir algún inciso tendente a disolver cualquier malentendido surgido de mi acción anterior) y entonces me hago un té antes de vestirme.





Edwin Solano Reyes. Nació en San Pedro de Macorís, República Dominicana, en 1989. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Obtuvo el XIV Premio de Poesía de la Alianza Cibaeña en 2015 y el Premio de Poesía Joven de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en 2018. Sus poemas han aparecido en revistas nacionales y extranjeras. Forma parte del colectivo de poetas DOS PESOS DE POESÍA. Ha publicado Coartadas (Ediciones Rumbo Norte, Santo Domingo, 2015; Últimos Monstruos Editores, Santo Domingo, 2018).



Poemas de Fanny Campos Espinoza

$
0
0





Nunca hablé de infancia/porque no me dejaron tenerla


Alguien habló de la razón del odio/a mi padre en un juzgado/ Él dice que ella/ ella dice que yo/ Nunca dicen mi nombre/porque tengo todas las nombres

Puedo ser María/ virgencita de siete velas eclipsadas/ siete / ocho / nueve/ diez/ once/ doce/ Me obligaron a los trece/ a jugar con muñecas de carne/ desnutrida/ pedazo de hermanastro/ mijito predestinado al SENAME

Papá dijo tu culpa/ tú dijiste cuerpo desnudo sobre fecas/ nosotros nunca dijimos nada/
los niños guardamos tumbas en las bocas// Yo tengo once/ cristos oscuros/ eclipsando las velitas/ de la torta más amarga que he comido

 Soy Belén  Joselyn  Camila/ sobre mí se parió al hijo de mi padrastro/ de mi padre/
de mi abuelo/ de todos los hombres de la casa/ del vecindario

 “Será una muñeca   la acunaré entre mis brazos”/ Será una muñequita  la acunaré en mis brazos/ si es que me vuelven a crecer/ jugará bajo el agua con las niñitas muertas que dejaron los abortos clandestinos/ o los partos auspiciados por el ministerio/ y el sacerdocio

Siempre hay alguien que espía/ todos los partos son espiados/ por eso esta vergüenza de parir engendros/ que se arrojan al zanjón

En la moneda sonríen a las cámaras/ frente a mi “madurez” Candy de retail/ en las redes/ atrapan mis reglas/ las quieren convertir en posta molida/ A mí me lo empezaron a meter antes

Parece que nací para esto/ a temprana edad comencé a expeler/ un fuerte olor a hembra/ juguete de carne violencia/ Veinticinco kilos/ de caderas estrechas/ de tetitas incipientes/ listos para perpetuar mierda

¿Y qué es parir? ¿qué es la dictadura?/ ¿qué es esa disonancia?/ ¿duele tanto como una erección?/ ¿duele menos que el desprecio/ de una madre?

  “Si dices algo mataré a tu mami”/ Si dices algo mataré a tu mami/ A penas hablé me quedé huérfana/ Nací huérfana/ y tu hija   abuela    me culpó/ parir perras grita por tres chauchas


Treinta y ocho violaciones cada veinticuatro horas/ por los siglos de los siglos/ en este país de incestos/ Más de ocho millones quinientos trece mil trescientos veintisiete/                                                                                                                 úteros esclavos.






Antes de esta muerte



aprendí a comer lo mismo que mis gatos

sobras encontradas entre basura y maullidos

huele mal  huelo mal

aún antes de ser cadáver olía muy mal

 tan mal como desde siempre mi país hiede

pero desde hace cuatro décadas

con ese olor a genital quemado



yo al menos de vez en cuando

 me daba baños de lluvia

desnuda en mi patio trasero

aún lo hago sobre las baldosas del 29

entre los NN del psiquiátrico

 y la marejada de detenidos desaparecidos



no pudieron quitarnos

la vieja costumbre

de beber el agua de lluvia



En cambio Chile no sabe de higiene

Democracia eau de toilette

sobre el mismo olor

a derecho chamuscado

a vagina acariciada por ratones

un amor verdaderamente reinventado



Rimbaud tenía tantos  piojos

como los que escosen mi cuero cabelludo

mil novecientos setenta y tres piojos

 multiplicándose año a año

junto a las larvas en mi piel



las liendres son iguales en todas partes

pero las mías no dictan poemas sino plegarias

porque metiéronme la cruz un par de veces más

que al sopeado corazón vagabundo

y yo no encontré la pintura

exacta de cada letra de mi nombre

porque ni siquiera recuerdo el que me dieron



impedir que me ojearan nunca fue posible



no alcanzó Rimbaud a perder la misma cantidad de dientes

a mí desde los quince ya no me quedan molares

pese al tiempo su cadáver aún conserva unos cuantos



en mi exhumación sólo verán polvo



 la mayoría de los nacidos sobre el lodo

no conocemos ancestros

diluida la sangre indígena

ninguna dentadura puede

permanecer aferrada a un vacío



nos seguirán privatizando los dientes



soy el fruto de la violencia patriarcal

a la que confundo una y otra vez con amor

pues las malditas liendres deliran en mi oreja

esa plegaria genética social adherida

 a la placenta barata de las madres

tan ausentes en su obstinada presencia



en vez de salvarnos nos esconden

tienen sus instintos atrofiados

porque también les han metido cruz

en medio del miedo

para que sus úteros

perpetúen

cada una de las piezas

del rompecabezas

del rompreconciencia

del rompeverdaderoamor



con suerte parirán esquizofrénicos como yo

la mejor condena mientras no se rompan los eslabones

de ese ADN  sin memoria ancestral emigrado a la periferia



Esconden a sus críos

 pero los más pequeños no me temen

aún creen en sus propios cuerpos

ríos desembocando en el mar colectivo



nada más revolucionario que la mirada de los niños



Ahora volverán a matarme y a nadie importará

como se mata en México a los estudiantes

como se mata en la Araucanía a los mapuches

como se mata a los palestinos en Gaza Lo sé

porque ya he muerto muchas veces

y nunca ha sido por causas naturales

por eso revivo cada vez. Porque me juré jamás morir

de femicidio

y he tenido que resucitar mi cadáver infinitas veces

para cumplir mi palabra.








Fanny Campos Espinoza (Santiago de Chile, 1980) Poeta y Abogada. Bachiller en Ciencias Sociales y Humanidades (PUC); Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales (U. de Chile). Con sus proyecto “Secuelas” y “Quince años y una noche”, obtuvo en 2014 y 2016, respectivamente, la Beca a la Creación Literaria que otorga el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en ambas ocasiones con puntajes sobresalientes.
Ha publicado los libros Hystera Hystrión/Útero-Máscara (Primera Secuela) (Ediciones Balmaceda, 2015); Inclinación al deseo y al caos (Campos, F; Castro, K;. y Saldaño, M., Ediciones Balmaceda, 2002), obra financiada con el premio Mustakis para Jóvenes Talentos, y en el proyecto colectivo Desencanto Personal (Editorial Cuarto Propio, 2004); más las plaquettes Castillos Medievales en la Ciudad (Editorial Andesgrund, 2013), Divas. Blanco y Negro sin ángeles azules (Campos, F y Castro, K, Ed. Punto G, 2014), País de Incestos (Ediciones Punto G, 2015); y en la plaquette objeto La Nova Nueva Novela (Varios autores, Ediciones .G, 2105).
Actualmente, dirige Ediciones Punto G, y finaliza sus poemarios Esperpéntica. Segunda Secuela; y 15 años y una noche, ambos sobre problemáticas de género. Ha sido invitada a participar en diversos festivales de poesía y performance, nacionales e internacionales.


Belleza de neón por José Ricardo García Martínez

$
0
0


Belleza de neón
José Ricardo García Martínez

La gran cantidad de opiniones respecto a la película El Demonio Neón (The Neon Demon) de Nicolas Winding Refn vuelven, sin duda, a este filme un hito cinematográfico. Lejos de aportar más juicios valorativos, este texto pretende rescatar algunos aspectos que, de cierta manera, han sido meras tangentes. El filme, casi por apropiación semántica, evoca en su realidad extracinematográfica connotaciones y denotaciones propias de su misma ficción. Así, esta obra de Winding Refn es también un Demonio Neón para los críticos y para los espectadores. La superposición de referentes se vuelve, en cierto sentido, repetitiva, pero a la vez necesaria. Si el demonio es el incitador, al ser de neón requiere antes, o a la vez, de incitar ser incitado primero, pues la luz de neón, por su propia condición fluorescente, requiere de ciertos catalizadores para existir y después desvanecerse ante la ausencia de éstos. Desde esta perspectiva, el cúmulo de comentarios respecto al filme, lo incitan a existir ante la imperiosa mirada del ojo crítico, pero a su vez, el texto motiva estos comentarios. Por consiguiente, de cierta manera, el título de la película alude no sólo a su contenido, sino a su concepción ante la crítica misma.
Ahora bien, pasados al plano de la película y su trama, desde la presentación de los créditos de las casas productoras, el constante juego entre fluorescencias, iluminaciones y luces se vuelve una constante para el filme. Así, llegados a la presentación del texto en sí, es decir, cuando después del despliegue del reparto se introduce el título de la película, la lluvia de brillos y luces adornan la llegada a un mundo donde los destellos pretenden cegar y a la vez maravillar a la mirada. Si bien, las luces y los brillos se concretizan como guías de lectura, también queda en esta secuencia inaugural una marcada intencionalidad de cambio y permanencia de tonalidades.
​Terminada la inauguración del filme, la abrupta llegada a la narración parece confusa. La representación de un cadáver al centro del plano desconcierta. En perfecto equilibrio conviven dos ejes de oposición claves para el relato: el de la euforia y el de la disforia. La sangre figurada contrasta con la palidez del cadáver. De igual manera, los tonos de azul metálico enfrían la saturación cromática. Entonces, esta representación de la muerte evoca no sólo a lo fatídico, sino a la pasión, a lo estético de la muerte. Esta terrible contradicción se aclara al ser contemplada por una mirada que, en primera instancia parece dirigirse al espectador. Este gesto cinematográfico del voyeur, no sólo confirma la contradictoria construcción visual que abre la trama narrativa del filme, sino que descubre al último voyeur de toda película: al espectador. Así, la existencia de aquel que ve sin ser visto habla más del cine mismo y de su capacidad de vernos como espectadores. Por otra parte, en la secuencia inaugural, la confrontación del voyeur con su objeto de placer se sublima, pues no sólo se mira, también se captura el momento. La intromisión de la fotografía, como instrumento para preservar al objeto contemplado, reafirma el marcado tono voyerista del filme. El otro nace de la mirada del observador y su esencia se preserva por medio de la cámara. La paradoja es que más que preservar al objeto fotografiado, es la representación de ese objeto y su distancia entre la lente y sí mismo la verdadera captura del fotógrafo. Es decir, el voyerista no captura sino su incapacidad de contacto con el otro, su distancia. Es por eso, que el objeto después de las capturas, en sentido simbólico, desaparece del plano principal, pues la fotografía no ha podido aprehenderlo.
Hasta este momento la película plantea dos perspectivas. La del objeto observado, y la del observador. La carencia de diálogos posiciona a la mirada como mecanismo de interacción y también de narración. Desde esta perspectiva, el filme también será un escrutinio de la propia condición de observar, en otras palabras, qué y cómo ver. Entre el fotógrafo y la modelo no existen palabras, la ruptura del silencio correrá a cargo de otro personaje. No obstante, el inicio del nivel dialógico en la película pasará primeramente por un encuentro de miradas. El juego de palabras se vuelve imposible de evitar, pues no es Ruby quien encuentra directamente a Jesse, ni a la inversa, sino que son sus reflejos quienes se encuentran: es la imagen encontrando y hablando a otra imagen. Entonces, la palabra sólo puede existir después de este encuentro indirecto, pero real y sustancial. En estos términos, la intromisión de Ruby establece el primer contacto con el objeto de deseo último del filme, Jesse. De este modo, el contacto con Jesse pareciera establecerse ya no en una posición de objeto observado, pues la mirada de ambas se descubre. Sin embargo, es Ruby quien descubre en primer término a Jesse, la observa, y posteriormente su interacción se convierte más en un interrogatorio que en una plática cordial. Jesse es posicionada ya no como objeto observado, sino también como sujeto interrogado. Desde la pregunta de apertura, a manera de función fática, Rubí pasa del halago al conocimiento. Por consiguiente, el mismo mecanismo de incitación a la existencia, ejercido por la fotografía, es representado por el diálogo. Así, Jesse pasa, en primer término, a ser un objeto observado y en segundo, un sujeto interrogado que debe proporcionar su nombre, origen, si está sumisa a un orden familiar y finalmente si desea integrarse al nuevo mundo apenas descubierto.
El posterior despliegue de la trama lleva a Jesse a desenvolverse con efervescencia en el mundo del modelaje. La fiesta funge como ritual, si las modelos son el cuerpo a observar, el espectáculo de la fiesta, donde un cuerpo es observado desde diferentes ángulos, pero seccionado por varias luces, brinda a las modelos la oportunidad a ser ellas quienes observen. Entre estos dos ejes, observador y observado, Jesse es conducida hacia un mundo brillante, como el inicio del filme, pero que paradójicamente será su propia consumación y destrucción. Al igual que el neón, la fluorescencia de la luz de Jesse inicia por la incitación de sus observadores a existir, y termina por ellos mismos al motivarla a desaparecer.
Más allá de las posibles lecturas respecto al mundo del modelaje, sus implicaciones sociales, o históricas, habría que considerar el posicionamiento inaugural en el texto. De esta forma, la línea inaugural establece los roles y las perspectiva. Como consecuencia, los hombres serán observadores y las mujeres observadas. Lejos de ser un asunto totalmente de género, pues Ruby y Hank (el dueño del Motel) rompen este paradigma, la dicotomía entre quienes observan y quienes son observados posiciona a Jesse como el objeto a observar por todos. De forma simbólica, las características de Jesse, pureza (es virgen), inocencia (es recién llegada a la ciudad), juventud (tiene 16 años), y además de su belleza (otorgada por el despliegue de recursos cinematográficos), la convierten en el objeto de deseo de todos los personajes y también del espectador. Ahora bien, estas características son observadas de manera distinta por los demás personajes que conviven con Jesse.
En primer término, la relación que mantiene Jesse con los hombres de la narrativa se pudiera clasificar en dos grupos. En el primero estarían quienes ven en Jesse un objeto de deseo y satisfacción, pero que son rechazados por ella. Dean, el primer fotógrafo de la joven modelo y Hank, el administrador del motel, desean poseer a Jesse. La diferencia entre ambos hombres radica en su proceso de relacionarse con la modelo. Mientras Dean opta por intentar enamorar a su objeto de deseo a partir de conversaciones, favores y entrega, Hank buscará forzar la cerradura de la puerta de Jesse para violarla. Pese a la divergencia de mecanismos, ambos son rechazados. Por el contrario, el segundo grupo sí logra poseer a Jesse. El diseñador de modas, (quien carece de nombre y sólo es mencionado como “él”) y Jack, el fotógrafo, ven en el cuerpo de Jesse la extrapolación de sus atributos descubiertos por Ruby y también comparten el deseo de posesión de Hank y Dean. No obstante, Jack y el diseñador de modas no poseen a Jesse en términos sexuales, sino en la medida en que la modelo se convierte en el médium para transmitir expresiones estéticas. En este sentido, Dean ya ha poseído a Jesse, pero no le basta esta posesión simbólica. Contrariamente, el carácter simbólico de la fotografía y del diseño de modas y la pasarela sí satisfacen al diseñador y al fotógrafo. Desde esta perspectiva, las palabras del diseñador de modas respecto a la belleza no como el atributo más importante en la vida, sino como el único, le otorgan a Jesse un carácter absoluto y sobrenatural. Así, la belleza, en palabras del diseñador, es la moneda de cambio más importante y única para toda transacción y sin ella Jesse, y todo en general, es nada. Por consiguiente, la hermosura no es un objeto que sea aprehensible, sino un mero objeto de cambio, es decir, un catalizador de acciones y de intercambios. Por tanto, la belleza sólo se transforma, y quienes pueden transformarla y transmitirla en nuevas formas son el diseñador de modas y Jack, el fotógrafo. La inexperiencia de Dean y la perversidad de Hank los alejan de poder poseer a Jesse de forma sexual. Además, el poderío estético de la joven modelo la coloca fuera de cualquier alcance, tanto del hombre inexperto, como del cínico violador. Entonces, el contacto con Jesse sólo es posible a través de la lente de una cámara o de una pasarela de modas. Ante este punto, cabe dar la vuelta de tuerca, a Jesse no la tocan los hombres, pero la tocan sus fantasías, materializadas por manos de mujer.
El oscuro final del filme produce eco respecto a la condición misma de la belleza, pero también a un intercambio simbólico de fantasías entre el rol masculino y el rol femenino. Siendo así, la categorización de la mujer la convierte en el objeto a observar. Son Gigi, Sarah y la nueva chica en la ciudad, Jesse, quienes fungen como objetos estéticos y de deseo. Sin embargo, Ruby se convierte en un personaje pivote, o al menos así lo aparenta en primera instancia, pues ella también es observadora. La profesión de maquillista le confiere a este personaje una capacidad de participación activa en la contemplación del objeto observado. De Ruby depende volver artificial, disfrazar, reparar y sublimar, a la vez adaptar por medio de los cosméticos, la belleza en el mundo de la moda. La dualidad de este personaje se complementa al ser presentada también como maquillista de difuntos, en este sentido, ambos mundos se oponen. Por una parte, en el modelaje se objetiva el cuerpo a partir del maquillaje y en la morgue se invierte el proceso, pues el cuerpo inerte debe volver a la vida, de objeto a sujeto. Entonces, Ruby posee cierto carácter de maestra de ceremonias, pues su actividad, tanto en la morgue, como en las pasarelas, es un rito que representa el intercambio entre vida y muerte (objetivación y subjetivación). Ahora bien, la dualidad de Ruby no la exime de ser también objeto a observar. Desde esta perspectiva, su género la coloca dentro de la misma línea de las modelos. Como observadora Ruby es la primera mujer en observar a Jesse, y así inicia una ruptura de posiciones. Gigi y Sarah no dejarán de ser observadas, pero también concentrarán su mirada en Jesse.
La relación que mantiene Jesse con los hombres es siempre de observada y deseada. Por otra parte, la relación de la inocente modelo con sus compañeras y con Ruby se configura de forma diferente. Ruby, por una parte, ha sido la primera en verle, en saber acerca de ella. Así, la posee en términos de saber, no en términos de posesión sexual. Finalmente, Ruby le retira a Jesse el maquillaje y de esta manera se ejerce un proceso contrario al común en su hacer. Ya no vuelve artificial la belleza, sino que descubre de lo artificial la belleza exacerbada de Jesse. Por otra parte, para Sara y Gigi, la inclusión de Jesse en su círculo debe pasar por dos filtros. El primero, saber si su cuerpo es natural, es decir, si se ha operado alguna parte de éste. El segundo, saber si es virgen, interrogante ante la cual Jesse miente, y afirma haber mantenido relaciones sexuales con hombres. Entonces, desde la perspectiva de las dos modelos, Sara y Gigi, el mundo del modelaje está configurado desde el deseo sexual como mecanismo de cambio (moneda) y de ascenso social y político. Además del sexo, el modelaje requiere una alta artificiosidad del cuerpo, es decir, como el diseñador de modas establece, la belleza lo es todo.
El efervescente éxito de Jesse se debe al deslumbramiento de quienes la observan. En este sentido, se referencia directamente a la fluorescencia del neón, de la excitación provocada en él y por él. Así, Jesse deslumbra no sólo a los fotógrafos y al diseñador de modas, sino también a la agente de modelaje, a Ruby, a Sarah y a Gigi. Si bien, Ruby y la agente celebran la belleza de Jesse, para Sarah y Gigi, la nueva chica en la ciudad significa desplazamiento y cambio. Por consiguiente, el deslumbramiento en los otros, generado por la belleza, genera fantasías. En términos evidentes, la fantasía de Dean y de Hank, de poseer a Jesse sexualmente, figura un rol estereotípico de la masculinidad en la película. No obstante, el diseñador de modas y el fotógrafo Jack carecen de esta fantasía, o en cierto sentido la han transformado no en posesión sexual, sino en posesión estética, uno a través de la fotografía, otro por medio de la pasarela. El punto de quiebre está en la suposición de Ruby, Sarah y Gigi respecto a la sesión fotográfica realizada por Jack, pues tanto la maquillista y las modelos asumen que Jesse se ha valido de su belleza, en términos sexuales, para cautivar al fotógrafo. Por consiguiente, cuando Ruby interroga a Jesse después de la sesión y le recomienda no estar a solas con hombres, la fantasía de la violación de la mujer joven, pura y bella se traslada del rol masculino a la feminidad de Ruby, a manera de una amenaza y consejo. Posteriormente la fantasía masculina llega a Sarah y Gigi, quienes comparten la perspectiva de la maquillista. No obstante, claro está, nadie posee a Jesse de forma sexual. Como consecuencia, la fallida violación de Hank cataliza el cierre del filme y termina por asentar la fantasía masculina en la feminidad de las modelos, pero sobre todo en Ruby. Jesse huye a la casa de Ruby y ahí se evidencia la pulsión lésbica de la maquillista por la joven modelo. Este intento de violación es el más cercano y directo experimentado por Jesse. En total, la modelo ha rechazado a 3 personajes, a Dean al esquivar un beso, a Hank al cerrar con seguro su dormitorio y a Ruby, al empujarla con fuerza y arrojarla al piso. Por tanto, de la luminosidad que cautiva al diseñador de modas y al fotógrafo, Jesse pasa a confrontarse con el deseo masculino en lo femenino de manera violenta. El brillo del éxito deberá de sofocarse.
Llegados al cierre de la narración cinematográfica existe una contraposición con el inicio. La representación del asesinato, contemplada y capturada por Dean, a través de la lente de su cámara, figura una imagen de la belleza y del deseo sexual desarrollada por Jesse en toda la película. Contrariamente, Ruby, Sarah y Gigi al asesinar a Jesse trascienden la representación del inicio del filme y configuran un rito con diferentes valencias para cada una, pero con un eje en común: el restablecimiento del orden que Jesse ha roto. Para Ruby, el ritual satisface su deseo sexual, la posesión de la joven modelo será absoluta. Mientras que en Sarah y Gigi, la posesión del cuerpo de Jesse les permitirá apropiarse de esa belleza, de la cual ellas carecen. Así, la fantasía de la violación se materializa por y para las mujeres, pues ningún hombre toca a Jesse, al menos no de forma sexual ni violenta. La asimilación del ritual procura diversas implicaciones en términos simbólicos. Antes de asesinar a Jesse, el acto necrofílico de Ruby satisface su fallido intento de violación. Ruby viola a un cadáver para volver a la vida su propio deseo, el otro es un mero instrumento, por otra parte, al matar a Jesse la vuelve simbólicamente a la vida, pues su excesiva belleza transfigurada en un sistema simbólico de luz se convierte en fluorescencia sublimada. En otras palabras, al ser tan bella y valorada la joven modelo deja de ser ella, se sublima. Paradójicamente cuando más brilla Jesse, cuando más consciente está de su condición de belleza, es cuando debe pasar a transformarse en otra cosa, pues la belleza es la moneda más alta de intercambio. Por lo tanto, el contacto directo con la manifestación ideal de hermosura se vuelve traumático, por eso ni el diseñador de modas, ni el fotógrafo, ni Dean, ni Hank poseen a Jesse sexualmente, contrariamente, son las mujeres quienes suplantan la fantasía masculina y la asimilan. Ruby, a final de cuentas, usa y abusa de Jesse para satisfacer su deseo, acto seguido el duelo cierra el ciclo. El brillo de la belleza se ha transmutado a un jardín de flores.
La parte de las modelos difiere notoriamente a la asimilación simbólica y psicológica de Ruby. Para Sarah y Gigi el rito de inmolación se traduce en términos de valor y de transformación. Las palabras del diseñador de modas hacen eco y configuran una economía corporal donde la belleza es el máximo valor de cambio. Por lo tanto, la entrada de Jesse al mercado del modelaje desplaza a los valores establecidos, representados por Gigi y Sarah. De este modo, la entrada de un nuevo referente al mercado termina por destruir el mundo de quienes han normalizado otras formas de intercambio. Como consecuencia, la confrontación con el valor real de una mercancía colapsa la normalidad, y así, las modelos procuran mantener resistencia para evitar su total desplazamiento. Esta resistencia plantea un mecanismo económico corporal donde la única forma que tienen los valores desplazados para sobrevivir es absorber al valor nuevo y transformarlo en parte de sí. De ahí que al final ambas modelos sean fotografiadas por Jack al cierre de la película. No obstante, la asimilación que tienen Sarah y Gigi de la belleza de Jesse difiere. La incapacidad de Gigi de asimilar el ritual la convierte en incapaz de renovarse. Así, la ominosa presencia del otro en el cuerpo de Gigi la lleva al suicidio. El contacto de la modelo con la belleza máxima se consuma y es catastrófico, pues ella representa la suma artificialidad, al someterse constantemente a cirugías, y esta característica es contradictoria a la belleza natural de Jesse. Si bien, ella no ha sido totalmente desplazada por Jesse, su propia condición la vuelve opuesta a la nueva modelo. En sentido estricto, la belleza no puede ser asimilada por lo artificial, pues ésta es ya de entrada representante. Finalmente, para Sarah, la asimilación ha sido un éxito, de haber sido desplazada por Jesse, es ahora ella quien desplaza. Al igual que Ruby, Sarah logra consumar el rito.
Finalmente, el despliegue de créditos figura a Jesse en un paisaje desolado y se configura un discurso relativo a lo onírico. Este discurso hace eco en la condición de la belleza y del deseo sexual como fantasías en la película. En resumidas cuentas, a la vez de exhibir, el filme confirma, reafirma y valida los modelos de la industria de belleza en el modelaje. Además, en un plano simbólico, las perversiones y fantasías del hombre se verán mejor realizadas por la mujer. En palabras llanas, el hombre puede transformar la belleza y el deseo sexual en fotografías o diseños. Mientras que para la mujer, el deseo insatisfecho y el desplazamiento económico corporal, ambos causados por la hermosura, requieren una inmolación de la belleza a manera de rito lunar. La única excepción parecería ser Hank, quien desea satisfacer sus fantasías, pero una barrera física se lo impide. Caso opuesto de Ruby, quien sutilmente direcciona a Jesse a su casa. A manera de colofón, el filme no escapa de las connotaciones de su título. La fluorescencia de la joven modelo ha terminado, a unos los ha deslumbrado y a otros los ha sobreexcitado, al grado tal de llevarlos a la antropofagia como ritual de transferencia, pero también como ritual de asimilación y posesión total. La contrariedad de la belleza máxima radica, desde la perspectiva del filme, en su fugacidad pero también en su incapacidad de posesión, pues sólo es mera agente de transformación.





Poemas de Nancy Niño Feo

$
0
0



GIMNASIA HIPOTÉRMICA

No me importa acumular logros
Ni ser el más brillante de mi generación o ser una promesa para la filosofía o la poesía
No me interesa si a los 22 años soy considerado un genio o un completo imbecil
Si les da la gana creer que tengo futuro
Que hay esperanza
Que tengo talento
No soy un poeta precoz
No soy guapo ni tengo las caderas más hermosas ni la piel perfecta
Las piernas mas largas
El abdomen plano
No tengo dinero
Ni siquiera tengo trabajo
No intento sorprender a nadie
Mi cara se quema con el sol
Mi cuerpo está lleno de tinta y cicatrices
Mi corazón también es un bicho indeseable
Palomilla chamuscada
Animal arrollado en la carretera
Tormenta de foco rojo y azul
Y tú, voz de mantra en otros idiomas
Encuentras belleza en el incendio de mi pecho
Tú, tierra fértil o canción de josé alfredo en medio de la borrachera
Aún no sé si existes o si eres una alucinación colectiva
Milagro de aire frío en la cara un día de canícula
Casi 40 grados
Dos días o dos vidas
Abres tu pecho carretera
Y me das alojo casa techo comida
Reencuentro voz de diamantina
Sudor de esferas luminosas 3D
Llega tu tormenta y se ensombrece el cielo
Violento e inevitable como nacer
Tu cara rozando el suelo
Estás borracho muy borracho
Devora mi carne sin pausa
Incesante necesidad de llevarse al otro a la boca
De poner la nariz en la.piel del otro y desear que pare
Que baste
Apagar la realidad
Desactivar facebook
Comer helado de pistache sin decir nada
Un cementerio de posibilidades bajo mi carne
Y entonces suelto
Entonces centrífuga
Algodón de azúcar
Nadie me enseñó nunca a escribir poesía
Nadie me enseñó a carecer de amor
Siempre fui árbol frutal
Casi marchito pero no
Casi colmena pero no
Casi colmado de gracia pero no
Casi se quedaba pero no
Vuelta de tuerca
De llorar en la carretera
de fumar piedra en una lata
Decir que sí puedo pero no
O creer que no se puede
O querer que no se pueda
Pero basta
Pero basta
Pero basta
Abro los ojos y ahí está
Milgro animal
Imposible pero ahí está
Y se queda
Hasta que ya no
Pero ya me salvé
Adiós.





UN MAL VIAJE EN CRISTAL


Si pudiera volver a comenzar la creación
Escogería más montañas rojas
Y caminar junto a otros animales
Respetar sus ritmos
Sus necesidades
Produciría unas llagas aquí en mi pecho
Donde se guarden los dolores
Las plantas que florecen una sola vez
Y después mueren
Si pudiera volver a crear el mundo
Lo haría más suave
No me detendría a mirar atrás
Llamaría al amor de otra forma
Menos violenta
Más vigilia
El amor menos punzocortante
Más higo menos bomba
Pero es que tengo el corazón
Repleto de amor y no sé parar
No hay palanca de freno
Mi vida tiende al accidente
Al choque inevitable
No hay palanca de emergencia
Haría las cosas otras
Principio
Precipicio
Que se sepa perdido todo de antemano
Dar las cosas
Darlo todo
Sin darse cuenta que se está dando algo
(En otra dimensión yo cree un mundo
También lleno de espinas y lobos
Sólo cambié las reglas
Y todos sabemos amar y olvidar)





ME SUPERAN LOS CRIMENES

Me superan los crímenes que cometimos en nombre del amor
el escribir en medio del vómito
y quizás enfermedades venéreas
o himnos inconclusos en otras lenguas que nos eran extrañas
fue como descubrir un continente nuevo
del que eramos dueños
amos
y tiranos
impusimos nuestras propias leyes
grabamos en la cabeza de cada habitante los buenos modales
la fidelidad absoluta
la idea de honor que otorgaba pasear tomados de la mano
ser una prueba viviente de la fe
la bondad
y el amor
eras la cabalgata peligrosa en el desierto
la incapacidad de voltear a otro lado
y yo el recostarse en el pasto
justo con una sonrisa para ser fotografiado
así te quiero recordar
feliz y paciente
sin problemas
sin dudas
sabiendo que todo está condenado al fracaso
a la muerte
al cambio de hoja
así recuerdo
con tenis nuevos
esperando afuera de la casa (porque nunca tuve llaves
porque nunca viví ahi)
esperando que por fin abras la puerta.





ANTES DEL FINAL

Cuando me falle un riñón
Cuando se acabe el dinero
Cuando me falle el hígado
Cuando mueran los gatos
Y muera la esperanza
Cuando coma animales
Cuando tus ojos ya no vean nada
Y mi piel ya no tenga un solo espacio en blanco
Cuando me caiga y no me levanté
Nunca
Nunca más
Cuando haga o diga o piense
Cómo jamás quise ser, hablar y accionar
Cuando bradicardia
Cuando transplante de córnea
Cuando ataque de asma
Cuando ya no pueda abrazar a mi madre
Y los balazos me hagan daño
Y se me acabe el líquido que corre por mi cuerpo
Por fin
Cuando me opere
Cuando mi cuerpo – cárcel decida fallar
Fallar
Cómo le he fallado yo
Cuando todo esto acabe
Espero
Estar
Besándote.




Nancy Niño Feo, CDMX, Cárcel planeta tierra, desde que nació no ha salido de aquí.
Animal del desierto.
Decorador de exteriores.
Tiene más de ocultista que de escritor de academia.  
Amor y odio, 50 y 50.


Selección de poemas de Egor Mardones

$
0
0




Taxi Libre


Sentado al volante del taxi
emerjo de una espesa niebla
como aquellas que preceden las actuaciones
de los grupos de rock
y entro lentamente en escena
a las calles de la citi
a la página en blanco
a la radiante oscuridad de la sala de cine.




De aquí en adelante ya todo es mundo:
esquinas violentas, música a todo volumen
tráfico endemoniado
y película corriendo a la velocidad de la noche.









Shakespeare Revisited


Estoy bajo un cielo que amenaza tormenta eléctrica.
Estoy en Suburbia, el corazón de las tinieblas de Night Citi.
Estoy con mi dosis exacta de droga deja vu entre ceja y ceja
en uno de esos cinematográficos tiempos muertos de la madrugada
infinita
que siempre nos conducen a ninguna parte lejos de aquí.


La radio transmite entusiasta The Raven, de Lou Reed,
y hojeo distraídamente La comedia de las equivocaciones
de Shakespeare, el infalible, que alguien dejó olvidado
en el taxi:

 “Dicen que esta ciudad está llena de truhanes,
 de rateros listos que engañan la vista,
 de nigromantes que trastornan el juicio,
 de brujos asesinos del alma que deforman el cuerpo,
 de impostores disfrazados,
 de charlatanes sinvergüenzas.



               Si es así, partiré a escape".


Aquí también es hora de partir y parto
sin dolor, sin pena, sin olvido
sin nada en las inefables entrañas del alma
atropelladamente acelerado con The Raven a todo volumen
y el humo tronando a destajo en el tubo de escape
y el olor a caucho y las ruedas chirriando su huella en el
                                                                          /frío cemento
de esta ciudad de utilería hard:
Il mio supplizio.







A Velocidad de Crucero




Voy por la Costanera de los desesperados
solo
a velocidad de crucero
en este taxi negro y fiel como la malavida
o la música de los sesenta en la radio
viendo pasar putas pasar putas en busca de clientes
y urgentes parejas que tiran aquí y allá
disimuladamente al borde de la ley
y de un mar negro rielado apenas
por una luna miserable.




La Costanera de los desesperados
es lejos el lugar más triste de la citi
solo
a velocidad de crucero
con la radio apestando toda la maldita noche exclusivamente
canciones de mal amor.






Asalto a Mano Armada





Los muy putas me abordaron en la traficada
Avenida Utopía Forever.


Me encañonaron y robaron en las inmediaciones de Suburbia
la implacable Chinatown desta violentísima citi.


Me encontraron dos días después en el portaequipajes
del taxi: golpeado, delirando, casi vivo…


Y aquí me tienen de nuevo en vuestras calles
radiantes de perdición y mala noche
rodando y rodando como siempre
con el acelerador a fondo y la vista fija
en el espejo retrovisor.








Búsqueda Frenética




A Soledad Bianchi


Te busqué
(el taxímetro lo sabe de sobra)
Fatalmente rubia y cargada de pecados te busqué por Night Citi
toda esa desgraciada noche
Me la novelé negra saliendo y entrando policial por esos bares
                                                                                   / inmundos
en los que te reconocí habitué, perdida de todo y salida de mí
                                                                                  / 69 veces siete
Doblé volando blanquísimo de droga por tus esquinas más frecuentes
Recorrí veloz, mujer veloz, las más caras y calientes calles
 de tu pequeño vicio
Y NO TE HUBE EN SITIO ALGUNO DESAS AMORODIOSAS
PANTALLAS THE END

Esa noche no estabas para nadie del condado.
La vera historia la sabría después:
Desesperadamente a esas horas estabas esquivándole
 el cuerpo del delito a la muerte
 los antojadizos tajos,
 tratando de conservar a como fuera la poca y mala vida
 que muchos de nosotros, tristes hijos de puta
 conforme a nuestras pervertidas costumbres de época,
 también en demasía te habíamos contribuido a dar.
Por eso no te encontré esa noche de autos
por las mismas no te encontraría ya más ni nunca
en esta consabida citi que desde entonces
PARECE VACIA PARECE MAS TAJO PARECE PEOR.

         




Egor Mardones (Tomé 1957). Poeta y profesor, forma parte de la editorial Al Aire libro. Ha publicado Taxi Driver (2009), escrito entre 1993 y 1997, la obra de Mardones se encontraba dispersa en antologías o revistas literarias. En el año 2013 publicó su segundo poemario, Miramar Hotel, escrito entre los años 1985 y 1988.



Poemas de César Antezana Lima

$
0
0



caminos
el rumor de tu cuerpo corriendo detrás
tu silueta apurada repitiéndose en mi cabeza
                                                 de pronto
la luna alta, mi almohada, tus labios, mi sexo
trafico un juego de lencería que hurté de mi hermana

sé que ella te gustaba




sonidos 
una fruta desconocida
se atora en mi garganta
           justo cuando iba a decirte que te amo
y sale por mi oreja derecha y descansa en el barro
dejándome deshabitada

entonces hueca, resueno



inicial
el desorden de mis deseos
me permite reverenciar tus espacios misóginos



incrustaciones
tu mano extendida
sobre mi espalda desnuda
mis huesos acomodándose a la sombra de tus dedos
otra vez el ritmo aletargado
de esta vida insatisfecha
que describes violento en mi cuerpo
               con los golpes de tu cadera



vestimentas
hierofanía:
toma en cuenta mis desvelos, mi obediencia
asume mi llana intención de hundirte el cráneo con elegancia contenida
nunca en domingo
jamás en la casa de tu familia que con tanto cariño me alimenta
sólo recuerda cuánto me rio de ti
al darme una bofetada que me deje boquiabierta

                       pero esta vez hazlo bien
                       que quiero acariciar el ardor hasta después de medio día



tersura
te tengo y me tienes
juguemos a ver quién tiene más a quién
yo conservo un zapato tuyo y un par de pañuelos manchados
tú guardas, sin decírmelo, un precioso conjunto de dormir
que te dejé la noche en que me abandonaste en la puerta del hotel
beso todas las mañanas un anillo tuyo demasiado pequeño para ser tuyo
llevas en el bolsillo del saco
unas toallas íntimas para chantajearme cuando llegue la ocasión
tengo tu bolígrafo azul, tú tienes mi media chulla
tengo tu libro de religiones antiguas, tu guardas mi libreta de ahorros
aún guardo ese par de dientes que te arranqué después del almuerzo en aquella concurrida playa sin que nadie lo notara
tú tienes tres gotas de mi sangre

¿pretendes un listado eterno?
dame tu mano y arráncame vello púbico
no quiero seguir hablando



anjani
vengo de las habitaciones en que alguna vez tuve miedo
vengo de sus rollizas intenciones de aniquilar el espacio y congregar para siempre el tiempo de la iniquidad
vengo de su ademán frívolo de preservar para siempre el instante de la epifanía que enmohece lentamente en nuestros ceniceros descascarados y malolientes
vengo de las inquietudes de tu piel, de sus aerostáticas revoluciones por minuto que debajo de la cama amontonan incontables botellas de bourbon
vengo de las comisuras de tus labios, asoladas por el amanecer que apelmaza allí, justo allí, los desechos del día anterior, los remanentes de una fiesta absurda que nos empeñamos en prolongar como una bocanada sagrada de tifus

tengo grosellas en almíbar para nuestro antojo de burguesía y te enfadas como un niño que nunca ha sabido aceptar el destino de los pobres o la suerte del rodaballo

¿hasta cuando caminarás estas nubes alargadas por el sablazo de un paraguas, consultando viejos libros de Fichte?
¿destripando su coyuntura en los tejidos de los indios?
¿bebiendo sake del tiempo de los molinos, del tiempo en que las lagunas rebosaban difteria y se encontraban asolando las ciudades en forma de pantanos?

las campesinas mascullan secretos con los arrozales y escupen una desdicha mutua que nos termina agriando la lengua, que ahora sólo sabe decir palabras salvajes de coloración indescifrable

hablo por mi piel urgida de tatuajes trashumantes, de mingitorios abrumados por el sexo y por los versos de algunas poetas desnudas como las telarañas que nos envanecen en el tiempo de las lluvias primiciales
destripamos y arrullamos esperanzas, fingimos estar muertos y la dinamita estalla su desborde de pólvora sedienta de caracolas traídas de territorios estupefactos y lejanos

como si confiáramos el destino de querernos al solipsismo de la estrategia de las guerrillas

los pequeños hombres rotos
se tutean
en medio de una sobria retirada en cámara lenta

dañamos los cementerios y los envolvemos en misterios que nunca tuvieron
porque allí sólo yacen los muertos
como yacen en el carrusel los animales de yeso, los niños que no tienen tiempo, los cigarrillos liados con tabaco francés y la insulina que regurgita en el intermedio de una pieza aburrida de chopin
cuánto detestábamos a chopin y su lentitud acontecida como una bocanada en forma de hembra subiendo despacio y dramáticamente por una larga escalera con un delicado acabado en caoba negra

ahora sólo eres un muerto que colinda su deseo con otro tipo de texturas, que escarba en bibliotecas libres de ántrax y que adorna su pelo de enjambre con algunas hojitas tejidas de retama y colihue





César Antezana Lima es activista del espacio trans/cultural ALMATROSTE (desde el 2004), de la editorial artesanal del mismo nombre (desde el 2007) y del fanzine La zurda siniestra, coorganizadoras de la FLIA La Paz (Feria del libro independiente y autogestionado). Ha publicado el libro de narrativa Zzz… y los poemarios El Muestrario de las pequeñas muertes (Ed. Almatroste), Cuerpos imperfectos (en el marco del II concurso de poesía Edmundo Camargo) y Masochistics (premio nacional de poesía Yolanda Bedregal, 2017). Es estudiante de literatura en la UMSA de La Paz y además de ser creyente de la praxis anarquista, reivindica el feminismo QUEER en toda su monstruosidad.




Poemas de Amaranta Caballero

$
0
0




I

Pérdida del alma

El alma puede ser robada por brujos o espíritus
o puede abandonar el cuerpo durante el sueño.
Al regresar del paseo mientras la noche,
el alma,
puede no encontrar el cuerpo.

Debe el cuerpo encontrar el alma perdida,
de otra manera
el sujeto fallece.




II

Antes que piedra fue hiel. Bilis. Ese líquido amarillento. Subía y bajaba las
escaleras de la prisa. Todas las piñitas amordazadas entre las fracturas de la
banqueta. Gris. Pero la sombra del pino.




III

Antes que hiel fue ojo y un poco de sed. Nociones primeras del agua. Un rumor.






IV

La sombra del pino lamió todas las fracturas de la banqueta. Incluso los círculos
de gis y los de agua. La cantera de los muros –invadida de hiedra– habitó la
terraza. El chirriar del portón. La cadena de la campana: esa puerta. Subieron
descalzas las niñas. Con prudencia, cálculo.






V

Tras el velo y la cortina, la pared húmeda.

Detenerse luego de correr:
la sensación precisa del paréntesis.

Y había que hacerlo.
Respirar.
Tomar agua.
Ladear la cabeza para escuchar mejor lo que rumoran afuera los adultos.

Dejar pasar de largo los relámpagos.






VI

Muchos de los cálculos biliares fueron el resultado de las lluvias. También del
pasar soleado de las semanas. Abrir y cerrar las maletas. Pulir el espejo. Pintar
delicadamente cada una de las pestañas. Los aromas del arroz. El mediodía
incrustado sobre la jerga, la espuma, el piso.








Amaranta Caballero Prado (Guanajuato, 1973). Estudió Diseño Gráfico y la maestría en Estudios Socioculturales. Publicaciones: Newspaperbirds of March, 2011 (en proceso para pieza digital), Amarantismos (Ediciones de La Esquina, 2014), Libro del Aire (Segunda edición, Casa Impronta, 2014), Vanitas (Editorial La Rana, 2013), Escombros (Proyecto Líquido Miedo, Editorial Turner, 2013) versión completa en colaboración con Piedra Cuervo y Ediciones de La Esquina), Libro del Aire (Ediciones de La Esquina, 2011), Okupas (Letras de Pasto Verde, 2009), Gatitos de Migajón. Cuento ilustrado. (IMO, Oaxaca, 2009), Todas estas puertas (Tierra Adentro, Conaculta 2008), Entre las líneas de las manos (en el libro Tres tristes tigras, Conaculta, 2005) y Bravísimas Bravérrimas. Aforismos (Ediciones de La Esquina, 2005). Actualmente realiza el proyecto interdisciplinario “Mil pájaros mil. Tesis autodoctoral”, donde convive entre la música, la gráfica y la literatura. Vive en Tijuana. Ama la música y ama dibujar. www.amarantacaballero.blogspot.com 


Random, de Daniel Rojas: una novela posmoderna experimental [por Doctor Jorge Lagos Caamaño]

$
0
0

                               Random, de Daniel Rojas: una novela posmoderna experimental.

Doctor Jorge Lagos Caamaño

  
1.     Introducción

Sobre Random de Daniel Rojas Pachas se ha dicho: “Un personaje en permanente tránsito reconstruye, a partir de recuerdos, lecturas e imágenes, su historia personal: desde su infancia aislada y sobreprotegida en la violenta Lima de finales de los ’80, refugiado en los dibujos animados y las películas; hasta la descomposición familiar, las relaciones inadecuadas que no terminan de cuajar y su natural derrotero hacia la poesía”.

Random nos presenta un desafío estructural para su lectura, y a través de esos elementos estructurantes, nos ofrece una serie de historias inconclusas registradas en una dispersa memoria que reconstruye la infancia y el desarrollo del personaje con inserciones de otras vidas inmersas en ámbitos sórdidos y siniestros de violencia y crímenes gatillados por la política, el erotismo y la pornografía.

El diálogo con el género noir, el cine gore, videojuegos, el ciberpunk y el cine actual, permiten la extensión de la intertextualidad narrativa posmoderna rompiendo así con el canon del género “novela” y exigiendo a la “enciclopedia” del lector tradicional un “diccionario básico” en sus realizaciones de reglas de correferencia, selecciones contextuales y circunstanciales y la ubicuidad en la hipercodificación retórica y estilística, además de confrontar su propio mundo de referencia con una nueva matriz de mundo, la cual le pide, esta vez, familiaridad con géneros musicales, jerga tecnológica de otras lenguas o mezcla de ellas, abreviaturas y la conformación de otras estructuras de mundo versátiles, azarosas, desafiantes, inciertas que contienen diversas macroposiciones de fábula (cf. Eco 1981).

Hipotéticamente, el texto de Random se nos presenta fragmentario, heterogéneo y heteróclito, metanarrativo e intertextualmente dialógico, manifestándose de esta manera, en parte, la concepción posmoderna de la realidad (Lagos 2003, 2005).

El ejercicio de la memoria del personaje efectivamente se desarrolla como random, cuya función como equipo de sonido es “buscar dentro de……”, como buscar dentro de un kardex, lo cual produce una sensación laberíntica mediante un “track list”, un listado de música, canciones, etc.; en nuestra novela, historias inspiradas en el mecanismo de un CD digitalizado recorrido por un haz de láser: éste es el experimento narrativo.


2.     Random: una novela posmoderna experimental.

La posmodernidad se ha considerado como un momento de “unmaking”, término que podría traducirse como deconstrucción, desmantelamiento, descentramiento, diseminación, desmitificación, diferencia, dispersión.

La posmodernidad, tal como propone Ihab Hassan, según Wellmer, expresa una obsesión epistemológica con los fragmentos o las fracturas, y el correspondiente compromiso ideológico con las minorías (…). Pensar bien, sentir bien, actuar bien, leer bien, conforme a la épistémè del “desmantelamiento”, es rehusar la tiranía de las totalidades; en toda empresa humana, la totalización es potencialmente totalitaria (1993: 53; nota 2).

Según Lyotard (1989 y 2003) y Wellmer (1993) el posmodernismo es resultante de un proceso de deslegitimación realizado por la modernidad europea cuyo punto de partida sería la filosofía de Nietzsche, de tal manera que el posmodernismo estético de Lyotard aparece como modernismo estético radical, es decir, como un modernismo que hubiera tomado conciencia de sí mismo.

El posmodernismo así considerado, supone un cierto rompimiento con el canon establecido (la modernidad), solo que esta vez las nuevas zonas exploradas o las nuevas reglas que se investigan se encuentran en proceso, lo que dificulta su completa auscultación por ser nosotros mismos partícipes y estar inmersos en dicho proceso (Lagos 2005).

2.1.     Fragmentarismo y metanarratividad

El fragmentarismo se expresa mediante una serie de relatos inconclusos con diversos narradores que gráficamente pasan de la letra imprenta estándar a la cursiva y viceversa, produciendo una alternancia de voces y una desalienación del proceso habitual de lectura.

 La letra en cursiva representa lo que el narrador extradiegético piensa y que luego dialoga con la narración propiamente tal escrita en letra imprenta estándar, produciéndose algunas metalepsis (Lagos 2003; 2005; 2011 y Genette 2004), pues el narrador extradiegético forma a veces parte también de las narraciones introduciéndose en la diégesis y metadiégesis de los relatos inconclusos cambiando de género confundiendo y descolocando así al lector.

La letra cursiva contiene escritos los pensamientos del que se entiende como el personaje protagónico o la voz que predomina, una especie de citado o autocitado que hace mentalmente de sus recuerdos o digresiones. Estos – los recuerdos y digresiones se cruzan con los textos enformato diálogo con sus hermanos, padre y alternos, constituyendo reflexiones sobre la base de lecturas que fluyen y que no están contenidas en lo que no está en cursiva.

El protagonista, o voz protagonista, no habla, jamás dice, solo escucha, o la respuesta está escamoteada y sólo se le entrega al lector la apelación del otro, por eso el personaje predominante solo piensa en (letra) cursiva o reflexiona; quizás es parte del silencio, del apocamiento y la frustración que tiene (o tenemos todos) y que al final solo habla por su supuesta obra literaria. Por eso también en prosa -sin cursiva- están las metahistorias de violencia que se le podrían atribuir como creador.

En “26. The Bravery/Unconditional/3:19” expresa la narradora diegética de esta sección:

-¿Cuándo empezaste a escribir? Así es… a ti te hablo… No te hagas el tonto, yo te conozco, eres escritor, no intentes negarlo… Quizás no me recuerdes… Pues bien, yo estuve en un taller que hiciste hace unos años./…/. Yo misma lo he intentado, tengo millones de historias para llenar mil libros. Algún día quizá, si tengo ánimo… 

Ahora, en cursiva y a continuación del párrafo, el narrador extradiegético escribe:

(Sí, seguro… algún día) Hay un punto en que todo se vuelve una excusa, un mecanismo de dilación y debes pensar si todo lo que has hecho tiene algún valor frente a eso que has dejado en lista de espera… (pág. 30).

Más adelante, se retoma el diálogo entre ambos narradores para terminar la sección el narrador extradiegético.

La metanarratividad, por su parte, la entiende Eco como “…reflexión que el texto hace sobre sí mismo y la propia naturaleza, o como intrusión de la voz del autor que medita sobre lo que está contando y que incluso llega a exhortar al lector a que comparta sus reflexiones” (2002: 224; véase también Genette 1971 y 1982). Para nosotros, este rasgo se puede observar como realización de metalepsis, metacrítica, metatexto y, específicamente, como metanovela, en el sentido de que asistimos a trasgresiones por parte del narrador de los planos narrativos; a juicios sobre la literatura y la novela en particular desde la novela misma; a evidenciación de los procesos de creación y construcción del texto (priorización de la enunciación por sobre el enunciado) en el texto mismo y a novelas o relatos y metarrelatos dentro de la novela dirigiéndose a ella misma.

Víctor Quezada ha dicho al respecto sobre Random:

Fijémonos solo en un procedimiento. Ese yo personaje que actuaría como conciencia metanarrativa (esa conciencia que puede ordenar el mundo y crear jerarquías), cuando aparece, lo hace en cursivas, como si esa voz que en principio leemos como vozarticuladora fuera en realidad una cita.

¿Qué haría, entonces, suponer que esas historias intercaladas sean “vidas imaginadas” y no la otra historia, la historia de quien escribe? Me pregunto, ¿no será la huella del yo como cita suficiente evidencia de que esa historia es la vida imaginada?

¿Por qué no pensar que esas vidas inasibles, inarticuladas y siempre diferentes se parecen más a la realidad, precisamente inasible, inarticulada y diferente, como pareciera ofrecérsenos a nosotros? Descansa bajo esa atribución de “vidas imaginadas” a las historias discontinuas una idea de la realidad o del realismo que infecta el trabajo de la ficción (Soulages).

Como muchos narradores contemporáneos, pienso en Claudia Apablaza, por ejemplo, quizás Daniel Rojas Pachas nos intente decir algo a este respecto: así como no hay una línea recta entre el nacimiento y la muerte, entre Homero y Joyce, no hay una vida verificable detrás de la ficción y lo real, es obvio, no es más que ficción.


2.2.     Heterogeneidad y heteroclicidad

La alusión a géneros distintos desde los epígrafes de cada capítulo a su inclusión en los relatos relaciona el discurso con la música y con otras lenguas, dándole el carácter de heteróclito al mismo y apelando constantemente a la enciclopedia del lector (cf. Eco 1989).

El afán de hurgar en la memoria y reconstruir la existencia del personaje en busca de una identidad extraviada en un mundo virtual constituido por programas televisivos y música extranjera, constituye un virtualismo que enajena, desconcentra, pero que a la vez conecta al personaje (y al individuo de nuestro tiempo) a una variedad de “antenas de mundos” creando un conflicto identitario en el protagonista.

En “105. Brainiac/Martian Dance Invasion /2:16” el narrador hace el siguiente alcance:

Lo he hecho muchas veces, he pasado tardes enteras y muchas noches, buses y pensiones rodeado de personas /…/, pero termino hartándome de su mierda, demasiados niñitos bien jugando a ser rockers, muchas punketas al pedo, góticas teñidas de fucsia o verde invitándote tragos,” y lanzando citas “de algún libro perdido de Onetti o alguna frase inteligente de Woolf, Sarah Kane, Pynchon o Guattari/…/ aunque al final, pese a ser tan esnobs, más allá de su marginalidad, patéticos dentro de su pose alienada y su cultismo pop, todos juran ser americanistas/…/ se lavan la boca con Residencia en la Tierra y el Popol Vuh, Churata y la recuperación de los mapuches y el aymara y cuanta mierda quieran rescatar del olvido y ajustar a su moda. 


2.3.     Dialogismo intertextual

La doble lectura impuesta por el dialogismo intertextual exacerba en el texto en cuestión las preferencias, seleccionando a lectores competentes literaria y semióticamente, quienes para comprender el texto deben reconstruir el enrevesamiento constructivo generativo. De esta manera se impone más bien un”guiño culto”, toda vez que un lector ingenuo o semántico (o semiótico, en términos de Eco) puede abandonar la lectura al encontrarse preferencialmente con procesos de construcción enunciativos mezclados con enunciados esperados, levemente distinguidos por el tipo de letra.

El dialogismo también se expresa a través de la recurrencia intertextual al género noir, al cine gore, videojuegos, el ciberpunk, géneros musicales, jerga tecnológica de otras lenguas o mezcla de ellas, el cine actual, a escritores, críticos y teóricos de la literatura.

En “56. The Who /Baba O’Riley/ 5:08” el narrador expresa:

Recuerdo esas mañanas, demasiado frágil para estar en el patio con los otros niños, enajenado viéndolos jugar a la pelota, ausente desde un ventanal de la sala de clases mientras dibujaba y escribía algunas historias, más bien re-escrituras de los monos que veía en esos días, los Halcones Galácticos, los Thundercats, el Súper Agente Cobra y el Festival de los Robots, […] No conocí la calle hasta los quince, mi mundo era como esas fantasías de Kate Winslet en Criaturas Celestiales, con todo y Orson Welles incluido, sólo que en mis sueños el viejo Welles era la voz de Unicron, una cabeza gigante de robot con unos bigotes muy parecidos a Ming, el enemigo de Gordon en los Defensores de la Tierra, tragándose todo a su paso…

El epígrafe inicial -la cita de Barthes- indica intertextualmente la conexión memorística con otros sistemas comunicacionales y que son –querámoslo o no- partes constitutivas de la conciencia humana en el mundo actual.

El tema de la familia es transversal en la novela para el protagonista y para las distintas historias: el padre es echado de la casa por la madre por el supuesto de tener otra familia. La madre había reaccionado teniendo por amante a un tío, y el narrador, siendo pequeño, recuerda en “75. John Lennon/ Watching the wheels/3:32” 

…lucía viejo, cansado, incluso gordo, pero daba la impresión de ser feliz, muy distinto a como salió de casa esa tarde de sábado, cuando mamá lo echó cagando. Ese día fue una real cagada, el espectáculo más patético que he visto. Gritaba que estábamos equivocados, que él nos probaría que todo era mentira, que nos amaba y que el tiempo le daría la razón. Se llevó su vida en una caja, me dio un abrazo y dijo que le daba pena lo ocurrido, que era probable que no nos viéramos por un tiempo y que yo crecería y eventualmente entendería todo. /…/. Luego subió a un taxi y los tres lo vimos partir./…/, no quise llorar, pensaba en mamá más que en él y sin dudarlo dije, cuando el taxi ya no se veía: “Este conchasumadre cree que somos huevones, se caga a mamá y viene a decir que el tiempo le dará la razón” 

 La vida del protagonista, fragmentada y ensamblada con otras historias, se extiende desde su asmática infancia, adolescencia, estudiante universitario de derecho, de literatura, profesor de universidad, editor, poeta y escritor. Toda la novela opera tal como funciona la memoria del protagonista que nos habla a través de los recuerdos de una niñez desarraigada signada por la falta de un padre y la presencia de una madre sobreprotectora, además de una enfermedad respiratoria (asma) que lo aísla de los otros niños. Con letra cursiva, al final del texto, el narrador reflexiona poéticamente una vez más sobre su escritura y el mundo que intenta representar a través de ella:

Cuántas veces puedes escribir la misma historia y recorrer un mismo camino memorizando el orden de esas luces que anticipan ciudades naciendo detrás de una montaña, inundan la oscuridad como una gran paño artificial hecho de destellos y, en esos puntos diminutos, cuántas vidas se están repitiendo y cuántas se deciden… El mismo texto para distintos lectores… A veces trato de imaginarlos pero me supera y pongo atención en uno solo, lo imagino, me pro-yecto y creo que alguien en ese cuarto me está pensando, un niño con asma, quizá él pone pausa a su partida de Final Fantasy para mirar desde la ventana/…/. 


3.     A modo de conclusión

La estructura generativa organizacional de la novela de Rojas demanda del lector una inhabitual forma de leer poniendo “en máxima tensión los límites del género narrativo”, según palabras de la editora en la contratapa del libro. Esta tensión supera el concepto tradicional de realidad y por ende el de racionalidad por la toma de conciencia de que el sujeto es parte del ámbito que describe e interpreta y que aquello que interpreta se realiza y construye en el lenguaje.

En este mismo sentido, la novela impulsa en el lector empírico su inclusión en un proceso de desenajenación o salida del enunciado (del lenguaje-objeto) para iniciar un proceso de descubrimiento del proceso mismo de construcción en aras del encuentro de reglas que conforman estructuras (lenguaje-significante) como modo de adaptación constante y permanente de lo incompleto, inacabado y por hacer, metáfora del tipo de sociedad que enfrenta el hombre posmoderno en la que los entimemas (Aristóteles s/f y Barthes 1970 y 1974) construidos soportan (y viceversa) el verosímil (Todorov 1970 a y b) de una sociedad del conocimiento que cambia de modo vertiginoso por la globalización y tecnologización del saber, del poder, del trabajo y por ende de la cultura, de aquella cultura entendida, con Max Weber y Clifford Geertz (2000), como unaurdimbre o tramas de significación que el mismo hombre ha tejido y que le permite reconocerse como tal dentro de la sociedad.

 Pareciera ser, por último, que el mensaje metafórico final es conducirnos a una toma de conciencia de la clave vital del mundo posmoderno: conocer las reglas vigentes temporales y versátiles de la sociedad y que ya no hay canon validable (fin de los metarrelatos).

Leyendo esta rítmica novela que coincide con la pulsación actual de todo tipo de lector a pesar de su estructura no lineal, aparecen en el receptor asociaciones con otras lecturas en muchos momentos: la historia de Giambattista Yambo Bodoni de La misteriosa llama de la Reina Loana de U. Eco (2005) y de Flannery y el Lector (personaje) de Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino (1980), en la que la reconstrucción de la memoria y las historias inconclusas y fragmentadas, respectivamente, conforman una especial y significativa metáfora del mundo actual posmoderno.

En Random, Daniel Rojas crea estrategias que trabajan la forma, el cruce con elementos del pop, la integración del lenguaje del videojuego y la fragmentación que también puede encontrarse en su libro Carne (2011); el cruce de discursos en que se reescriben intertextualmente pasajes de la poesía o que se insertan como parte de su prosa creando una fusión entre lo dicho por otros y por su hablante: esto lo realiza en Cristo Barroco (2012) y en ciertas partes de su libro Soma(2012), que es un híbrido de poesía y prosa. Allí comienza a trabajar el tema de lo aleatorio, azaroso y el bricolage en que elementos dispersos crean una unidad para el lector desde la dispersión.

Bibliografía

Aristóteles. s/f. Retórica. Madrid: Aguilar.

Barthes, R. 1970. ”El efecto de realidad”. Lo Verosímil. Buenos Aires: Editorial Tiempo Con-temporáneo.

      . 1974. Investigaciones retóricas I. La Antigua Retórica. Ayudamemoria. Bue-nos Aires: Tiempo Contemporáneo.


Calvino, I. 1980. Si una noche de invierno un viajero. Trad. Esther Benítez. Barcelona: Editorial Bruguera.

 Eco, U. 1981. Lector in fabula. Barcelona: Lumen.

              2000. La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa.                               

              2002. Sobre Literatura. Barcelona: Océano, RquR Editorial.

              2005. La misteriosa llama de la Reina Loana. Toledo: Lumen, S.A. Geertz, C.  

Genette, G. 1971. Figures III. Paris: Editions Du Seuil.

                 . 1982. Palimsestes. Paris: Editions Du Seuil.

                 .2004. Metalepsis. De la figura a la ficción. Buenos Aires: F.C.E.


Lagos, J. 2003. La metalepsis y la actividad cooperativa del lector empírico. Estudios Filológicos, Anejo 16. Valdivia: Facultad de Filosofía y Humanidades, UACh..

.2005. ”Si una noche de invierno un viajero de I. Calvino: ¿una metáfora de la posmodernidad?”. Estudios Filológicos Nº40.


            .2011. ”De la metalepsis a la antimetalepsis: de Quintiliano a Genette”. Estudios Filológicos Nº47.

Lyotard, J.F. 1989. La condición postmoderna. Madrid: Ediciones Cátedra.

                  .2003. La postmodernidad. (Explicada a los niños). Barcelona: Gedisa.

Quezada, V. 2014. ”La línea entre Homero y Joyce: Random de Daniel Rojas Pachas”. Madrid: Ediciones Cátedra.

Rojas Pachas, Daniel. 2018. Random. Arequipa: Aletheya Ediciones.
Todorov, T. 1970. ”Introducción”. Lo verosímil. Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo.

Wellmer, A. 1993. Sobre la dialéctica de modernidad y postmodernidad. Madrid: Visor Distri-buciones.


Poemas de Sergio Ernesto Ríos

$
0
0




Extraidos de  EL GANADOR DEL PRIMER PREMIO  DEL CENTRO DE ESTUDIOS INTERPLANETARIOS




si es niña que se llame jerigonza
y luna en un jardín de miembros siameses
y la promesa y el monstruo
y no puedo levantar la cuesta
y jaula con máquinas para la ciudad al fondo de mi sien
y un dulce nuevo estilo de estar intoxicados
y bulbo que marcha a la sombra
equidistante
entre una sala de quirófano y un bosque
y golosina tras la muerte
y nostalgia subterránea extraterrestre
del calor de hogar






la gracia prudente
de una reservación de asientos eyectores
observados en un cuenco de cristal

en el desamor
que viste un kimono de luces plateadas
y rastros de paracaídas

medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales








he calculado el horario estelar en el planeta de los obispos prismáticos
y debajo de sus cubiertos puse transmisores de onda corta
y debajo de sus sillas marmotas entrenadas
y debajo de la alfombra sólo encontrarán al jefe de estación

luego cogí sus manos sus temas de cautiverio y su contraespionaje
algo mejor que rezar es pasar toda la noche apretando el gatillo
aunque esa vez pedí al creador una maniobra que les desprendiera los birretes e hiciera mermelada de cada cerebro

y también robots animándome como a un héroe
y que luego él tomará el centro de la luna como un micrófono gigante al que fuera a dar un gran beso y me dijera muchacho muchacho conoce a tu enemigo
conoce a tu enemigo







le dije al Sr. Cavatumbas 
los niños zombis aman a las tortugas deslizándose en sus jugos gástricos
entierra mi corazón en Varsovia

le dije al Sr. Cavatumbas
sólo si fuera convidado a un día de campo en el jardín selenita
entierra mi corazón en Varsovia







para Sisi 

me dijo que venía de melmac
era pequeñita apenas ochenta y dos centímetros
y tenía el pelaje café claro
unos ojos redundantes en la oscuro
y la nariz curiosa de un oso hormiguero
unas botas grises extraordinarias le ayudaban a flotar y teletransportarse

su aeronave tenía la apariencia de una cáscara de nuez 
todo lo controlaba con la mente y era instantáneo
subimos
esto es una bola de fuego
esto es la misericordia
las nubes repetidas en nubes espejos
dragones a contramano
un test espacial
los roedores suben noventa grados
las constelaciones son dirigidas en pases de molusco








Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Publicó Quienquiera que seas (FOEM, 2015), Brazuca (Palacio de la fatalidad, 2015), Obras Cumbres (Bongobooks, 2014),  La czarigüeya escribe (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas, Muerte del dandysmo a quemarropa (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2012) y Mi nombre de guerra es albión (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010). 
Tradujo del portugués Bruno Brum a ritmo de aventura de Bruno Brum (Palacio de la fatalidad, 2017); Droguería de éter y de sombra (Palacio de la Fatalidad, 2014) de Luís Aranha; Oda a Fernando Pessoa (Palacio de la Fatalidad, 2017), Paranoia (Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas salvajes, 2010) de Roberto Piva; la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011). Tradujo del inglés, con Diana Garza Islas, Una noche, senté a Donald J. Trump en mis rodillas/Y otras teorías estéticas del siglo XXI (Oficina Perambulante y Palacio de la Fatalidad, 2017), a partir de un ejercicio de Chris Rodley.  Imparte los talleres de poesía latinoamericana Periferia de Escribidores Forasteros en la Ciudad de México y Toluca.  Trabaja en la librería Mi Primer Día en el Salón de la Fama.



Post porno [Por Rodrigo Ramos Bañados]

$
0
0



Post porno
Por Rodrigo Ramos Bañados

         

        Cuando otra vez lo invadió el desánimo como una conclusión de un momento plano en su vida amorosa, donde no cabía esforzarse por ninguna relación aunque alguna de sus amigas valiera la pena, Fernando decidió no tener sexo por tiempo indefinido y concentrarse en la pornografía, ignorando los alcances que tendría tal decisión.
Fernando de 41 años, venía de su segunda separación que le dejó un hijo de 5 años. Tenía una hija de 8 años de una relación anterior. A sus dos hijos les dedicaba parte de su tiempo, tras los tiras y aflojas con sus ex parejas, especialmente con la última con quien la ruptura estaba fresca, y que a la larga se le habían transformado en un tormento sicológico y peor aún, económico. De igual modo se las arreglaba para estar siempre presente, a pesar de las resacas y el cansancio acumulado como dirigente sindical de la exigente empresa donde trabajaba. Desde que se separó, Fernando vivía solo en la casa que compró a medias con su ex pareja.
La casa contaba con cuatro habitaciones, dos de ellas decoradas con diseños infantiles y colecciones de juguetes –en la colección de StarWars, Fernando había invertido casi 20 años y bastante dinero- en las cuales alojaba a sus hijos, cuando se quedaban a dormir con él y eso, al menos, era dos veces por semana. Fernando sostenía extraños fanatismos por ciertos personajes. En su habitación había fotografías de películas del expresionismo alemán como Nosferatu y el Gabinete del Doctor Caligari y una foto ampliada, quizás la más extraña de todas, del escritor Jorge Baradit, vestido con un traje de cuero sadomasoquista y apuntando a todos con una ametralladora tipo Thompson. Quedaba claro que Fernando era cercano a Baradit. En un rincón había uno foto del Jesús ensangrentado y de Mel Gibson fumando , que al mirarla funcionaba como su memoria culposa pues Fernando se había criado en un colegio jesuita.
El perro de Fernando se llamaba Ronaldo, y se ganó un lugar cuando de cachorro lo siguió una vez que caminó borracho hacia su casa. Desde que se separó cultivaba marihuana en el garaje que le otorgaba dinero extra, aunque se ponía neurótico cuando intentaba venderla pues temía que sus vecinos –que conocían de sus escandalosas peleas con su ex y borracheras- lo denunciaran a la policía. Habitualmente Fernando era visitado por sus amigos, quienes lo admiraban por su posición contraria al sistema, por sus desquiciadas historias de bares –que escribía en primera persona, en una columna que aparecía en un periódico cultural- y porque se asumía como un bebedor más bien social. Nombrar un bar en sus columnas, era ganarse un espacio en estos bares. No era belicoso con el alcohol y eso lo hacía distinto en la bohemia de una ciudad donde la mayoría de las veces el alcohol sonsacaba demonios. Lo que en el último tiempo colmaba la paciencia de Fernando, eran las discusiones con sus ex parejas, especialmente con la última, quien trabajaba en un banco. En el trabajo sabían cuando ella lo llamaba. Fernando se paraba con actitud nerviosa del asiento y se iba a hablar a otro lado, sin embargo desde la oficina igualmente se escuchaban sus gritos e insultos. Luego regresaba con el rostro enrojecido, se ponía los audífonos y no hablaba con nadie por varios minutos.
Un hecho, que puede calificarse de importante, y que aceleró la decisión de Fernando de no tener más sexo, fue el siguiente: Fernando tuvo una relación con una chica que conoció en un pub y que con quien tenían mucho en común, especialmente el embeleso por el alcohol, relaciones frustradas, hijos y dimes y diretes con los padres de sus hijos. La chica, que era cinco años menor que Fernando, al ver la casa de Fernando y el espacio vacío que tenía ésta, le propuso compartir la casa con su par de hijos, dos mocosos, uno de 4 años y otro de 2 años. Fernando, imaginándose el embrollo entre los mocosos de ella y los suyos, la miró y no le respondió a la primera. La segunda vez que ella le preguntó, él contestó con tono silente, casi susurrándole, que lo pensaría y en la tercera ocasión, Fernando le aclaró a la chica que no estaba en sus planes formar una nueva y abundante familia –con una gesticulación como si tuviera peso en las manos y les costara mover éstas por esos pesos imaginarios- y que ya tenía bastante con su pasado. Le dijo que ella decidiera mantener la situación de ese modo o largarse. La chica, tras la discusión que se había transformado en indescifrable por los insultos, se fue con la rabia de haberse sentido utilizada. Antes de irse le rompió un vidrio de la entrada de la casa, cuestión que alarmó a los vecinos, quienes otra vez llamaron a la policía.
Nuevamente Fernando, medio borracho, tuvo que salir a dar explicaciones.
Fernando pensó que todas las potenciales parejas que tuviera querrían formalizar y a la larga él se envolvería en otra relación que finalmente explotaría pues no cambiaría su manera de vivir y menos a su edad, donde los años comenzaban funcionarle como cuerdas al cuello que lo iban estrangulando. Fernando no era a esas alturas un hombre físicamente atractivo. Lo fue en su juventud, pero ahora acarreaba una incipiente panza por alcohol y falta de movimiento; su poco pelo estaba entrecano y eso le sumaba su baja estatura pues no pasaba el metro 70. Sin embargo en Valparaíso había bastantes chicas que preferían a los tipos bohemios con un discurso entre político y cultural. A sus 42 años le iba bien con las chicas y podría continuar igual, pero ese temor a enfrascarse en una relación que lo confirmaba en los hechos, le complicaba la existencia.
Por eso no fue extraño que de un día para otro Fernando optara por las pajas.
Una vez que tomó la decisión, su rutina partió de esta manera: después del trabajo arribaba a la casa con la idea prepararse algo de comida, beber una sopa Maruchan y luego, estimulado por una porno, se hacía una buena paja. De a poco aprendió a buscar sitios pornográficos de calidad superior, en portales como Redtube, Pornotube u otros de la extensa familia tube. Así llegó a los sitios de porno HD, con sus agudos detalles a los que sólo les faltaba el tufillo a sexo y transpiración.
La actriz porno que lo deslumbró fue Remy Lacroix. Le resultaba inexplicable lo que hacía Remy en los videos. Su cuerpo frágil, de no más de un metro 65, era hurgueteado por seis tipos de extravagantes pijas con aire de motociclistas que la torturaban. Le resultaba chocante, pero igual eso lo excitaba. Otras veces un negro con un pene gigante acorralaba a la pobre de Remy. En otras aparecía Remy, con un cinturón que tenía un pene y se lo introducía a un hombre y así, con ese rostro tierno, pero retorcido a la vez, se vengaba de todo lo malo, pensaba Fernando a esas alturas, que le habían hecho los seis tipos depravados. Ya odiaba a esos seis canallas. El mundo porno de Remy le generaba conclusiones maniqueas. Fernando leyó en Google la historia de Remy y la razón de por qué entró a la industria pornográfica. La chica partió como danzarina del hulahula y de repente, decía la biografía y eso de repente era ambiguo como inclasificable y le provocaba un vacío a Fernando, cayó en la industria del porno bondage en esa película de los seis tipos. No había nada que hacer, Remy, con sus pequeños senos, rostro angelical y culo gigante, se transformó con un par de películas en uno de los estandartes de los pajeros del mundo. Sin sufrir demasiado logró ser la mejor actriz revelación del año 2013, pero de pronto abandonó la industria, desapareció y dejó una cantidad inclasificable de viudos.
Fernando la comenzó a seguir en las redes sociales.
De pronto, Remy lo adhirió a Twitter. Lo mismo le sucedió con Keisha Grey, de quien le gustaban sus breves gemidos agudos, su cuerpo medio grueso parecido al de las chicas que veía en la calle, sus senos grandes y galopantes cuando se sentaba en las rodillas de algún turboman y con la morena August Ames, con quien de tanto ver sus videos, ya había logrado cierto acople entre el fingido orgasmo de ella y su eyaculación. Después de pajearse varias veces por éstas y otras chicas; y sentir un placer controlado que sólo era superado sólo por el de Remy, investigó sus vidas en las redes sociales y en especial, por qué razón llegaron al mundo de la pornografía, habiendo otras posibilidades de menor exposición. Podrían haber sido modelo o haber tenido una vida normal, y ¿Qué crestas era para Fernando, la vida normal de una chica?: ¿Una mujer independiente capaz de sostenerse ella y con sus hijos, y es ahí, donde aparecían los flashback de sus ex parejas atosigándolo como lo contrario de esa perfección, que más bien eran la imágenes de sus malas decisiones, de sus fracasos?
La respuesta era fácil.
Las chicas exhibían una vida de lujo; lo mismo Keisha y August. Comerse penes gigantes no era un gran sacrificio, pensó. Podían trabajar una vez a la semana, o una vez al mes. La recompensa era abundante. Fama y fiestas, venían de la mano. Y no había más que dinero detrás, aparentemente. Ellas no parecían portadoras de ningún mensaje salvo sus monótonas perfomance sexuales, pero en el caso de Remy esa idea no conformaba a Fernando.
Irremediablemente quería saber qué sentía y pensaban ella, y la única opción que avizoraba era contactarse y preguntarle directamente. Buscó. De esa manera podía pasar horas, buscando. Partía a las 22 horas con el ritual de los videos y terminaba a las 2 de la madrugada leyendo todo lo que había en la red sobre ella. Así, por un tiempo, había dejado de ser un problema para sus vecinos. Gracias al porno ya comenzaba a saludar a sus vecinos y hasta quizás podría transformarse en un vecino modelo. Sus amigos deducían que estaba leyendo o preocupado de algún proyecto cultural. Casi cinco horas a diario dedicadas a investigar el porno después del trabajo. Se hacía tres pajas por noche, a veces más.
Remy en Twitter se mostraba en las fotos fumando marihuana con enormes y anudadas pipas de cristal. Subía fotos de humo; formas de humo y sombras de humo. Nada de sexo.
Esa versión de Remy era más convincente para Fernando y contrastaba con sus películas anteriores, que las veía con obsesión; su vida de actriz porno le parecía un breve descalabro en la que ahora consideraba una mujer de virtudes y belleza. Ya estaba convencido que la marihuana la había purificado. Fernando pensaba en Remy mientras fumaba marihuana en una pipa de agua, similar a la que utilizaba Remy, en su garaje al que había llenado de pipas de agua de distintas formas.
Llevaba tres meses investigando el significado de la vida de Remy, sus motivaciones, y ya estaba convencido que Remy era distinta, cuando Remy, la exquisita Remy, le contestó los muchos mensajes y fotos de formas de humo, algunas de corazones, que le envió por Twitter, con esto: -John 3:16 -.


[Texto inédito de Rodrigo Ramos Bañados]





Rodrigo Ramos Bañados. Nació en 1973 en Antofagasta, Chile. Periodista y autor, acutalmente es reportero de la cadena de diarios La Estrella. Como escritor ha publicado varias novelas, la primera de ellas Alto Hospicio, salió a la luz en 2008 en forma de blog para luego ser editada por Quimantú (esta novela fue reeditada el 2015 bajo el sello Emergencia Narrativa). Alto Hospicio cuenta además con una adaptación a comic y narra la relación de un periodista con un sicópata mientras se cometen una serie de crímenes en la localidad nortina. Pop (Cinosargo, 2010) es una obra fronteriza nacida entre Chile y Perú en clave gonzo. Namazu, su tercera y más reciente novela publicada por Narrativa Punto Aparte, genera un ficción a partir del gran terremoto y tsunami del norte.




Poemas de Willy Gómez Migliaro

$
0
0



         ​

SEGUIR LA LÍNEA DE PENSAMIENTO moderno es también

<<muda sabiduría>>

el mundo lo resiste con su escriba al fin barriendo el misterio de la lengua

aquí habrá una distancia una historia de huacas de momias

de algo vivo aunque no lo creas

un agraciado maestro que finalizará con el Perú

certificando la muerte y la resurrección de nuestros héroes

en un comedor donde todos en clorhidrato de cocaína

los recordarán a viva voz

y dirán a cualquier comisión de velas encendidas:

la disposición de esos cuerpos no era de un mando de capataces

se sabe de estos campos muertos como una casa de las ficciones aún

de la cena en el jardín de los sátiros y la diablada puneña

para olvidar nada más somos finalmente un monto de hacienda

una reunión de piedras

y fue borrado el río de una noche con ramitas de algo sucio

y todo fue discreción

un movimiento al fin de ataque hasta Europa

donde las costumbres al acecho desconocían mi piel dicen el ritmo

con algo de parsimonia también para la oración

y más tarde todo lo metimos en un manto blanco o bolsas negras:

manos ojos cuerpos amores despedidas

ahí nuestras manos alcanzaron una alcancía

de soles peruanos para la pachamanca que se sirve después del mediodía

entre ajíes como escribió Mesías Evangelista

y se supo de la papa huayro como un cuerpo celestial de nada al fin

de la papa rosada y los dientes y las llaves hasta el carbono catorce

de las habas negras que fueron las palabras después

lágrimas desde Huachipa por no decir esos huequitos del cuerpo

tienen el tiempo de un lunar de un tatuaje de un beso con balas

y olor a kerosene

aunque más claro ahora son otros campos como plantea Migliaro

al crear un océano de escritura deshecho

soledades del Perú y un sol en las manos mira

al probar otros deseos urbanos

sensaciones en gracia por los dones

olvidamos ese sueño de intranquilidad y danza migratoria

hasta cuando conversamos con alguien que elige sus espacios

hay un doble juramento

& ya no podrá más mi alma si se ocupa de esto si construye si destruye

transformado en su multitud

y hacia allá han construido un boulevard de pisa-seres:

mujeres cada día más bellas más entusiastas

y una carrera de hombres más solemnes más blancos

más cholos más afectados

ah signado por el poder uno se divide y goza su honor

en el fondo la cultura es oscura

viste la vanidad

a este lado hacia arriba

ahora de Abancay de Lima de Huancayo de Tacna

nudos atados por la celebración & extensión del Perú en láminas negras

el espectáculo es otro barrio de palabras a un retorno pasado

y el agraciado maestro cobra y marca la sensación de futuro

la estación de la república de Basadre





DESDE LAS EXPOSICIONES de ayar manco a la cumbia tropical

de raudal en raudal la hacemos en escuelas militares

a un paso de los andes al donar los soles

si responde la tolerancia de saber que tienes belleza

no la división al vestir de primavera un país

ya cualquiera intenta saltar no ser una provincia

porque al crear sobrantes vaticinas otra destrucción

de relatar la historia del Perú al fondo de la oscuridad

porque al hablar huacos se forma el tiempo de un cuerpo

fardo moderno al levantar cortinas no más

prohibir cualquier denuncia de coser bolsas hace 20 años &

desaparecer el estado de la representación heterogénea

hace 10 años valía era solo cuidar una forma política

hasta llamar al orden todo tipo de mal gusto y curar valles

primero de los signos pero no de cambiar de negar

toda semejanza con el resto





BORRAR TODA ESA CONFUSIÓN de las hormigas faraonas abajo

el cerdo salvaje corre con su propia dentellada

deformación de ríos pestilentes

de nuevo tumba como hace veinte años

olor a kerosene entre los platanales al iniciar la operación

viste la decapitación de un ejército salvándose entre la humedad

de un escondite con afanes para nuestro nuevo terrorismo

la serpiente de oro se tiñe de sangre

nuestros campos de coca forman un octogonal de ruina moderna

y el ofrecimiento es una empresa saneada sobre papel

y para ti la ligadura la tenaza la mordedura de serpiente

o el éxodo en motocross hasta llegar a la otra margen

si el desplazamiento de cierto terrorismo sutil prospera

pero es tarde para dejarlo todo como está

surge el estado y crea sus rehenes a este lado desierto e inoido








Willy Gómez Migliaro. Lima (1968) Es autor de los libros de poesía Etérea (Hipocampo Editores, 2002), Nada como los campos (Hipocampo Editores, 2003), La breve eternidad de Raymundo Nóvak (Hipocampo Editores, 2005), Moridor (Pakarina Ediciones, 2010); Construcción civil (Paracaídas Editores, 2013); Nuevas Batallas (Arteidea Editores, 2014). Compilador del libro OPEMPE, relatos orales asháninka y nomatsiguenga (2009). El 2015 su poemario Construcción Civil es declarado ganador del V Certamen de Poesía Hispanoamericana:Festival de la Lira. 


Tres libros de Alfred Kubin (incluye su autobiografía)

$
0
0


El Gabinete De Curiosidades - Autobiografia 
El Trabajo Del Dibujante 
 La Otra Parte Mult

Alfred Leopold Isidor Kubin (Leitmeritz, Bohemia, 1877 ` Zwickledt, Austria, 1959) fue un ilustrador expresionista austriaco y escritor ocasional, descendiente de ancestros checos. Se considera un importante representante del Expresionismo, destacando por sus fantasías oscuras, espectrales y simbólicas normalmente relacionadas por series temáticas, coon influencias en sus obras tempranas de artistas como Francisco de Goya, James Ensor y Max Klinger. Fue, también, un más que notable grabador y un excelente ilustrador, como es patente en sus trabajos tanto sobre la Biblia como sobre la obra de Hoffmann, Nerval, Dostoievski y Poe. Pero la literatura le debe la novela `La otra parte` que, aparecida en 1909, ha conseguido ocupar un lugar privilegiado dentro de la literatura onírica y de ficción. Fue autor de otros dos relatos: `Dämoen und Nachtgeschichte` (1926) y `Phantasien im Böhmenwald` (1951). 

Poemas de Albert Estrella

$
0
0




Mi lucha I poema Svastica 
Jaroslaw dibuja mentalmente una caída desde el cielo como si esa caída tuviera que ver con el dìa de su muerte Pero El día de su muerte es como la escena final de inteligencia artificial con el oso tedy buscando el cabello de mi madre a quien quiero clonar por otro lado Hay una virgen maría destrozada por el fornicio… Jaroslaw cruza un campo nazi parecido a Sobibor Se acerca a la reja y se queda mirando por un lapso de 6 años mientras con sus dedos se rasga las huellas digitales…
¿Qué clase poema es este? Acaso no se puede tomar un epígrafe de Gonzalo rojas ese que dice: “Perdí mi juventud en los burdeles” e iniciar una exploración Inprivate mientras se busca sexo oral en xvideos y escribes palabras estrechas como agujero o coño pero Jaroslaw sangra desde la huella digital de su padre mientras el campo se cubre con Zyklon-B  los tiempos se bifurcan en varias líneas de tren hasta Dachau y Auschwitz – Birkenau  la muerte lo cubre todo con su aire que respiro hay una virgen reconstruida con el semen de los no-natos todo tan virgen tan desplacentado hay una gorda que insufla gas gas gas Zyklon-B  Hitler en el capítulo II del “Mein Kampf” decía: “Cuando mi madre murió, mi Destino en cierto sentido ya se había definido…” y a mi este poema me da miedo porque mi madre está muerta a mi costado pero igual me susurra que no la mate que escriba con su sangre y lo único que hago son svasticas rasguños de asfixiados prendas que juntan los sonderkomandos y encuentran un trozo de pan y se lo guardan para el futuro escribo palabras como letrinas que rebosan y al medio estoy yo esperando excremento para vivir camuflado soy un  camaleón un bastardo sin gloria te apunto a la cabeza detrás de la nuca busco en el google cómo manejar una Panzerschreck  que en una burda traducción al español es el terror de los tanques busco en el Youtube como encender una mecha y volar toda una generación de natimuertos para que broten de sus tumbas como yerbas malas (perdonen pero esto es un símil así que viene la Gestapo y la aniquila) palabras como el veneno de Heinrich Himler deslizándose por la garganta llegando al cerebro pero ya estás colgado en Nuremberg  Heil Hitler heil Hitler tradúzcanlo al alemán y que Heidegger escriba una reseña de lo siniestro mientras  las paredes se cubren de rasguños/ hay un poema de Zurita que acaba de llover del cielo y yo cubro mis oídos para no ver con los oídos sinestesia cubro mis partes íntimas con una hoja del edén escribo en la roca hablo con una roca que se mueve deja su huella deja vu deja sus Tabas pero la dimensión es tan siniestra que no hay pies nunca hubo pies el poema sigue lloviendo como si fuera la tristeza del desierto pero yo he visto sus vacas flacas todas transparentes pastar en ese desierto que ahora es mi cuarto cubierto de estiércol donde mi madre sigue muerta pero me dice que tome su mano. Aparezco en Sobibor sobre el techo con mi mira telescópica te apunto a ti a él nosotros ellos tratando de escapar el teclado suena como metralla Un Poema de Zurita está lloviendo desde mi infancia llena de cactus y camaleones no entiendo el alemán necesito una ducha no puedo regresar no puedo regresar Vernichtung / Arbeit macht frei  tengo una esvástica en vez de corazón heil Hitler heil Hitler…




Mi lucha II en el desierto figurado – des
A Jaroslaw lo sacaron de un recital porque decía gay Hitler gay Hitler pero él se refería a a Moe de los tres chiflados con un pepino en el ano casi como una escena del grito silencioso de Kensaburo Oé nada de sepukús ni Samurais de Mishima cayendo como mosca en medio de la modernidad nada de murakami escuchando a Coltrane nada de nada sólo decía gay Hitler gay Hitler y los cabezas rapadas lo botaron a patadas por lo tanto esa historia acaba aquí el poema se inicia en Sobibor con una púa desfigurando mi dedo índice que te apunta y te dice el poeta es un SonderKomando buscando joyas en medio de la muerte para vivir un día más el poeta recoge los cadáveres en carretillas pero a mi amigo poeta sub 25 no le gustan las metáforas me dice que toda la poesía post 80 es un desierto y que sobre ese desierto va a llover un poema de Zurita con sus vacas gordas sacrificadas, descuartizadas y que van a parar a un supermarket con código de barras pasando por la caja registradora y no tienes plata pides crédito no te dan pides limosna no te dan pides un poco de agua sobre este desierto pero todo es tan hermético como los acueductos de los nazcas descifrados por María Reiche y te ofrecen en sacrificio entonces mi amigo poeta de la generación X me dice que mi poema es pirotecnia juegos artificiales y los lectores se alejan de ella como los perros que se esconden en navidad y año nuevo pura pose kamasutra misionero flor de loto monte de goce y yo llevo 12 años dibujando círculos en el desierto donde llueve aguacero en parís pero tú prefieres garua en sonora al final todo es un espejismo del oasis no hay vacas no hay aguacero ni garua sólo tu hueso o como tú (hueso) quieras un falo con el meato apuntando al sol echándose un polvo en medio del desierto…




Regresión lineal

Jaroslaw dice que Todos los archivos de la Gestapo han desaparecido menos su nombre.  Pero yo no soy judío dice - como si sus palabras pudieran rasgar el vacío-
 Él dice que es un nombre invisible en la lista, pero Acaba de llegar con un aire que sopla debajo de sus pies como si estuviera levitando 
y El mar está a punto de chocar con el charco en que ha llorado palabras como desiertos
 que no tienen sentido porque No hay futuro después del presente. 
Y sí; -se dice hacía adentro. - No somos una recta, somos una curva una campana de gauss sonando en la eternidad, fíjese usted en esta dispersión de Pearson: 

¿Quién se cree usted entre tantos puntos?







Ah jason; tú y esa manía de descuartizar las palabras justo por las separaciones------- por las líneas ----------virtuales …………punteadas que existe entre dip…ton…gos tri---pton---gos trip—tó…fanos
se parece a una de esas cirugías donde todo está expuesto en la mesa de operaciones…
 pero ¿qué pasa si abres la palabra vacío?
y encuentras un poeta recién nacido a punto de asfixiarse
y re-buscas y encuentras otro poeta recién nacido
respirando, la palabra aire
 ¿te acuerdas ese poema con cuatro lóbulos?
Si ese poema tartamudo con lesiones en el área de Wernicke
 No. No me acuerdo
 tengo amnesia, parálisis del sueño esto es un REM
un corte en la lengua
que mana sangre, esa palabra grave, esa palabra roja, esa menstruación sobre los labios del silencio…


*

Jason Vorhees cuadra su 4x4 en la interestatal para la foto del recuerdo pero todo este viaje no tiene sentido/es decir: a Little Caprice le brillan los ojos de una manera casi cegadora aunque en realidad se le caen unas lágrimas en medio del desierto y esto es casi un milagro porque en el valle de la muerte a penas llueve cada 100 años … Y jason Vorhees no puede creer que hayamos terminado en medio del desierto /hasta las piedras parecen tener un motivo para desplazarse/ nosotros No. Nosotros nos desplazamos y hacemos huecos como las babosas/ en lugar de huellas dejamos huecos como las babosas del “orden Pulmonata sin concha o con pequeñas conchas internas, en contraste con los caracoles, que tienen una prominente concha”* y en contraste con Little Caprice nadie más tiene lágrimas sino ella que regresa por donde vino hacia la muerte pero a pie y en cada paso que da hay una guerra regresando desde sus escombros hay miles de bombas cayendo sobre Dresde desde un avión en picada /una ojiva llena de flores sobre los muertos un paracaídas sosteniendo todo el cielo una nube a punto de llover todas las lágrimas que Little Caprice contiene en la garganta cuando hace felatios –AQUÍ- se detiene el reloj porque hay que pagar el ticket / la cajera está pasando el código de barras por mis ojos y yo me niego a darle un precio viene la supervisora y cambian de máquina/ a mí QUE sólo me gusta cómo se deslizan los productos sobre mi pantalla esto es su ticket con descuento:


Jason Vorhees toma el Alka Seltzer y lo vierte sobre el ombligo de Little Caprice le dice que van a fundar el mundo sobre ese polvo efervescente, vierte entonces su coca cola de 600 ml y ubica su jitomate en la puertas del infierno cabe decir que toda esta escena ES UN PLAGIO de la misma escena de Oscarcito en el tambor de Hojalata… pero bajo el desierto siempre han crecido los tubérculos de una tristeza parecida a cuando tiene que llover durante cien años pero todo es tan seco en medio del calor Aquí se abre otra dimensión y sin ninguna explicación se cambia la música de fondo (hasta aquí nos acompañaba Vivaldi y su verano de las cuatro estaciones aquí en 36°27′25″N 116°51′55″O   


La poesía consiste en hacer jabones del bórax que vamos extrayendo de forma meticulosa y natural en los depósitos de evaporita, el bórax es un cristal blanco y suave que se disuelve fácilmente en agua, pero; ¿de dónde vamos a sacar agua sino de la evaporación de la última coca cola del desierto?
Aquí Jason vorhees dice corte. Little caprice se limpia el Alka Seltzer de entre sus pechos y me viene a decir que no, que no hay compatibilidad que no se puede hacer películas slasher cuando lo que ella hace es hardcore.
De la frustración toma una piedra y la lanza diez metros, nada más, nada menos hay tanta tristeza en su mirada que parece que va a llover pero ella cierra los ojos y ya estamos todos contemplando su primera película, su primer zoom… de cerca los pixeles parecen camuflarse con la invisibilidad, toda anatomía se difumina en un orgasmo simulado eso es todo por hoy…


*(fragmentos del Doggy Style censurado)





Albert Estrella (Cerro de Pasco - 1985) Ha publicado el libro cartonero “Cuchillos afuera” (2009) ganador del “1er premio de poesía nacional Jaime Galarza Alcántara – Jauja 2010” con el poemario “la familia disfuncional y otros poemas hereditarios”; ha publicado los siguientes libros “Po-Ética O la construcción del cielo” (Puntocom.2011) Las Súper-Cuerdas (Paracaídas Editores. 2013); poemas suyos aparecen en la antología cartonera “Mi país es un zombi” coeditado por editorial 2012 y casamanita cartonera (México DF) y en la revista digital Radiador (México DF)
Administra el Blog “Poética Caníbal” desde el año 2009. Ha producido y dirigido el corto “El sendero Tenebroso” en compañía de María Isabel Cosme. Otras plaquetas: óbito “Grandes Éxitos que nunca fueron” con Giann Carlo Morales, además del manifiesto Renacimiento o la Re-evolución de la literatura (2011) con Luis Puris.



Caracol [Por Cristóbal Gaete]

$
0
0



Caracol
Por Cristóbal Gaete



1


Entré y, como siempre sucedía, me mareé en esos pasillos circulares de la galería. Era un caracol de Valparaíso, en cada puerta me llamaba una cabellera rubia artificial para cortarme el pelo. Las caras, las edades, el molde racial podía cambiar, pero no la pregunta ni la cabellera oxigenada. En medio de ellas, los infinitos reflejos rectangulares que separan a los locales y que te devuelven fragmentado. Cada local, más allá de lo nominal, no tenía diferencia alguna; era la conjunción pobre de comercios, el antecedente de los malls; era una hilera en espiral donde el cliente ocasional se perdería y, a menos que estableciera una vinculación -un nombre, un hábito-, no tendría jamás cómo volver o por qué. La mayor parte de las veces que entré pensé que, en un amplio arco de posibilidades, nunca habría acertado a encontrar el mismo lugar. Pero el crecimiento del pelo es una medida de tiempo, así que cíclicamente caía en las tijeras de alguna peluquería, que esta vez tendría para mí un nombre: Daniela, un nombre que me daría una existencia inédita al pronunciar el mío: Juan.
En el momento en que estaba a punto de entrar a un local, un rostro me resultó conocido. Ella había trabajado en un caracol de otra zona, donde llegaba la gente con menos plata. Durante una temporada fui allá, superado por el caos del caracol madre, y me costó dos veces elegir bien. La primera vez, con poca plata en el bolsillo, encontré un corte por tres dólares. El peluquero tomó como modelo algunas cabezas que aparecían en los posters del equipo antiguo de Wanderers. A la salida parecía conscripto envejecido, delincuente atrapado por la policía, trasquilado con saltos de máquina y con pequeños pelones, o exonerado del siquiátrico. Los días siguiente caminé de madrugada, con una parca verde, convertido en el fantasma de una ciudad oscura. La segunda vez entre a Diana´s, donde atendía una señora de pelo rizado. Creo que por eso entré, por oposición al look. En la pantalla corría como caballo desbocado el programa de la Doctora Polo; era la misma velocidad del cine de violencia, la misma opulencia del cine de terror que llenaba salas. La historia transmitida por la televisión era comentada por la peluquera y por alguien más, una peluquera más joven, que leía revistas viejas.
Las revistas viejas de las peluquerías son la muestra de la escritura diacrónica; se repiten una y otra vez los temas sexistas: “Cómo evitar que vea tanta tele”; “Cómo divertirse en el Mundial del 98”. Es el azar de sobrevivir literariamente, sin créditos. Recuerdo que la primera vez que vi una revista erótica -un momento iluminado, un cuerpo moreno saliendo de un lago sin ropa- fue en una peluquería. Mi mamá me llevaba allí, pese a que salía reclamando contra el peluquero, porque a todos les cortaba a ‘lo bacinica’, dejándolos con una callampa sobre la cabeza.
Algo sabía Diana´s: la tercera o cuarta vez que fui estábamos solos y hablamos, como lo hacen sus clientes con sus peluqueros. Había estudiado peluquería en un curso para esposas de uniformados, mientras su marido navegaba por el mar. A finales de los 80 él le había comprado ese local. Era una herencia de la dictadura aquella galería, y quizá eso la hundía lentamente, o más bien sin tiempo, entregada al paciente trabajo del karma. No tenía sentido alguno su abandono, su baja convocatoria, considerando que el comercio que la rodeaba era bastante pujante y que en la arteria central, muy cerca de allí, vendían copias de marca en las aceras. Al principio había en el caracol una liquidadora de revistas y libros, que pronto desaparecería, y por eso el centro comercial solo significaba algo para mí cuando rodeaba el pasillo y llegaba a la zona plana. Su propia estructura invisibilizaba los cambios, hasta que Diana´s desapareció y logré percibirlo. Así había llegado yo a esta otra galería. Y entonces vi a Diana´s, que leía revistas. Me miró, esperando tal vez que la reconociera, y pronto oí la verbalización de mi nombre por la única voz que no había ofrecido peluquería.



2


El corte fue malo, no un desastre, pero malo. Evidentemente la resaca alcanzaba su cerebro, su coordinación y su sentido de la estética. Le pregunté si quería ir a un bar. Me dijo que sí, que mientras podríamos esperar a su novio. Barrió mi cabello del suelo antes de retirarse, ese era el trato. Casi todos los locales tenían un dueño que les prestaba asientos a las peluqueras, a cambio de una fracción del dinero y de que estuvieran cerca de respetar un horario. Al poco rato, ya me había sentado con Daniela en un bar, en el bar del tata. Apenas llegamos sacó un termo y comió, lo que alteraba el escenario en el que viejos y mendigos derramaban cerveza. Daniela era música dentro de una fábrica, hasta que hablaba: siempre decía un garabato. Sentados tomando cerveza, la escuché; su boca no se corregía ni siquiera por estar sola conmigo. Yo había trabajado en la calle y su lenguaje me parecía excesivo, de   un feísmo impostado. Eso explicaba que estuviéramos allí, o, más adelante, bajo el parrón del bar Marinero, rodeados de feriantes y policías de Investigaciones, o en la Sociedad protectora, de los que guían caballos al servicio del turismo en Viña del Mar. Entonces Daniela trabajaba también en el mall cortando el pelo. Supongo que ahí medía su lengua.
El novio llegó con un bolso de ambulante, pastillas viagra y decenas de raquetas eléctricas para matar moscas. Probamos el golpe eléctrico con cerveza. Su novio se sentía en su ambiente en este bar que tenía un hoyo para tirar el humo de la pasta base y la marihuana. Después de un rato, Daniela quiso que volviéramos al caracol, en el que los locales ya estaban cerrados. Allí, un peluquero, que decía no vender coca, sino comprarla para que los demás la consumieran, congregaba a sus clientes en un local de comida, al final de un pasillo. Me había cortado el pelo hacía poco, y había encarado su trabajo con tremenda desidia. En esa situación me encontré con una mujer de pésima fama que estaba tiñéndose de rubia, célebre por sus operaciones y por haber hecho una cría con el hijo de un poderoso de Valparaíso. Conversaba y cada tanto me rozaba los brazos con sus pezones, mientras decía que estar en pareja la aburría, que quería hacer tríos. Mientras jalaba, el peluquero contaba que vivía con su madre, por la inseguridad de la ciudad; nunca había podido recuperarse de un asalto. Era de imaginarlo, entrando y saliendo con coca de la casa de la vieja. Me fui, antes de quedar encerrado en esos pasillos circulares, en la concha de un caracol o en su baba hecha polvo.



3


Daniela podría estar encerrada en un caracol, y yo sujeto a sus reglas. Hay solo un caracol distinto, que tiene un cibercafé, locales siempre cerrados y algunos cafés con mujeres, el Hangar del Rey, por ejemplo. Yo entré a esas zonas iluminadas, vi calzones bien metidos en el culo. Existe tolerancia, las chicas abren la puerta, fuman dentro. En la noche cierran la reja y siguen funcionando. Afuera un conserje cafiche y un cuidador de autos hacen la guardia. Si hubiese podido permanecer siempre ahí, con gusto habría pagado.



4


Aquel novio hizo una actividad en el cerro en que vivía, en los extramuros de Viña del Mar. Nada parecido a lo que se veía en la zona plana. Tenía una banda donde tocaba enmascarado; por suerte el recinto era una cancha donde se perdía el ruido y sus gritos. Después de eso, fuimos a su casa. Ahí maniataba a Daniela como si fuera una muñeca a su servicio, una barbie pobre. Estaba también un poeta anarcoprimitivista que tenía una novia a la que no mandaba; siquiera se bañaban. Si la vida del novio apuntaba a la libertad, no había razón para someter así a Daniela. Alguna tensión se incubaba ahí, y bastó un par de meses para activarse.  
Un día cualquiera la encontré en mi camino, con unas patas animal print de cebra. Estábamos en el corazón de un barrio popular. Mientras nos abrazábamos se escuchaban silbidos y expresiones intraducibles. Anotó mi teléfono en un papel y desapareció. Andaba con su hija y con un viejo que vi a lo lejos: su casero en el cerro Alegre. No esperaba su llamada, pero cuando mi móvil sonó ya sabía que era ella, pues no muchos números desconocidos llaman. Una hora más tarde estábamos en una gradería frente a un espectáculo de tango, fumando y bebiendo, acompañados por su hija. Después subimos hasta un mirador y seguimos con latas de cerveza. A la niña le dieron ganas de mear y fui donde un amigo, quien me prestó el baño, me retó y me echó. Era tarde: la niña era el reloj que avanzaba a zancadas, si ella se apagaba, lo hacía la noche. Daniela decía que no me podía llevar a casa, que su casero era problemático con los hombres, que ansiaba irse de ahí. Ante la situación, partimos hacia arriba, yo tendría que ser su hermano: Fabio. Subimos.
Si había algo de punk en Daniela era su pieza, un caos deliberado, un sistemático anarquismo. Al rato estábamos sentados frente al casero, que era una copia idéntica de Fogwill. Hace poco leí que había muerto; muerto, el destemplado autor de Help a él ("cógeme, Vera"). Mentira, estaba vivo, en Valparaíso y con la máscara de un talabartero. Como manera de ayudar al emprendimiento, vendía coca a quienes tocaban el timbre. Fogwill y Daniela se turnaban para jalar, y él, a solas conmigo, me decía que era imposible que fuera el hermano de ella, que odiaba que lo jodieran, que me mataría. Daniela cayó por necesidad en esa casa; una vez escindida del novio, arrendó una habitación cerca del caracol, de la que fue expulsada porque un minusválido vomitó en el colchón. El tipo se arrastraba sobre la mezcla expulsada por su estómago para huir de ahí, mientras Daniela permanecía dormida al lado de esa belleza de fluidos. Su novio era de etiqueta al lado de este nuevo amigo. La casera quiso que le pagara el colchón, pero ella huyó. Seguro que mientras compraba una dosis consiguió esta casa y cayó de pie. Fogwill tenía un pequeño hijo de una mujer a la que odiaba. Él le había pagado la educación, luego tuvieron a la cría y al poco tiempo ella se fue, dejándola al cuidado de este mounstro. Daniela se encargaba del niño, que dormía cuando los fantasmas llegaban a la puerta.
A solas, ella monologó sobre su vida: pese a ser pobre tiene un apellido italiano, con el que consiguió una beca en el mejor colegio de Valparaíso; para poder comer en los recreos, hacía cómics que les vendía a sus compañeros. Mientras la escucho, proyecto los destinos de sus compañeros, mucho mejores que el de ella y el mío: deben estar relajadamente avanzando o terminando sus estudios universitarios, manejando autos por la ciudad, carreteando en la Viña del Mar de las postales, con vista al océano, servicio a la mesa, tragos y comida cara. Detengo la proyección en la narración del hito de cargar una bebé antes de terminar aquel colegio. Siento la tentación de inventar el momento en que un tipo eyacula dentro del pálido cuerpo de Daniela y la preña, estableciendo como su destino arrastrar a su propia cría, un día como hoy, en espectáculos de tango, miradores, la pieza caótica. En eso llega un nuevo cliente para Fogwill. ‘Abréme, Rodolfo. Ábreme, Enrique’, dice la voz de afuera, y él se altera pidiéndole que se vaya, que no le venderá nada; después baja la voz diciendo frente a la puerta que odia que lo llamen así, que él es una marca. Debía salir antes de quedar solo otra vez con mi autor favorito. Me levanté, me despedí y caminé a casa.


5


El día siguiente tenía una reunión temprano -a la que llegué tarde-, a solo a un par de cuadras del lugar en que vivía Daniela. Me asomé desde una esquina para ver cómo se veía el lugar: era un local lleno de cueros en su exterior, con aspecto desolado, como si nadie entrara ahí, pese a que esa era la zona de mayor movimiento económico de la ciudad. Todos debían estar dormidos, si es que podían dormir. Al salir de la reunión encontré a Daniela, vestía ropa más corta y ajustada que nunca: una minifalda y una polera animal print con pabilos. Tenía la pintura de los ojos corrida. No estaba con su hija. La miré bajar un par de metros más antes de hablarle, me dijo que tenía un pito y nos sentamos en una angosta escala. Sus pantys estaban rotas y corridas. Dijo que bajaría a plaza Echaurren a encontrarse con un amigo, me invitó a ir con ella y pensé en el caracol, en las situaciones circulares. Me fui hacia otro lado.
Pasé por el caracol varias veces y, en una de esas, salimos a fumar un cigarro. Ella andaba con una bota porque el día que nos encontramos se había torcido el tobillo. Otro día la vi demasiado ocupada cortando el pelo. En un par de ocasiones me llamó al móvil, me contó que había discutido con Fogwill y que le había dicho que pensaba invitar a Fabio. Imaginé a aquel viejo hombre, solo, enroscado sobre sí mismo, desnudo, rodeado de chocolates, con un niño que le pedía distintas cosas, con una voz tan bajita que el eterno insomne no podía oír. Otra vez me dijo que había obtenido una beca para un curso de maquillaje de televisión en Santiago, y que ahora podía ir, que su ex novio jamás la había apoyado o la hubiese dejado partir, como si estuviera encadenada. Después la vi en el barrio del carrete cuando yo andaba buscando algo a que aferrarme, una situación refleja de las pasadas: ella, enfrentando la ciudad con aquella ropa no quería otra cosa, y yo, que no ofrecía ni la belleza ni el encanto que ella buscaba, que solo tenía voluntad. Siquiera saludó al pasar cerca mío junto a algún punk disfrazado.
Estábamos desapareciendo del relato que nos podría unir, una desaparición con  ciertos espasmos. La vi trabajando en una peluquería del centro, fuera del caracol. Después, alguien que había escuchado mi historia se cortaría el pelo con ella y la reconocería, y quedaría disconforme con el corte. Una desaparición con ciertos espasmos, la duda en el umbral de una peluquería. La vi otras veces: en los mercados temprano, en otra peluquería. Cada vez que decidí hablarle ya era tarde. En la plaza Victoria tenía el pelo de otro color, sobrio. Me giré para alcanzarla, vi su culo y su leve cojera por la lesión maltratada y me devolví, a la velocidad de un caracol. Sentado en un pasillo de la galería, la vi una vez más: recibía un billete equivalente a 40 dólares de un marino, y sus movimientos denotaron que tenía que cambiar para darle vuelto. El marino esperaba mientras mi pelo caía al suelo enroscado, como un montón de serpientes. Podría caérseme todo el pelo y ella no volvería. Al salir miré hacia abajo, hacia la zona plana al final del caracol: estaba lleno de máquinas de juegos de azar para pobres. Ella no estaba.




Cristóbal Gaete (1983) Ha publicado ficción y no ficción, en la que ha indagado en la memoria social de Valparaíso a partir de prácticas identitarias. Es editor y gestor de Perro de Puerto Ediciones, con 19 títulos a la fecha. En su mismo catálogo, ha rescatado la prosa de Carlos Pezoa Véliz, además de coordinar muestras públicas de fabricación artesanal de libros. Durante el 2011 editó el suplemento de literatura independiente “Grado 0” en el periódico El Ciudadano, para después continuar reseñando libros en el mismo medio. Valpore(2009), fue incluido parcialmente en la antología de narrativa chilena de la revista Punto de Partida(UNAM), número especial para la FIL de Guadalajara, y reeditada en Argentina. A partir de Mercado El Cardonal(2009), se desarrolla el proyecto audiovisual “Portadores de identidad. Los oficios del El Cardonal”, de la productora Sinóptico. Monedas Callejeras(2012), es el marco bibliográfico de “Ambulantes”, montaje en que trabaja la compañía de danza de Balmaceda 1215 V Región


Un paseo por la Literatura [Roberto Bolaño]

$
0
0



Un paseo por la Literatura
para Rodrigo Pinto y Andrés Neuman



1. Soñé que Georges Perec tenía tres años y visitaba mi casa. Lo abrazaba, lo besaba, le decía que era un niño precioso.

2. A medio hacer quedamos, padre, ni cocidos ni crudos, perdidos en la grandeza de este basural interminable,errando y equivocándonos, matando y pidiendo perdón, maniacos depresivos en tu sueño, padre, tu sueño que no tenía límites y que hemos desentrañado mil veces y luego mil veces más, como detectives latinoamericanos perdidos en un laberinto de cristal y barro, viajando bajo la lluvia, viendo películas donde aparecían viejos que gritaban ¡tornado! ¡tornado!, mirando las cosas por última vez, pero sin verlas, como espectros, como ranas en el fondo de un pozo, padre, perdidos en la miseria de tu sueño utópico, perdidos en la variedad de tus voces y de tus abismos, maniacos depresivos en la inabarcable sala del Infierno donde se cocina tu Humor.

3. A medio hacer, ni crudos ni cocidos, bipolares capaces de cabalgar el huracán.

4. En estas desolaciones, padre, donde de tu risa sólo quedaban restos arqueológicos.

5. Nosotros, los nec spes nec metus.

6. Y alguien dijo:

Hermana de nuestra memoria feroz,
sobre el valor es mejor no hablar.
Quien pudo vencer el miedo
se hizo valiente para siempre.
Bailemos, pues, mientras pasa la noche
como una gigantesca caja de zapatos
por encima del acantilado y la terraza,
en un pliegue de la realidad, de lo posible,
en donde la amabilidad no es una excepción.
Bailemos en el reflejo incierto
de los detectives latinoamericanos,
un charco de lluvia donde se reflejan nuestros rostros
cada diez años.

Después llegó el sueño.

7. Soñé entonces que visitaba la mansión de Alonso de Ercilla. Yo tenía sesenta años y estaba despedazado por la enfermedad (literalmente me caía a pedazos). Ercilla tenía unos noventa y agonizaba en una enorme cama con dosel. El viejo me miraba desdeñoso y después me pedía un vaso de aguardiente. Yo buscaba y rebuscaba el aguardiente pero sólo encontraba aperos de montar.

8. Soñé que iba caminando por el Paseo Marítimo de Nueva York y veía a lo lejos la figura de Manuel Puig. Llevaba una camisa celeste y unos pantalones de lona ligera azul claro o azul oscuro, depende.

9. Soñé que Macedonio Fernández aparecía en el cielo de Nueva York en forma de nube: una nube sin nariz ni orejas, pero con ojos y boca.

10. Soñé que estaba en un camino de África que de pronto se transformaba en un camino de México. Sentado en un farellón, Efraín Huerta jugaba a los dados con los poetas mendicantes del DF.

11. Soñé que en un cementerio olvidado de África encontraba la tumba de un amigo cuyo rostro ya no podía recordar.

12. Soñé que una tarde golpeaban la puerta de mi casa. Estaba nevando. Yo no tenía estufa ni dinero. Creo que hasta la luz me iban a cortar. ¿Y quién estaba al otro lado de la puerta? Enrique Lihn con una botella de vino, un paquete de comida y un cheque de la Universidad Desconocida.

13. Soñé que leía a Stendhal en la Estación Nuclear de Civitavecchia: una sombra se deslizaba por la cerámica de los reactores. Es el fantasma de Stendhal decía un joven con botas y desnudo de cintura para arriba. ¿Y tú quién eres?, le pregunté. Soy el yonqui de la cerámica, el húsar de la cerámica y de la mierda, dijo.

14. Soñé que estaba soñando, habíamos perdido la revolución antes de hacerla y decidía volver a casa. Al intentar meterme en la cama encontraba a De Quincey durmiendo. Despierte, don Tomás, le decía, ya va a amanecer, tiene que irse. (Como si De Quincey fuera un vampiro.) Pero nadie me escuchaba y volvía a salir a las calles oscuras de México DF.

15. Soñé que veía nacer y morir a Aloysius Bertrand el mismo día, casi sin intervalo de tiempo, como si los dos viviéramos dentro de un calendario de piedra perdido en el espacio.

16. Soñé que era un detective viejo y enfermo. Tan enfermo que literalmente me caía a pedazos.Iba tras las huellas de Gui Rosey. Caminaba por los barrios de un puerto que podía ser Marsella o no. Un viejo chino afable me conducía finalmente a un sótano. Esto es lo que queda de Rosey, decía. Un pequeño montón de cenizas. Tal como está, podría ser Li Po, le contestaba.

17. Soñé que era un detective viejo y enfermo y que buscaba gente perdida hace tiempo. A veces me miraba casualmente en un espejo y reconocía a Roberto Bolaño.

18. Soñé que Archibald McLeish lloraba -apenas tres lágrimas- en la terraza de un restaurante de Cape Code. Era más de medianoche y pese a que yo no sabía cómo volver terminábamos bebiendo y brindando por el Indómito Nuevo Mundo.

19. Soñé con los Fiambres y las Playas Olvidadas.

20. Soñé que el cadáver volvía a la Tierra Prometida montado en una Legión de Toros Mecánicos.

21. Soñé que tenía catorce años y que era el último ser humano del Hemisferio Sur que leía a los hermanos Goncourt.

22. Soñé que encontraba a Gabriela Mistral en una aldea africana. Había adelgazado un poco y adquirido la costumbre de dormir sentada en el suelo con la cabeza sobre las rodillas. Hasta los mosquitos parecían conocerla.

23. Soñé que volvía de África en un autobús lleno de animales muertos. En una frontera cualquiera aparecía un veterinario sin rostro. Su cara era como un gas, pero yo sabía quién era.

24. Soñé que Philip K. Dick paseaba por la Estación Nuclear de Civitavecchia.

25. Soñé que Arquíloco atravesaba un desierto de huesos humanos. Se daba ánimos a sí mismo: “Vamos, Arquíloco, no desfallezcas, adelante, adelante.”

26. Soñé que tenía quince años y que iba a la casa de Nicanor Parra a despedirme. Lo encontraba de pie, apoyado en una pared negra. ¿Adónde vas, Bolaño?, decía. Lejos del Hemisferio Sur, le contestaba.

27. Soñé que tenía quince años y que, en efecto, me marchaba del Hemisferio Sur. Al meter en mi mochila el único libro que tenía (Trilce, de Vallejo), éste se quemaba. Eran las siete de la tarde y yo arrojaba mi mochila chamuscada por la ventana.

28. Soñé que tenía dieciseís y que Martín Adán me daba clases de piano. Los dedos del viejo, largos como los del Fantástico Hombre de Goma, se hundían en el suelo y tecleaban sobre una cadena de volcanes subterráneos.

29. Soñé que traducía a Virgilio con una piedra. Yo estaba desnudo sobre una gran losa de basalto y el sol, como decían los pilotos de caza, flotaba peligrosamente a las 5.

30. Soñé que estaba muriéndome en un patio africano y que un poeta llamado Paulin Joachim me hablaba en francés (sólo entendía fragmentos como “el consuelo”, “el tiempo”, “los años que vendrán”) mientras un mono ahorcado se balanceaba de la rama de un árbol.

31. Soñé que la tierra se acababa. Y que el único ser humano que contemplaba el final era Franz Kafka. En el cielo los Titanes luchaban a muerte. Desde un asiento de hierro forjado del parque de Nueva York veía arder el mundo.

32. Soñé que estaba soñando y que volvía a mi casa demasiado tarde. En mi cama encontraba a Mario de Sá-Carneiro durmiendo con mi primer amor. Al destaparlos descubría que estaban muertos y mordiéndome los labios hasta hacerme sangre volvía a los caminos vecinales.

33. Soñé que Anacreonte construía su castillo en la cima de una colina pelada y luego lo destruía.

34. Soñé que era un detective latinoamericano muy viejo. Vivía en NuevaYork y Mark Twain me contrataba para salvarle la vida a alguien que no tenía rostro. Va a ser un caso condenadamente difícil, señor Twain, le decía.

35. Soñé que me enamoraba de Alice Sheldon. Ella no me quería. Así que intentaba hacerme matar en tres continentes. Pasaban los años. Por fin, cuando ya era muy viejo, ella aparecía por el otro extremo del Paseo Marítimo de Nueva York y mediante señas (como las que hacían en los portaaviones para que los pilotos aterrizaran) me decía que siempre me había querido.

36. Soñé que hacía un 69 con Anaïs Nin sobre una enorme losa de basalto.

37. Soñé que follaba con Carson McCullers en una habitación en penumbras en la primavera de 1981. Y los dos nos sentíamos irracionalmente felices.

38. Soñé que volvía a mi viejo Liceo y que Alphonse Daudet era mi profesor de francés. Algo imperceptible nos indicaba que estábamos soñando. Daudet miraba a cada rato por la ventana y fumaba la pipa de Tartarín.

39. Soñé que me quedaba dormido mientras mis compañeros de Liceo intentaban liberar a Robert Desnos del campo de concentración de Terezin. Cuando despertaba una voz me ordenaba que me pusiera en movimiento. Rápido, Bolaño, rápido, no hay tiempo que perder. Al llegar sólo encontraba a un viejo detective escarbando en las ruinas humeantes del asalto.

40. Soñé que una tormenta de números fantasmales era lo único que quedaba de los seres humanos tres mil millones de años después de que la Tierra hubiera dejado de existir.

41. Soñé que estaba soñando y que en los túneles de los sueños encontraba el sueño de Roque Dalton: el sueño de los valientes que murieron por una quimera de mierda.

42. Soñé que tenía dieciocho años y que veía a mi mejor amigo de entonces, que también tenía dieciocho, haciendo el amor con Walt Whitman. Lo hacían en un sillón, contemplando el atardecer borrascoso de Civitavecchia.

43. Soñé que estaba preso y que Boecio era mi compañero de celda. Mira, Bolaño, decía extendiendo la mano y la pluma en la semioscuridad: ¡no tiemblan!, ¡no tiemblan! (Después de un rato, añadía con voz tranquila: pero temblarán cuando reconozcan al cabrón de Teodorico.)

44. Soñé que traducía al Marqués de Sade a golpes de hacha. Me había vuelto loco y vivía en un bosque.

45. Soñé que Pascal hablaba del miedo con palabras cristalinas en una taberna de Civitavecchia: “Los milagros no sirven para convertir, sino para condenar”, decía.

46. Soñé que era un viejo detective latinoamericano y que una Fundación misteriosa me encargaba encontrar las actas de defunción de los Sudacas Voladores. Viajaba por todo el mundo: hospitales, campos de batalla, pulquerías, escuelas abandonadas.

47. Soñé que Baudelaire hacía el amor con una sombra en una habitación donde se había cometido un crimen. Pero a Baudelaire no le importaba. Siempre es lo mismo, decía.

48. Soñé que una adolescente de dieciséis años entraba en el túnel de los sueños y nos despertaba con dos tipos de vara. La niña vivía en un manicomio y poco a poco se iba volviendo más loca.

49. Soñé que en las diligencias que entraban y salían de Civitavecchia veía el rostro de Marcel Schwob. La visión era fugaz. Un rostro casi translúcido, con los ojos cansados, apretado de felicidad y de dolor.

50. Soñé que después de la tormenta un escritor ruso y también sus amigos franceses optaban por la felicidad. Sin preguntar ni pedir nada. Como quien se derrumba sin sentido sobre su alfombra favorita.

51. Soñé que los soñadores habían ido a la guerra florida. Nadie había regresado. En los tablones de cuarteles olvidados en las montañas alcancé a leer algunos nombres. Desde un lugar remoto una voz transmitía una y otra vez las consignas por las que ellos se habían condenado.

52. Soñé que el viento movía el letrero gastado de una taberna. En el interior James Mathew Barrie jugaba a los dados con cinco caballeros amenazantes.

53. Soñé que volvía a los caminos, pero esta vez ya no tenía quince años sino más de cuarenta. Sólo poseía un libro, que llevaba en mi pequeña mochila. De pronto, mientras iba caminando, el libro comenzaba a arder. Amanecía y casi no pasaban coches. Mientras arrojaba la mochila chamuscada en una acequia sentí que la espalda me escocía como si tuviera alas.

54. Soñé que los caminos de África estaban llenos de gambusinos, bandeirantes, sumulistas.

55. Soñé que nadie muere la víspera.

56. Soñé que un hombre volvía la vista atrás, sobre el paisaje anamórfico de los sueños y que su mirada era dura como el acero pero igual se fragmentaba en múltiples miradas cada vez más inocentes, cada vez más desvalidas.

57. Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo tomaba en brazos, le compraba golosinas, libros para pintar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matarte. Después se ponía a llover y volvíamos tranquilamente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?



BLANES, 1994.

(de Tres)

Teorías del símbolo de Tzvetan Todorov

$
0
0


Todorov en -Théories du Symbole- (Teorías del Símbolo) realiza un estudio del signo en lo que él ha denominado la -tradición occidental-, desde Aristóteles hasta los tiempos presentes. La problemática del signo es postulada en este trabajo como una de las más ricas de la historia occidental, pero que debido a la variedad terminológica y al aislamiento de las diversas disciplinas se ha olvidado de su unidad. La propuesta de Todorov va enfocada a relevar la unidad de esta problemática, disimulada por las tradiciones y las terminologías divergentes, desde el punto de vista histórico. 


Poemas de Agustín Guambo

$
0
0




Hotel 

es Oregon
                 la ciudad donde
                duerme tu perro

aquella donde el jazz
mastika huesos

y en sus tardes
fluye
la sincronía del opio
             quemándose
-fluorescente y lejano-
sobre un cielo que hunde
sus pies en la hoguera del                   
        tiempo

es en Oregon
    y en la ruina
donde aún no encuentro tu aliento
               
te digo:
tu sexo es un ángel ebrio
que no conoce la muerte

te digo:
es Oregón
con el verano
en las venas
en sus mujeres
en tu piel
        lo que revienta con miedo
                                      estos días
ahogando
bajo las kostillas
de una luna que no contesta
                            tu polifónico         
                                   recuerdo

te digo:
dentro de mi cabeza
buses dromedarios
flotan
en un mar de humo

un manicomio
esparce
los muros de tu piel

la lluvia
ladra sobre Oregón

anuncia la  b…  r…  i…  s…  a…
el desgaste de los cuerpos

Oregon brama
por el kadáver
que improvisa
con los gatos

-la noche es cálida y eterna-

la ciudad
se vuelve papel
agita su kráneo
inmenso sobre la soledad de los santos 

perros de tinta
manchan tu rostro
alargan mis plegarias
eclipsan nuestra muerte

te digo
              es Oregon donde duerme tu perro
              lamiéndose el corazón lleno
              de frío clavos













Agustín Guambo. Director del proyecto anarkoeditorial Murcielagario Kartonera y Festival Internacional de Poesía de Quito "Kaníbal Urbano". Ha publicado: POPEYE's Sea (La Apacheta Cartonera, Lima 2014); Ceniza de Rinoceronte (La Caída, Buenos Aires 2015); y Primavera Nuclear Andina (Ediciones A/terna, Buenos Aires 2017). Ganador en 2014 del Premio Hispanoamericano de poesía Rubén Bonifaz Nuño (México)  



Poemas de Álvaro Luquín

$
0
0





Extraidos de Musulmán




*

Nadie sabe lo que puede un tiempo descompuesto.
Nadie sabe lo que el campo le hizo al cuerpo.

Singladura.
Nadie vio sus límites.

Nadie digno estuvo y testimonia.

Nadie asume
la vergüenza.

Nadie no vio

lo que no pudo verse.
Nadie no fue visto.

El campo es quien vive del cuerpo.
Lo indestructible que infinitamente se destruye.

El campo nos cuida. Nos quiere.
Nos anima.





*

Decir Campo del vértigo.
Un grupo de expertos alrededor
y frente al resto.

Linotipo del transcurso
desde el individuo a la cifra

y desde la cifra a lo impensable.
¿Fue hace mucho tiempo?




*

Cuerpo fuera de tiempo. Indiferente.
Sujeto y campo:

El trabajo más que el sentido.

Mejor morir solo. No hay Bíos
sin Zoé.

No se preocupa.
Siempre hay algo en el horno.





*

Desclasificaron los archivos.
Nos equivocamos: no hubo
¿podrías creerlo? Tiranicidio:

De acuerdo a la exégesis deísta
la ley del Campo, entre otras formas,
se cumple en el sigue jugando,
si pierdes, podrás ver a quien te observa.

El vistazo que lancé cuando éramos niños

cayó en el área vigilante.
Fue un autogol.




*

Aquí no se muere. Se reciclan
accidentes. Estructuras.

¿Figuras humanas?

No. Jugadores.
Nunca lo creerías.





*

Llegan los turistas. Ven ojos en el Campo que
son niños. Ignoran todo el drama. Liberados, no
escuchan. No aceptan testimonios.





*

Paranoica al borde del colapso. Nos vigila.
Se carcajea de los sobrevivientes;

del turista. Programa enigmas en
las páginas legales. Ni metáfora
o logos; rogativa.

Desarrolla la neurosis
y el genio sintomático.

Nivela el testimonio. Nos excita a contrapelo.
Se convence a sí misma.




Álvaro Luquín (Guadalajara, 1984) es autor de los libros Praderas silenciosas (La Zonámbula, 2011), Blanco Sucio (Filodecaballos, 2013) y Panóptico (Bonobos, 2015). Estudió Artes Audiovisuales. Ha sido becario del programa de estímulos a la creación, Jalisco 2011-2012 y del FONCA, en el área de Jóvenes Creadores 2012-2013.



Viewing all 333 articles
Browse latest View live