Quantcast
Channel: Revista Cinosargo
Viewing all 336 articles
Browse latest View live

Pedestal para nadie de César Calvo

$
0
0

Pedestal para nadie de César Calvo



Volumen que reúne su obra poética entre 1960-1971.
“Estas páginas del joven Calvo constituyen pues una óptima piedra de toque para sopesar la inspiración como fundamento del acto de la creación poética, porque en su caso registra ese estímulo, como algo incesante a lo largo de los diversos poemarios, de modo asaz natural e igualmente sencillo. Y en todo ello un acendrado lirismo aunque también ecos épicos, así como una atmósfera francamente cosmopolita aunque también lo entrañablemente vernacular”. (Carlos Germán Belli)



Alfonso Reyes: La Filosofía Helenística

$
0
0



Con este vigésimo volumen de las `Obras completas de Alfonso Reyes`, con el cual el FCE reanuda esta empresa interrumpida en 1968, y cuya aparición coincide con el vigésimo aniversario de la muerte del escritor, queda virtualmente agotado el material manuscrito e inédito de su producción de helenista (a la que están dedicados, además, los tomos XIII, XVI, XVII, XVIII y XIX). El estudio de Grecia fue una devoción que Reyes cultivó desde la primera juventud y que a lo largo de su vida cristalizó en artículos, estudios, traducciones, cursos, apuntes, conferencias, e inclusive como numen de su poesía. Sobre todo en sus últimos años, desde 1939, cuando regresó definitivamente a México, hasta el fin de sus días, Reyes mantuvo en un lugar destacado entre sus múltiples intereses el de comunicar a México y a la lengua española su emoción por Grecia. Lo cual no impidió que arrojara sobre esta parte de su obra el velo de su socarrona modestia: `Me avergüenzo cada vez que se me llama `helenista`, porque, como ya lo he explicado, mi helenismo es una vocación de cazador furtivo, aunque creo que los cazadores furtivos, los que entran en los cotos cerrados y merodean en tiempo de veda, suelen cobrar las piezas mejores`. 
Componen este volumen cinco títulos que encierran en su unidad el `ejercicio, estudio y pensamiento de uno de los más claros y trémulos testimonios de nuestra cultura y de nuestra época`: `Rescoldo de Grecia`, `La filosofía helenística`,`Libros y libreros en la Antigüedad`, `Andrenio: perfiles del hombre` y `Cartilla moral`. 
`Rescoldo de Grecia` es el título bajo el cual Ernesto Mejía Sánchez, encargado de la preparación del volumen, ha reunido una serie de textos que proceden en su mayoría de apuntes y manuscritos de Reyes, anotados con `letra brevísima que muchas veces admitía varias lecturas o abreviaturas de intrincado desciframiento`, el escritor los utilizó sobre todo como programas de cursos que en la palabra viva se desarrollaron mucho más ampliamente, y, de ahí su título, por lo que tienen `de magma incandescente en el laboratorio interior de Reyes`. 
`La filosofía helenística` apareció originalmente en agosto de 1959 como número 147 de los Breviarios del Fondo de Cultura Económica. Se trata de una obra cabal que se encuentra a la altura de las mayores contribuciones de Reyes al conocimiento de Grecia. En ella el escritor se ocupa de la evolución de las ideas filosóficas desde los días en que comenzó la helenización del mundo antiguo hasta los de los `últimos sabios`, cuando la Academia fundada por Platón hacia 385 a.C. fue clausurada por un edicto del emperador Justiniano en 529 d.C. 
El material helénico concluye con `Libros y libreros en la Antigüedad`, original de H. L. Pinner, ensayo que Reyes tradujo, condensó y adicionó de manera peculiar. Esta versión del libro de Pinner, `The World of Books in Classical Antiquity` (1948), es obra sujeta al uso instrumental que Reyes asignaba a la serie de las publicaciones de su Archivo. En esta clase de labor Reyes solía `mezclar indiscerniblemente lo propio y lo ajeno`, de tal manera que no se puede hablar propiamente de traducción. 
Novedad principal de este volumen es `Andrenio: perfiles del hombre`, libro de ensayos filosóficos que podría considerarse como la síntesis del pensamiento de Reyes. Aunque él lo llamó `simples divagaciones`, probablemente es el libro más personal de cuantos acometió en sus últimos años. 
Cierra el volumen, como complemento del `Andrepio`, la `Cartilla moral` que Reyes elaboró en 1944. 
En su conjunto, este volumen reafirma, entre las muchas imágenes posibles de Reyes, una que él mismo plasmó con maestría en las lineas iniciales de `La filosofía helenística`: la de un `estudiante que ha pasado ya los sesenta años, y todavía reclama el derecho juvenil a seguir leyendo, tomando notas y organizando sus lecturas`.


Emily Dickinson - Poemas A La Muerte (Bilingue)

$
0
0



Este libro es una selección de aquellos poemas escritos por Emily Dickinson sobre el tema de la muerte. «En la obra de Dickinson hay una modernidad tan radicalmente alejada de sus contemporáneos que sus mejores poemas parecen flechas lanzadas hacia nuestro presente, o más allá. La suya es una poesía del pensamiento, cuya valentía conduce a indagar en lo que literalmente no puede ser pensado o figurado. De ahí que el tema de la muerte, en el que se centra esta selección de poemas, sea para ella una obsesión ineludible, hasta el punto de formar el campo semántico más amplio de su variado corpus. Hay, en este libro, una Emily Dickinson bien distinta a la imagen dulcificada que de ella se ofrece en ocasiones. Está la Dickinson más oscura, nihilista a veces, silenciada o marginal en otras antologías de su obra, pero también la más atrevida, aquélla cuyo lenguaje es más eléctrico, implacable y visionario: esos ojos destinados a ver lo invisible, más allá de todas las barreras, adornos o disfraces. Los ojos de Emily Dickinson y los nuestros que leen sus palabras, tan asombrosamente lúcidas y nuevas, un siglo y medio después».

Sailor & Lula y Perdita Durango de Barry Gifford

$
0
0




Barry Gifford, nacido en Chicago en 1946, es un escritor y guionista cinematográfico estadounidense. Estudió en la Universidad de Missouri aunque no terminó la carrera y prefirió viajar por Europa `para doctorarse en vida disipada y bohemia artística`. 

A su regreso de EEUU se instaló en la costa oeste del país, donde publicó diversos libros de poesía que, más tarde, recopiló en una obra titulada `Ghost no horse can carry`. Durante esta época escribió una biografía del escritor norteamericano Jack Kerouac, en colaboración con Lee Lawrence, así como un buen número de novelas, la primera de las cuales fue `A boys novel`. Hizo también una recopilación de críticas de cine que tituló `The Devil takes a ride`. 

Enamorado de la novela negra, fue uno de los fundadores de la editorial Black Lizard Press que logró recuperar a los más grandes escritores norteamericanos de esta especialidad de los años 40 y 50. En 1990, saltó a la fama gracias a la adaptación cinematográfica que realizó David Lynch de su novela `La historia de Sailor y Lula`, rebautizada para la gran pantalla con el título de `Wild at heart` (`Corazón salvaje`), que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Los protagonistas de la novela y de la película, Sailor Ripley y Lula Fortune, son los protagonistas de una saga literaria que ha dado como fruto cinco novelas: `Las vacaciones de Sailor`, `Sultanes de África`, `El beso de Consuelo`, `Mal día para un Hombre Leopardo` y `Corazón salvaje`.




ESTANDO YO JUAN EN MI CELDA EN LA ISLA DE PATMOS, ACOMPAÑADO POR SAN GIORDANO EL GRIEGO LOCO Y OTROS INFRACTORES A LA LEY DE CULTO, TUVE UN ACCESO Y ESTO FUE LO QUE VI: [por Juan Carreño]

$
0
0




ESTANDO YO JUAN EN MI CELDA EN LA ISLA DE PATMOS, ACOMPAÑADO POR SAN GIORDANO EL GRIEGO LOCO Y OTROS INFRACTORES A LA LEY DE CULTO, TUVE UN ACCESO Y ESTO FUE LO QUE VI:

vi 7 tagadás
tagadás luminosos
7 tagadás al unísono
y los drones se elevaban como ángeles
sobre nuestras numerosas visiones

vi 7 tagadás sobre una avenida cortada
el primero un clásico achequetere
lo llamaban el dragón challán a este tagadá romántico
la gente se besaba como en los rompeolas
se deseaban buenas vidas
practicaban el tagadance con granos de café, de pimienta
este primer tagadá era el tagadá de la fecundidad

vi un segundo tagadá oxidado
no se distinguían las letras pero era un tagadá escrito
y su suelo estaba lleno de cera
la gente parecía trapero
pero escuché a gente gritar
la gente decía 7 por 7 santo tomás
sangre por sangre guatón bairon
y podía caer ceniza o nieve en cualquier momento

vi un tercer tagadá
en su giro todos los tagadás se difuminan y tienden a lo circular
en este llovía
la gente salía expulsada por la fuerza centrífuga
echaba humo y le colgaban como decoración
140 mil llaveros con formas de animitas
y la gente danzaba y sacrificaba perros

vi un cuarto tagadá
era un tagadá sin aire
y la gente no respiraba hasta el séptimo día
porque estaban en estado de profecía
los escuché decir
en todas las lenguas latinas
un canto, que en uso, sonó
la gente no respira en su estado de gracia
abren los ojos como bajo el mar
y se mantienen así en el tagadance

vi un quinto tagadá
este estaba bajo el mar símbolo de la infancia
lo sacamos con lanchas y lo subimos a una plataforma de plumavit
este sería un tagadá con erizos eternos
y la gente reía pero no era una risa de bondad

vi un sexto tagadá
era un tagadá hechizo
en su centro había un tornado
donde se proyectaban las cosas que pensabas mientras girabas
los tagadancers al centro del tornado
emitían un intenso rayo luminoso de color verde por sus nueve orificios

vi un séptimo y último tagadá
mi espíritu flaqueaba
lloré diamantes y carbón
en el cielo fucsia estaba escrito
TAGATRANCE
allí la gente desaparece
pero yo no sé qué hay en este séptimo tagadá
porque debía seguir con mi visión

cada tagadá era piloteado por un ángel
cada ángel representaba a las 7 familias fabricantes de tagadás
a las 7 playas de la memoria
y a las 7 casas de oración, ahora pervertidas en casas de lujuria y gula

el ángel del primer tagadá me alzó
me dijo escucha Juan mis palabras y las palabras de los otros 7 ángeles
porque somos 7 pero existe un tagadá inasible
la flor de un día de los tagadás
y yo, Juan, con mi mirada de dron
veía los cuerpos cabalgar
los perreos de la codicia
escucha Juan, me dijo el ángel
el primer tagadá debe ser obsceno como la selva
pero ángel del primer tagadá, le dije
mi guayabera fue arrancada y arrojada a la hoguera
y al interrumpir con mi voz de varón el discurso del ángel
fui escupido y lanzado a los potreros
y fue en los potreros donde el ángel del segundo tagadá
me habló con voz  tecno-mecánica
desde mi cabeza
porque este ángel me poseyó como un motor vivo
me adelantó la mente y envejecí de golpe
todo era imagen
y vi a los apóstoles
mis amigos de cárceles y ciudades como luciérnagas
abandonarse en los pesares
pero como todo era imagen no pude gritar

mi paso en este viaje es un dibujo mojado afuera de los templos

un tercer ángel vino a mí
y era el ángel de sor Juana
o al menos eso parecía entre los escombros
y la figura de sor Juana caminaba
entre los drones humeantes
como caminan los profetas
por las calles luego de la feria
y la brisa de los tagadás la ondeaba
y su hábito era un acantilado
me dijo cantando la música del futuro:
los drones caen brillantes como para pedirles deseos
y cedí a mi inmundicia
desperdicié mi saliva y mi lengua
pero los 7 tagadás estaban conectados en 7 puntos de mi cuerpo
y no tuve tiempo para fallar

y vi un cuarto ángel
y era el ángel de tagadá utópico
y me dijo que los 7 tagadás
alineados en la avenida santo tomás
expandirán los sentidos de la interzona
estos son los 7 nombres
de los 7 tagadás

ALGARROBO TAGADÁ
TAGADÁ DIGÜEÑES TAGADÁ
EL TAGADÁ DE LA OBSTINACIÓN
EL META TAGADÁ
TAGADÁ EL QUISCO
EL TAGATRAUMA
TAGATRANCE

bailar con las manos en el piso
y girar
y no ceder a la fuerza centrífuga

entrenar en tagadás clandestinos
y saber caer
y ser golpeado

el cuarto ángel del cuarto tagadá
me dijo esto
y ya me sentía extranjero en mi visión:

me vi acumulando polvo
en las estanterías mecánicas
en las contabilidades de mi celda

vi desaparecer a este ángel
como una memoria usb
descender por un lago
en cuyo fondo se deshacen
cosas humanas

el quinto ángel del quinto tagadá
es el ángel del mar y los ahogados
los tagadancers en su centro
experimentan el tubo de ola en su reviente
y en ese vacío de volteretas
una tallarinata marina
PUMB
TANTÁN
PUMB
TANTÁN
Aaarrrlluuurrreeeeddíííí

y la visión de familias
invadiendo playas privadas
para broncearse e ir cubiertos de sal a los tagadás

algodón de azúcar y choripanes!
ruedas de chicago!

el libro que me entregó el ángel del quinto tagadá
es un libro que debe abrirse
los días en que sólo pensamos en la muerte
y en cómo ejecutarla
sin causarle daño a los menores

días y días y días en patmos
años sin subirme a un tagadá
años que no me suelto de la baranda
y me dejo caer
y me dejo deslizar

quizás choque entre la confusión y el caos
con alguien que quiera compartir
una manzana confitada
mi frutilla cubierta de chocolate

los cuerpos en el tagadá
una sartén giratoria

es como si estuviéramos en el corazón de un gigante haciendo el amor

y las palabras de este ángel
eran las palabras de este libro:
toda palabra que salga de mi boca
será escrita adentro y afuera de este libro

vi desaparecer al quinto ángel
como desaparecen las 7 esferas
luego del deseo al dragón

y yo, juan, bautizado en la cascada de buda
todo esto lo vi con mi rostro en éxtasis
bailando en la celda de patmos con furia
denostando mis articulaciones
volteé el recipiente con mis orines
y mis escritos fueron maculados.

el ángel del sexto tagadá
levantó con una de sus alas mi rostro
su luz era como estar días y días bajo el sol

mi tagadá es el tagadá imbunche, me dijo
y quiere acceder al comercio de cuerpos
sin vida
cadáveres
tráfico de momias
mi cuerpo mi decisión sí a la momificación
imagina a esos muñecos
en un tagadá eterno
y el mismo rostro de humanos asombrados
girando hasta que el tagadá se desboque

pero yo no dejaré que eso pase, dijo el ángel del sexto tagadá
no queremos que nunca más vuelvan
a morir inocentes tagadancers
por culpa de un tagadá en mal estado
por ahorrar en líquido de frenos

pero este era el ángel de la gentrificación
y yo luché contra él
y contra todos sus esbirros
infiltrados en las juntas de vecinos

yo no sabía de dónde venía mi poder
pero pude luchar y vencer al ángel del sexto tagadá

fue una batalla de 77 días
en el que mi corazón se depuró
de tantos y tantos días de tagadance

la cólera, la ansiedad y las palabras las olvidé bailando

me comenzó a salir luz
y el ángel por ser ángel Ignorante de la muerte concibió lo que era el hastío
y el día 77 llegué a mi nivel más alto
fui los últimos minutos de namecuseí
un punto sin conciencia

que la planta de tus pies
sobre la pista movediza del tagadá
que el tagadá
sobre esta tierra que gira
y la caída del ángel fue celebrada con balazos
y al ángel se lo comieron como a una iguana
y sus huesos fueron arrojados a los perros

el ángel del séptimo tagadá
llegó con una banda de bronces
y las aves salieron del cielo
y quisieron escapar
pero del tagadá entraban y salían personas
paisajes, olores vegetales
matrimonios, martes hoy, martes mañana
martes toda la semana
aires acondicionados que gotean sobre muchedumbres
avionetas que rocían los cultivos
por el séptimo tagadá cruzó toda el agua
y todas las especies de los 7 mares
y uno ahí con suerte era un microplástico

el séptimo tagadá era lo simultáneo
y el séptimo ángel lo sabía
y vi al ángel expandirse
y tratar de contener el flujo del tagadá
pero el ángel se desgarró
y no había cómo memorizar todo lo que pesó
todo lo que contuvo el séptimo tagadá

los restos del ángel del séptimo tagadá
fueron esparcidos como telas de arañas
por los restos del mundo.

que durante 3 días
que estuve con fiebre
y sin respirar
y sin pestañear
colectando en visiones
de los 7 tagadás
que fueron mi mente
y el origen de los cuerpos tagadancers

los gendarmes
también quieren tagadá
y harán llegar esta carta
a todas las unidades de la Interzona.

son testigos de esta visión
todos los tagadancers
que emitan luz verde
sobre las plataformas.

ese brillo será innegable.

por los 7 tagadás Alineados en santo tomás.

por la palabra que acompaña esta visión

NO AL CONTROL
GUERRA DE DRONES
TAGADANCERS DEL MUNDO UNÍOS

Isla de patmos sin fecha




Juan Carreño (Rancagua 1986) ha publicado los libros “compro fierro”, “Bomba bencina”, “Ir a la Trinchera”, “Budnik”, “Oxicorte” y “Punta de lobos”. El presente texto corresponde al proyecto de reescritura de la biblia.

EL SEXO QUE HABLA. [OSVALDO LAMBORGHINI]

$
0
0


Osvaldo Lamborghini (Buenos Aires, 1940 - Barcelona, 1985) es uno de los escritores más particulares y fascinantes de la literatura argentina contemporánea. Con tan solo tres libros publicados en vida –El fiord (1969), Sebregondi retrocede (1973) y Poemas (1980)–, junto con Novelas y cuentos (1988), Tadeys (incompleto, 1994) y Teatro proletario de cámara 2008), que aparecieron póstumamente, su leyenda no ha dejado de crecer, ubicando al autor bonaerense en el incómodo lugar del mito.

Efectivamente, la biografía de Lamborghini cumple con casi todos los rigores del malditismo, mientras que su trayectoria rebate cualquier intento de clasificación. Sin embargo, hay una vertiente en su obra –formada por trabajos con collages fotográficos, libros intervenidos mediante imágenes y textos, carteles y dibujos– que aún se halla pendiente de una investigación más amplia. El catálogo presenta una selección de estos materiales que hasta el momento permanecían en el archivo personal del autor y que, por tanto, nunca habían sido mostrados al público.




Poemas de Eduardo Padilla [Hotel Hastings]

$
0
0


11.

Cuando bajé del avión
llevaba dos días sin dormir.
La mujer policía
me recibió con pinzas y lupa;
me metió en un privado
y comenzó a revisar mi maleta.
Era humillante
verla examinar mis calcetines,
mi talco para los pies,
mi libro de Céline.
Después de un rato la mujer policía me miró directo a los ojos,
me empaló con los ojos como si fuera yo una boleta
y declaró que no estaba satisfecha.
— ¿Sabes por qué?
— No, señora.
— Porque me pareces sospechoso. Creo que escondes algo.
— No, señora, no escondo nada, nada que tenga importancia para usted.
Mis maestros decían lo mismo y también mi padre. Pero es sólo que parezco
sospechoso porque tengo miedo de parecer sospechoso.
— ¿Qué significa eso?
— Significa que no he dormido bien porque no conozco a nadie y ya no
sé por qué compré el boleto. No sé a qué vengo y traigo muy poco dinero.
Necesito encontrar trabajo.
Me siguió mirando a los ojos.
Yo no sabía dónde poner los míos.
Casi por reflejo,
sin pensarlo bien,
le pregunté
si era difícil ser policía.
Ella me lanzó una mirada
llena de colmillos.



15.

Jack nunca fue mi amigo.
Jack me tenía una marcada antipatía.
“Tenemos un nuevo inquilino en el piso.
Es un marica universitario.
Es como tú, Ed.”
“Yo nunca he ido a la Uni, Jack.”
“No hablo de eso.”
“Yo no soy homosexual, Jack.”
“Tienes boca de homosexual.”
Aquel comentario me tomó por sorpresa.
Tardé un momento en responder.
“Bueno, mi vocabulario es extenso. Me gustan los libros.”
“No estoy hablando de tu jodido vocabulario.”
Dos días más tarde
acabé haciéndome amigo
del marica universitario.
Era más bonito que todas las mujeres
que vivían en el Hotel Hastings.
Casi al final de su estancia
intentó besarme.
Lo rechacé de la manera más amable.
“Yo no soy homosexual, Jake.”
Pero él no parecía convencido.
Me hizo entender sin tapujos
que le había hecho yo perder su tiempo.



28.


Jorge Jalisco era un tipo
de edad media
y cuerpo de ropero.
Igual que ciertos roperos,
Jorge estaba lleno de
mierda obsoleta.
Parecía molesto
de que yo estuviera vivo
y presente.
Me hizo una serie
de preguntas básicas.
Al concluir
me dijo que me presentara a la mañana siguiente
en tal y cual dirección
y que estuviera listo para
“trabajar como los hombres”.
Luego me preguntó a bocajarro
si tenía hambre.
De hecho
yo llevaba más de un día
sin probar bocado
porque me rehusaba a vender mi copia de
Spiderland
(mi disco favorito).
Le dije que para ser honesto

tenía bastante hambre.
“Bien”, dijo Jorge Jalisco.
“El hambre
te hará bien.
Estás demasiado
afeminado.”



32.


¡Bob!
Te doy las gracias.
En el trabajo eres
la única persona
por debajo de mí.
Cuando estás presente
todas las burlas van contra ti
y yo puedo estar en paz
un rato.
Tu boca de 3 dientes
dice cosas insólitas
y el trabajo que cuesta
entenderlas
hace que el tiempo
pase más rápido.
Eres una ardilla aplastada
a la mitad del camino,
Bob,
lo digo con mucho
cariño,
eres una ardilla aplastada
que se levanta y sigue con su vida
como si nada,
como si nada nunca ya
pudiera hacerle daño.

Raimundo, el Bototo y la Pacheco [Por Joaquín Escobar]

$
0
0



Raimundo, el Bototo y la Pacheco




La Pacheco era una estudiante de antropología que siempre se vestía con poleras de Kortatu. Todas las mañanas se iba a clases escuchando en su iPod discursos del Che y Mao. Era muy selectiva en sus gustos; de hecho, nunca le gustó Eduardo Galeano: lo consideraba literatura de fogata. Sus padres eran dueños de una fotocopiadora cercana al metro ULA. Hasta allí llegaban docentes con todos los textos que sus estudiantes debían fotocopiar. Un profesor que dictaba clases en la Arcis llevó libros de Gabriel Salazar y Carlos Pérez Soto. Después de ambas lecturas, la Pacheco empezó a interiorizarse en la destrucción del capital. En las reuniones políticas en las que participaba, sostenía que una de las formas de dañar la arquitectura burguesa era comenzar las marchas en Providencia y continuarlas hacia la cordillera. Había que dejar de lado el centro de Santiago. Los miles y miles que salían a protestar debían trasladarse masivamente hacia el sector oriente de la ciudad. Allí la policía no estaba en el escenario idóneo para reprimir. Un operativo de despliegue donde los desechos irían en busca de quienes los desecharon. 
El Bototo era barra brava y estudiante de letras. Se hizo famoso en su carrera cuando le dijo a la profesora Perazza, luego de una discusión en un coloquio, que la literatura chilena había que sacarla del Parque Forestal. Tal afirmación le valió reprobar dos veces su ramo, hecho por el cual fue expulsado de la universidad. Tiempo después se fue a vivir a Buenos Aires. Allí se convirtió en barra brava de Nueva Chicago. Siempre se jactaba de que con cien de sus hombres corrieron a mil hinchas de River en un amistoso en Mar del Plata. Tal derramamiento de sangre lo llevó a pasar una temporada en la cárcel. Allí se dedicó a levantar pesas y leer a Witold Gombrowicz. Cuando salió en libertad, musculoso y letrado, regresó a Santiago. En el pedagógico le ofrecieron ser ayudante de una cátedra de formas de control social, pero lo expulsaron en la segunda sesión, luego de decirle a los estudiantes que no debían creer en Foucault, que no podían tomar en serio a alguien que le gustaba meterse palos por el poto.
Raimundo consideraba a Pepe Mujica un vendedor de humo que no le había cambiado ni siquiera una coma al neoliberalismo. Decía que era parte del cotillón de esa izquierda posmoderna que piensa que la austeridad lo es todo. En madrugadas preñadas de alcohol, siempre le preguntaba a sus defensores: “¿Por qué Mujica tiene tan buena prensa? ¿Por qué los grandes consorcios comunicacionales siempre levantan su figura?”. Nunca supieron qué responderle. Por declaraciones de ese tipo, Raimundo fue catalogado como reaccionario y burgués. Durante años lo aislaron, lo dejaron de lado: las llamadas por teléfono de los viernes en la noche ya no eran para él. 
Durante 33 meses, se reunieron en una casa en un árbol. Hasta allí llegaban, al menos una vez por semana, Raimundo, Bototo y la Pacheco. Tomando mate y comiendo tortillas de rescoldo, comenzaron a planificar el asalto a un banco. Reunieron mapas de la ciudad y planos del alcantarillado. Pensaron en internarse por las calles laberínticas que se encuentran bajo el suelo de Santiago, pero esa ciudad sólo existe en las novelas y se desilusionaron al comprobar que bajo las aceras no había nada más que cemento. Al parecer, no habían entendido que la lectura implica también un pacto de ficción.

* * *
La Pacheco era virgen. Defendía su himen con un cuchillo entre los dientes. Sostenía que tener sexo antes de la revolución no era más que una práctica burguesa. Sin embargo, para no quedarse sin sus píldoras de placer, en su bolso —nunca usaba cartera— llevaba tarros de vaselina: le gustaba ser sodomizada. Después del carnaval de sábanas empapadas que ello significaba, se ponía a despotricar contra aquellas mujeres que, paseándose por el barrio Lastarria, habían convertido el feminismo en una moda. Todas esas mujeres que pensaban que ser feminista era realizar bromas de doble sentido en alcoholizadas madrugadas.  
El Bototo sostenía la hipótesis de que muchos detenidos desaparecidos habían sido enterrados en el Estadio Monumental. Después de años de documentación, llegó a la conclusión de que —además de levantar su figura ante las masas— esa fue la verdadera razón para que Pinochet hubiese construido el estadio. Una mañana de invierno, se presentó en la sede de la agrupación de ejecutados políticos. Luego de escucharlo por más de una hora exponer sus hipótesis frente a una pizarra, los familiares fueron convencidos. Junto a un grupo de abogados pidieron un permiso legal para cerrar el estadio y comenzar con la excavación, sin embargo, el gobierno les impidió llevar a cabo el proceso. La noche en que, leyendo la prensa, el Bototo se enteró de que Silvio Rodríguez daría un concierto en el Estadio Monumental, no pudo dormir. Llegado el día, fue hasta el hotel en que se hospedaba Rodríguez para encararlo por lo paradójico de su recital. Luego de varios intentos infructuosos, le dejó con el conserje una carpeta con toda su investigación.
Raimundo terminó de ganarse muchos enemigos cuando dijo que las discusiones sobre la legalización de la marihuana eran chimuchina barata, parte de las migajas que entregaba el sistema para crear artificialidades en torno a la revolución. Decía que la polémica sobre la cannabis era un debate irrelevante, que sólo servía para desviar la verdadera lucha, que era la confrontación entre explotador y explotado.

* * *
Errázuriz-Schultz era dueño de bancos, universidades, consorcios comunicacionales, terrenos en el sur de Chile y supermercados. Para algunos, un genio neoliberal; para la Pacheco, Raimundo y Bototo, un amoral que con sus tripas debía pagar. 
Decidieron llevar a cabo el plan la noche de año nuevo. La absurda esperanza popular de creer que vendrían tiempos mejores con el cambio en el calendario era la coartada perfecta para concretar el asalto. Arriba del Charade, se pusieron las máscaras de plástico de Skeletor compradas afuera del zoológico metropolitano y partieron hacia la casa de Errázuriz-Schultz.
Cuando entraron a la morada, lo encontraron masturbándose sobre su cama. Estaba viendo una película porno donde una rubia tenía sexo con un enano. Se abalanzaron sobre él y rápidamente lo maniataron. La Pacheco comenzó a golpearlo con un extintor hasta fracturarle el cráneo. Cuando sintieron el crack del último impacto, paró. El Bototo sacó de su bolsillo trasero una cortapluma y le hizo un tajo desde el cuello hasta el ombligo. Con unas tenazas vaciaron sus interiores. Las partes que obstaculizaban el proceso, las rompieron con un martillo. La Pacheco guardó en su bolsillo unos pedazos de costilla, con los cuales se prometió, si el plan salía perfecto, hacerse un collar. Raimundo sacó de un bolso deportivo, granadas y explosivos que introdujeron por el tajo abierto de Errázuriz-Schultz. Lo rellenaron como si fuera un pavo navideño.
Entre los tres tomaron el cuerpo con dinamita y lo sacaron de la casa. Raimundo propuso cambiar el Charade en el que llegaron por el Mini Cooper estacionado en el garaje. Depositaron el cadáver arriba del techo del auto y lo amarraron a la parrilla, mirando un cielo cada vez más estrellado.
No quisieron irse inmediatamente. Volvieron a entrar en la casa y la Pacheco sacó su revólver y disparó contra un acuario lleno de peces de colores. Raimundo la tomó por la espalda y le dijo al oído: “Quisiera ser un pez, para tocar mi nariz en tu pecera”. Ella se dio vuelta y lo besó. El Bototo se puso celoso y se interpuso entre el frenético cruce de lenguas. Los tres comenzaron a besarse mientras en la radio sonaba una canción de Buddy Richard. Cuando las lenguas de Raimundo y el Bototo se perdían en un mar de saliva, la Pacheco se arrodilló y les bajó los pantalones. Se introdujo ambos miembros en la boca y empezó a succionarlos como si la vida se le fuera en ello. El Bototo acabó rápidamente, Raimundo se demoró un poco más; sin embargo, ambos se derramaron en su boca.
Al salir de la casa se llevaron una botella de Stolichnaya, un tarro de papas Pringles y un Kinder Sorpresa.

* * *
Cuando estaban retrocediendo con el Mini Cooper, oyeron el grito de un animal. La Pacheco detuvo el motor y los tres se bajaron para ver qué sucedía. Abajo del auto lloraba un gato blanco: le habían aplastado la cola con una rueda. Raimundo lo tomó y le acarició las orejas, sin embargo, nada calmaba el dolor del felino. El Bototo entró a buscar hielo, pero antes de ingresar a la cocina, contempló largamente el retrato de Miguel Krassnoff que colgaba de una pared.
—No me gustan los gatos. No me gustan porque, a diferencia de los perros, no hacen compañía. Tener un gato es como tener un peluche —sostuvo La Pacheco mientras manejaba.
Nadie le respondió. Nadie la miró. Los dos hombres contemplaban por la ventana a una ciudad que se aprontaba para el cambio de año. 

* * *
Justo cuando dieron las doce de la noche, el cuerpo de Errázuriz-Schultz estalló en la puerta del banco. La explosión se confundió con los fuegos artificiales que en ese momento dibujaban el cielo de Santiago. El bullicio tapó la explosión. La Pacheco, Bototo y Raimundo entraron a las bóvedas y sacaron dólares, pesos y euros. Lo guardaron todo en las fundas de almohadas que llevaban consigo.  
Abandonaron la sucursal bancaria, salieron con el Mini Cooper hacia la carretera y Raimundo puso un CD de los Creedence que había en el auto.
—Aguante los Creedence, esto es verdadero rock and roll. No como esas hueás que te gustan a ti, Pacheco —gritaba Raimundo. 
—Ándate a la chucha, aguante los BBS Paranoicos.
—Escucha la letra de este tema: “Have you ever seen the rain?”.
—En inglés ni los colores, Raimundo.
—Están sobrevalorados los Creedence —intervino el Bototo.
Estai loco, culiao, sobrevalorado está Alexis Sánchez, pero no los Creedence.
—¿Qué tienen que ver los Creedence con Alexis Sánchez? El culiao disperso.
—Estoy hablando en general de las cosas con buena propaganda, que venden humo, que están sobrevaloradas.
—Como los Rolling Stones —interrumpió la Pacheco.
—Exactamente. Qué banda más sobrevalorada los Rolling Stones. Su logo con la lengua roja es notable, el resto lo inventó la prensa…
—O Los Jaivas. ¡Qué banda más sobrevalorada! ¡Me carga esa canción “Mira niñita”, es un himno cursi de esa izquierda fogatera! —dictaminó La Pacheco.
—Las Torres del Paine también están sobrevaloradas.
—¿Has ido?
—No, para ver pedazos de hielo abro la puerta del refri.

* * *
El juguete que venía adentro del Kinder Sorpresa era un Bart Simpson disfrazado de superhéroe.
Llegaron hasta la playa de Mirasol y se sentaron a esperar en la orilla. El mar estaba embravecido, pero la espuma sólo alcanzaba a besarles los zapatos. A lo lejos escuchaban los gritos y la música de fiesta de toda esa impostura fantasma que abunda en el cambio de año. Raimundo sacó la botella de Stolichnaya y la hizo correr. Bebieron largos tragos en silencio, mientras esperaban la llegada del submarino que traería el armamento. Habían contactado al marinero irlandés por internet. Un traficante de armas que vendía metralletas y misiles desde que comenzó la Guerra del Golfo Pérsico. Llevaba años en el rubro. Nunca nadie lo pudo arrestar porque vivía en las profundidades del Océano Índico. Su casa era el submarino. Allí tenía todo lo necesario para salir a la superficie sólo en casos excepcionales. Uno de ellos era para contratar putas. Para evitarse la seguidilla de idas y vueltas que implicaba un polvo repentino, les pagaba por dos meses de servicio. Su última puta era una japonesa de pechos operados que en su escápula derecha tenía un tatuaje de Yasunari Kawabata. El marinero era muy discreto. Jamás preguntaba para qué sería el armamento: simplemente lo entregaba y se desentendía. La mayor parte del tiempo se la pasaba leyendo. Tenía una biblioteca enorme que cuidaba celosamente. Muchos de los ejemplares que se creían quemados en el incendio de la biblioteca de Alejandría estaban en su despacho.
Raimundo armó un pito y la Pacheco lo reprendió: “Córtala de fumar marihuana, esa droga débil es pa’ maricones depresivos”.
Del mar comenzaron a salir burbujas que poco a poco se expandieron hacia la orilla. Los tres amigos se pusieron de pie cuando vieron que un periscopio los enfocaba desde el mar.  Se detuvo largo rato en las tetas de la Pacheco; a los otros dos no les dio importancia. Al rato el submarino salió de las aguas. Atracó en la arena y de una escotilla salió el marinero. Fumaba pipa y tarareaba “Alone again”, de Gilbert O'Sullivan.
El irlandés les pasó ochenta metralletas que habían sido usadas por Sendero Luminoso. Ellos, sin mirarlo a los ojos, le entregaron las bolsas con dinero.
—Si quieres cuéntalo, pero está todo —le dijo tímidamente Raimundo.
—No, aún confío en la gente —respondió el marinero—. Eso sí, me gustaría quedarme con el gatito.
Sin pensarlo, el Bototo se lo entregó y el animal se acurrucó tiernamente entre los brazos del marinero. Como si ambos, desde hace años, se hubiesen estado esperando.
—Adoro los gatos, pero es un grave error querer humanizar a las mascotas.
El marinero le tomó la mano a la Pacheco y la invitó a pasar al submarino. Raimundo y Bototo se quedaron afuera, tomando vodka, contemplando cómo la nave de lata, silenciosa, se movía con la eterna cadencia de los desesperados.
   
* * *
De regreso de la costa, entraron a la población y se dieron cuenta de que no podían hacerlo de forma tan solemne. Necesitaban desenfreno y locura ante la mentira del cambio de año. Raimundo comenzó buscar en las emisoras radiales alguna cumbia mientras abría el techo corredizo del auto. La Pacheco salió por el hueco recién abierto e hizo un toples para la comunidad. Iba con las tetas al aire mientras en la radio sonaba una canción de Chichi Peralta. “¡Feliz año, vecinos! ¡Pásenlo bomba!”, gritaba cuando las aceras eran un mar de vómitos y descontrol. Los pobladores levantaron los vasos y comenzaron a acercarse al Mini Cooper. Se dieron de abrazos con todos, no faltó nadie. La Pacheco dejó que le chuparan los pezones. Un anciano aseguró que de la teta derecha salía leche. Cuando dejaron de ser el centro de atención, guardaron el auto en la casa y descargaron las armas. Las escondieron en el horno de la cocina y salieron nuevamente a la fiesta. Uno de los vecinos daba un acalorado discurso arriba de una silla: “Tiremos pa’ arriba y pensemos positivo: más positivo que Freddy Mercury. Salud”. Entre risas lo bajaron de su estrado y siguieron bailando.
Al otro día, en un Santiago aletargado y herido por la resaca, comenzarían las clases de instrucción para la formación de guerrillas urbanas.




Joaquín Escobar. Sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Ha realizado clases en las universidades Andrés Bello y Alberto Hurtado. Colabora con Letras en línea y revista Intemperie. Es autor del volumen de cuentos "Se vende humo" (Narrativa Punto Aparte, 2016).


Poemas de Esteban Couto [Textos tomados de Orbes]

$
0
0





NAUFRAGIO 4
[LA ESPERA]

A esta hora de la tarde
puntualmente
recojo tus amapolas con mis yemas
florezco con ellas
en sus corolas soy más de uno.
En un instante preciso
llego a las citas y echo raíces.
Puedo tardar uno o dos minutos
en contemplar tus senos de mediodía
y tus rayos de sol peinando
tu solemne talle
tu savia repleta de verdor.
Pero al final siempre estoy
cuando riegas en el viento tus granos
cuando plantada en tierra
cada noche sueles agitarte.
Y aunque tardes años en hallar
las mieses y la paz de mis naranjos
aquí estaré
con la tarde cayendo
puntual como el tiempo mismo
y la muerte en su preñez
para extender la lengua
y salpicar de vida el mundo:
este que no cesa de respirar
al ritmo del deseoen el aire. 






NAUFRAGIO 5
[CROCUS]

Desapareces en otoño
pero nada haces por esparcir tus huellas
                                 primavera extinta






NAUFRAGIO 6
[LOTO]

en el fango creces
lentamente
absorbiendo  lodo sal 
                 corazón lluvia
Cronos transcurre 
y de ti solo brota  
el aroma de la nocturnidad 
socavando las entrañas 

de tu manantial dormido


[V: TRANSFORMACIÓN DE AURA]
| MÚSICA DEL MUNDO |


Después de la muerte, el mundo despierta con la música de sus huéspedes: aves de paso en estado cantor cuando la alborada arriba por la margen oeste, búfalos resoplando el agua para que la corriente transmita los mensajes del novomundo, cetáceos entonando en altamar / la balada final de los navíos que naufragan sin salir del puerto.
En carnaval (o duelo), la música se apodera del aire en todas partes, nos nutre de oxígeno (o antimonio): nos quema hasta ser la risueña luminaria del mediodía. Cuántas madres no murieron escuchando la melodía del terremoto en la era de los cambios???
Mientras tanto, las heces flotaban en la bahía y se unían entre sí hasta ser islas, casuchas al aire libre para las pardelas y sus himnos cautivos que guían furtivamente a los navegantes cuando se ausentan los faros.
Poco a poco va naciendo un dios que solo desea contemplar y dormir el infinito abrazando a su creación. La música humana de los seres liminares se lo recuerda constantemente. En un graznido, en un croar de anfibios, en un silbo de madrugada que edifica (historia a historia) las transformaciones silentes del entro torno rollo torno caracol mundo
                        parando nombre asciendo sombra asiendo suertes.


[VIII: TRANSFORMACIÓN DE AURA]

| AUTISMO |


Silenciosamente se aparta el ser del exterior, se reúnen en manos infantes        las partículas del campo, de los volcanes en altamar, del aguacero que remonta desde el terral enmudecido.
Es inevitable deslumbrarse por lo que habita en el núcleo de los asteroides / en 3.14 grados a babor de los planetas. Cada mandala de carne se comunica con su alma en la trocha del hálito. Así se hacen interiores los paisajes contemplados en el resplandor de ese espacio del día donde el tiempo no tiene alias       ni existe más.
Hace falta estar loco [diría Mamá] para no perturbar la naturaleza silente de la creación en ciernes [lunes-martes-miércoles-jueves-viernes-sábado-diadeluto]. Jorge Luis dijo: “¿Por qué crees que todo movimiento se sintetiza en el meditativo sol de ese punto?”. Despojada la ciudad de las variaciones de la luz, de los manuscritos en sánscrito, del sexo (y su guerra en esferoides), se sueña en todas las direcciones, en la configuración celular del futuro de los ancestros.
[La telaraña cósmica de la historia tiene códigos indescifrables de estrellas que no cesan de repetirse, como en un bucle de tiempo infinito         rueda rueda rueda    sin misericordias de dioses]
Adentro          muy profundo           juegan los niñomundos con sus propios libros: imágenes en sepia de escenarios que se arman y desarman al [ruitmo] dela electricidad nébula. Con la fe que amerita       Mamá nunca interrumpía en la creatura / ese rito interno en las cavernas de su arduo silencio.  




Esteban Couto. Seudónimo de Christian Ahumada Herdia (Chimbote, 1987). Integra desde el año 2004 el Grupo Literario Isla Blanca de Chimbote, fundado por el escritor ancashino Óscar Colchado Lucio. Sus textos han sido publicados en diversas revistas, muestras y antologías poéticas y narrativas del país. Su primer poemario Saco de carbón (Editorial Aletheya, Arequipa - 2011) le valió un reconocimiento por su trayectoria literaria por parte del Gobierno Regional de Áncash. Ganador del concurso de la macrorregión sur El Búho en la categoría Poesía el año 2014. Ese mismo año sale a la luz su segundo libro, Ese animal hecho de estaciones, vía Cuervo Editores. Fue parte del equipo ganador del Concurso de Cortometrajes 48 Hour Film Project Arequipa (2015), donde se desempeñó como guionista. Ha ganado, además, en el año 2016, el primer lugar en Poesía en los VIII Juegos Florales Universitarios organizados por la Dirección Universitaria de Cultura, Arte y Recreación de la Unsa. Ha publicado el 2017 su tercer libro de poesía: El paraíso desterrado (Editorial 12 Ángulos) y una segunda edición especial de Saco de carbón a través de Aletheya.Radica en Arequipa desde el año 2009.

Cabeza de uro [Por Luis Alcántar]

$
0
0


Cabeza de uro

Uro: Prefijo procedente del gr. urá, cola.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial.

Esto tal vez ya le sucedió a usted. Noté letras que salieron de mi barba. Ese día me rasuraba mientras sucedió: Una maraña de caracteres brotaron de mi cara. Un hilo de sangre corrió debajo de mi barbilla. Quizás con el agua se ahogarían, pensé. Vi que se movían en el lavabo de un lado a otro y tomaban formas diferentes. Hicieron espacios entre sí, creo que para ocultarse, pese al esfuerzo que hice por aniquilarlas. Abrí la llave y el chorro de agua cayó sin hacer mucho ruido. Las letras parecían haberse ido. Después de verme en el espejo por unos instantes fui a ver televisión. La sala se oscureció y sobre la pantalla apareció una letra A parpadeante. Primero era diminuta casi imperceptible. Después se hizo grande, parecía cambiar de posición con cada parpadeo. La A reaccionaba con cualquier movimiento que hiciera. Por mi trabajo no puedo evitar este tipo de cosas. Aunque no me había sucedido nada parecido a esta vez. La A salió de la pantalla y se acercó a donde estaba. No pude evitar que entrara en mí. Luego del golpe que me di al intentar correr hacia el patio, no pasó nada más. Anoche no dormí, pero pude entregar la actualización de un diccionario que incorporó palabras ausentes de la edición previa.
A: Pienso que soy más que vocal abierta. Sin nosotros ustedes estarían vacíos. Creen que nos tienen, sólo están encerrados, en otro lugar. El silencio también tiene que ver con lo que hacemos. Como sea, lo invito a que desconfíe al respecto. Lo que pasó el otro día es sólo una muestra del poder que tenemos. Nos gusta ser vistas, y resulta que me le aparecí a ese pobre tipo que desgasta su energía en diccionarios. De acuerdo, eso fue mas bien un capricho personal. Él agitó el panal que habitamos. En realidad tampoco sé nuestra procedencia. Quisiera no hablar de eso. Estamos en muchos lugares, incluso cuando dicen que somos ausencia. No, no todos pueden vernos afuera. Tampoco estoy segura de que eso sea un privilegio. Tengo que irme. ¿Cómo puede identificarme? Me gusta usar el disfraz de cabeza de buey.
Luis Alcántar.




Humor e intertextualidad en Dispersión total de Efraín Huerta [Por Daniel Rojas Pachas]

$
0
0



Humor e intertextualidadenDispersión total de Efraín Huerta Por Daniel Rojas Pachas

La segunda parte de Dispersión Total (1986), libro póstumo de Efraín Huerta, está compuesto por poemínimos que dan cuenta de la vertiente epigramática y humorística del autor. En esta lectura he querido centrarme en ocho poemas de esta sección del libro. Estos poemas, de estructura breve y rasgos sarcásticos, hacen referencia a escritores universales. “Machadiana”, “Lorquiana”, “Aquiniana”, “Benedettiana”, “Bradburiana”, “Freudiana”, “Proustiana” y “Shakespereana” tienen en común la manera en que Huerta  construye el título de cada poema, pues utiliza una fórmula que denota estar relacionado al autor (interpretación relacional). Los textos también se muestran como alusivos a un estilo (interpretación calificativa). El autor de Estrella en alto se apropia de obras e imaginarios para edificar sus textos.
    Los poemas pueden agruparse acorde al modo particular en que Huerta establece el nexo intertextual y diálogo con sus pares. En “Machadiana” y “Lorquiana”, el poeta realiza una apropiación casi total de los versos de Antonio Machado y Federico García Lorca. De Machado utiliza el poema “La primavera ha venido”. El mexicano sólo altera un vocablo del poema.
   “Machadiana” nos señala: “La / Primavera / Se ha / Venido / Nadie / Sabe / Cómo / Ha / Sido” (p. 510; el énfasis es mío). La palaba destacada en la cita es la que Huerta añade para alterar el sentido contemplativo del poema original. Una operación similar realiza en el poemínimo “Distancia” al intervenir el refrán “del dicho al hecho hay mucho trecho”. La palabra hecho es reemplazada por lecho. Huerta con tono pícaro ingresa así su vertiente erótica. Esta actitud recuerda a versos presentes en libros como Los eróticos y otros poemas y el Tajín y otros poemas: “lo virginal no quita lo caliente” (p. 246) o “pásame ron /Ataúlfo / bebamos como asnos / bebamos so espléndidos amigos/ arrodíllense/ catedrales impías góticos coños /salud / y paz /misericordia / ¡Vámonos al carajo!” (p. 312).
  De Lorca toma el último verso del poema “De otro modo” y ajusta lo dicho por el español a su propia realidad. El poeta reemplaza la mención a Federico por su apodo, el cocodrilo creando una identificación con su propia figuración de autor: “¡Qué / Raro / Que me /Llame / Cocodrilo!” (p. 309).
   Otro mecanismo, que Huerta utiliza en estos poemas, es la modificación irrisoria de frases o títulos de las obras con las cuales dialoga. En “Aquiniana” reescribe la conocida máxima: “ver para creer” de Santo Tomás. Huerta nos dice: “Beber para creer” (p. 494) y en “Proustiana” juega con el título de la obra cumbre del francés interviniendo el refrán: “todo tiempo pasado fue mejor” generando una mixtura que se traduce en: “Cualquier / Tiempo / Perdido / Fue /Mejor” (p. 517).
    Para entender el uso que Huerta hace de los refranes resulta significativo revisar lo que dice Alejandra Gómez Medina respecto a los poemínimos, pues en ellos “la principal técnica del poeta es el retruécano” (p. 60). Ricardo Aguilar relaciona el humor de Huerta con lo sardónico y cierto tono cínico, mientras que Guillermo Villareal atiende el sentir crítico de su veta coloquial.
    El caso de “Benedettiana” es digno de destacarse, pues pese a la brevedad del texto, Huerta genera una mixtura de voces admirable. El texto abre con un guiño al poema “Tus palabras” de Manuel Altolaguirre. El poema del español dice: “Apoyada en mi hombro / eres mi ala derecha. / Como si desplegaras / tus suaves plumas negras” (p. 85). El poema de Huerta inicia: “Apoyada / En este hombro / Eres mi ala derecha” (pp. 495-496) y cierra el texto con una alusión que algunos lectores han entendido como un chiste ligado a la afición futbolística del poeta silaoense: “Apoyada / En el otro / Sos mi / Puntero / Izquierdo” (ibíd.). Sin embargo, en la mención al puntero izquierdo reside un vaso comunicante con el conocido relato “Puntero izquierdo” de Benedetti del año 1954. El cruce es sutil, lo cual demuestra la pericia lectora y el ingenio creativo de Huerta, además de una capacidad de síntesis que usa con maestría lo parabólico. Estrategia textual que se reconocerá con profusión en la técnica desplegada por los escritores de microrrelatos.          
    “Bradburiana” y “Freudiana” remiten al pensamiento de los escritores aludidos El texto dedicado a Ray Bradbury se edifica sobre lo distópico y los sistemas de una sociedad represiva, que controla los medios. Una sociedad del espectáculo: “Reporte / Del / Embustero: / ‘Ficción / Cumplida’” (p. 496). En “Freudiana” al señalar: “hay que Soñar […] Con / Testigos / Presenciales” (p. 505), Huerta no solo alude a lo onírico, sino a la sublimación de los deseos y las pulsiones a través del arte. David Huerta indica respecto a los poemínimos: “explosión jovial -no por festiva menos amarga, en ocasiones autoescarnecedora” (p. 6). El poema puede remitirnos al crimen de Edipo, pero también es una exposición de nuestras represiones y miedos ante el otro. El poema humorístico le sirve a Huerta para hacernos testigos presenciales de cómo se ve a sí mismo en la vejez. En el poemínimo “Por supuesto” dice: “Algún / Día / Ya no / Funcionarán / Mis luces / Ereccionales” (p. 436).
   Quiero cerrar mi lectura refiriéndome a “Shakespereana”, poema en el cual Huerta no sólo hace suya la conocida frase Hamletiana: “Ser / O no ser” (p. 520), sino que corona estos textos con una lúcida inteligencia al referir una de las dimensiones esenciales de la escritura, la recreación. El autor toma como base el dilema identitario y se pregunta como el príncipe danés: ¿quién soy? La respuesta pone en primer plano la importancia del tejido de voces que nos cruzan, pues son nuestras lecturas las que soportan nuestra sensibilidad. En un escritor consagrado semejante ejercicio de humildad se transparenta en la declaración que hace en “Alfonsina”: “Todo lo ignoramos entre todos” (p. 493).



BIBLIOGRAFÍA CITADA

Altolaguirre,Manuel, Islas del aire: antología poética, Sevilla, Editorial Renacimiento, 2008.
Gómez, Medina, Alejandra, "El humor como carnaval frío en los poemínimos de Efraín Huerta" en Cuadernos Fronterizos, núm. 23, 2012, pp. 60.62.
Huerta, David, "Efraín Huerta: amores absolutos" en Cultura Urbana, 2004, pp.4-15.
Huerta, Efraín, Poesía completa, México, FCE, 1988.

4 poemas de Jonatán Reyes (Puerto Rico, 1984)

$
0
0




A 11 HORAS DEL FINAL

un doblez de tiempo, impulso sutil de la tarde
entre todo, un vaso inexacto, con su pequeño océano
reflejo estrujado de todo alrededor; un ojo ajado
un lente que salpica algún tipo de baba vespertina
ahora el vaso es el rayo de vida que lo traspasa
se desproporciona la habitación de un guiño de luz
la ventana alienada se acerca a beber del vaso
quizás a chupar del cristal lo traslúcido
el vidrio en su narcosis hace otra tarde
otro ojo fértil que interviene en la deformidad
una cuenca que se contrae en su diafragma
un poco más de temblor para posicionar el vaso
que se aproxima vacilando a beber del labio
la sed que nos libera una sed que nos esclaviza
un vaso mal posicionado que nos evapora
el mismo verano ceniciento; un poco más de danza






BAJO EL SIGNO DE LEO

en esta casa de vientre salvaje
todo lo que entra renueva
su fórmula

los objetos dan a luz
y penumbra
y agarran masa y vértigo

aquí donde se crea el recuerdo inverso
y se dilata el útero como una galaxia

todo final es un lugar fértil





del libro Perdíamos la gracia y el verano (fedora ediciones, 2017)






LOOP.  84

con arrebato de ultratumba
en mis objetos hay un arreglo
contranatural
para omitir con descaro
todo lo que los rodea

el humus los embalsama y los consume
con esa delicadeza que tiene lo efímero
mientras se desgastan insensatos 
en esa dimensión privada sin grosor
ni latitud

o acaso el espacio que no sabe nada
que los objetos están ahí en su sitio
y que pesan más a final de estación

que pierden la forma si no se miran
que dentro de ellos hay un pasado intacto
vida y mucha distorsión y acústica


2.
de qué manera no los objetos livianos
esos que se retuercen cuando
cae el sol como una mosca agonizante
que revienta en el sosiego

objeto mosca u objeto que produce sombra
para calentar al insecto fértil de espejismos
que se despierta en verano a masticar del júbilo
su forma abstracta

seres abducidos por una calma asquerosa
de vaga caducidad
criaturas sagradas y virtuales que reencarnan
con constancia en un loop de tiempo 
en una casa destripada inmersa en su naufragio

seres digitales que desfiguran la mirada para que
no divague convulsa en un espacio en blanco
que no sabe qué hacer con su distopía


3.
la silueta del artefacto se desfigura dependiendo
la polilla que la atraviesa desde
una posición flácida

se evapora en otro modo modula la espesura
del suelo ahora blanda como el dolor de la grieta
con cierta distancia del colágeno crea otra forma
de ser supremo

la superficie suelta el aire de una bocanada
la resonancia como se imaginaba en bullicio
pierde la forma    es absoluta la metamorfosis
del barniz             el nervio encerrado
en ese trozo a medio tiempo como un claustro
cubre la cosa y la fermenta

no una utopía     sino un mantra
inframundo rodea en secreto a los objetos








RESIDUOS

1.
soy borde / borde contra esquina
al ras de la grieta próxima

arista deforme por la sombra
espacio-nada / o / preparto

astillado como una escena
mi cuerpo el sopor de un recuerdo


2.
pero no decirlo en voz alta
que me escuchan los vecinos
y dirán que sigo aquí:

borde contra borde
vórtice de todo / al socaire
de la permanencia

entrando en fisuras transitorias
llegando a ninguna parte
naciendo / incansablemente


3.
ese día no nací / fue el otro
del otro año / quiero
decir / ese / pero al revés

hacia declive
o / bajo un eclipse enfermo
sobre una arena desplazada

mejor dicho / día de verano


4.
pero no / ese día no nací
fue alrededor de los vecinos
sobre una mesa de ping pong
debajo del sol de julio

allí estaba / memorizando
el vacilar de los reflejos sobre
las miradas inanimadas

y sentí el persistir del instante                                                                                      
la insistencia de la vida


5.
nací de una herida
la atravesé para salir
a la intemperie


6.
mi pierna izquierda fuera
mi pie rozando la superficie

una muchedumbre reunida
eufórica. mi cuerpo mudo

una luz asquerosa se mete
en todo lado / y desfigura

aún el mundo no es nada


8.
estoy presenciando el final de todo
 ¿eso me hace cómplice?





Jonatán Reyes (San Juan, Puerto Rico, 1984). Escritor y editor. Ha publicado los libros: Actias Luna (2013), Sunny Sonata (2014), Aduana (2014), Filmina (finalista del premio internacional de poesía Pilar Fernández Labrador, 2016) y Perdíamos la gracia y el verano (2017). Su poesía ha sido publicada en diversas revistas internacionales de literatura y poesía, de países tales como: Colombia, Argentina, Venezuela, España, Grecia, Italia, Brasil, Ecuador, Estados Unidos, Chile, Bolivia y México. Es finalista de diversos premios de poesía, entre ellos: el III y el IV Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador, del Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero (2017), y del Premio Internacional de Poesía Francisco de Aldana con su libro “El oleaje que nos deshace”. Ha sido invitado a diversos encuentros de poesía, festivales de poesía internacionales y ferias del libro. Su poesía ha sido traducida al italiano, griego, inglés y portugués. Es director y editor de la revista de poesía Low-fi ardentía.




Poemas de Ángel Ortuño

$
0
0





EL SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA

Creía
morir. Seguramente era
un efecto indeseado
de la picadura y la radiación
(como si lo demás fuera deseado, vamos!,
pero le permitió
lucir musculatura con trajes ajustados, trepar
por las paredes y dejar la ciudad
hecha un asco de telarañas).

Veía al mundo caer
en el caos. Sin él
todo sería un festival de crímenes.

Van
a llorar por mí.
¡Y será tan bonito!

Hoy dice que le avergüenza recordar que sólo tenía gripa,
un vulgar
resfriado.
Pero,
en realidad, atesora esos días como los más sexys
de su vida.




ÉL NO QUIERE ADMITIR QUE NO CONOCE EL JUEGO

Desconozco
las reglas y no sé
qué es lo que se pretende o cuándo
gano.
Digo: sabía
jugarlo,
pero fue hace tiempo y ya
se
me
olvidó.

Creo que no se puede
hacer eso que hiciste
porque perdías y el otro tenía derecho a incendiar
un libro tuyo y tú
estabas obligado a inhalar el humo.

Era algo así.




 SI QUIERES VERME DESTRUIR UN AUTOMÓVIL


La voz en off me dice que es
aconsejable
cuando se habla de un personaje histórico
en el poema,
que su interpretación
no dependa de circunstancias que se esfumarán
como si el poeta hubiera tomado nitroglicerina y de postre
un cerillo encendido que se bajó a brinquitos.

Pero,
¿cómo pongo a Cleopatra o Nefertiti por un lado del Cadillac
rosado
que Wendy Orleans Williams embelleció con una motosierra?




LA GENTE NACIDA UN AÑO DESPUÉS DE QUE USTED NACIÓ ES CADA DÍA MÁS ESTÚPIDA

Incluso escriben títulos para poemas
cuya redacción apenas podría compararse
en torpeza
con el resto de eso que cortado en pedacitos aprovecha
que nadie lo compara con un plato roto, además
uno de pésimo gusto, decorado
con pastoras deformes y trovadores
provenzales hermafroditas.
Se vale, pues,
de todos los trucos siempre y cuando sean
los peores,
para conseguir sus innobles objetivos.




CÓMO SABER SI ALGO ES ARTE URBANO O SIMPLE VANDALISMO


La caída de Roma, por ejemplo.
¿De dónde son los vándalos? Parece
que de algún pueblo escandinavo.
Que sean tan malvados ¿depende
de que nuestro idioma provenga del latín?
(Aquí se alquila un espacio publicitario para vender hilo negro o decir
que
en realidad
es sólo una mentira conveniente imaginar que hablamos un idioma
que venga del latín).
El caso es que son malos. Rompen
todo.
Y rayan las paredes como si fueran niños de cinco años.
Una de las evidencias de posesión satánica,
por cierto,
es la fuerza de adulto en un niño pequeño.
Y si es niña,
peor.

Ahora que no se usan exorcismos, que ya
¡o tempora o mores!
arder en plaza pública no es oficio de nadie,
no me queda más remedio que invitarlos a un diálogo abierto.

Sí, vándalos,
a ustedes.




EL CUENTO DE LOS TRES CERDITOS

Simplifiquemos: sólo
es uno.
Los otros dos se quedan en el título
que es,
ya lo sabemos,
una casa de paja y de madera
y el lobo ni siquiera se toma la molestia de gastar su aliento:
espera el informe oficial
donde responsabilicen a los cerdos por construir de manera irregular,
con materiales inadecuados
y contra los intereses legítimos de los propietarios del predio.
Propietarios que son
un solo cerdo:

el tercero, con forma de alcancía.


LAS ARAÑAS NO TIENEN ALAS

Pero tienen
cuarenta mil tormentas eléctricas al día
que convierten la Tierra
en un circuito enorme. Incluso
en días soleados,
el aire acumula cien voltios
por cada metro que se aleja del suelo.

El hilo de la araña
repele
a la carga similar en plantas,
sobre todo.

La carga es negativa.
No podrían volar
pero lo hacen y luego se acicalan.

Su espejo es una

cucharita de té.





Ángel Ortuño (Guadalajara, 1969) es autor de Las bodas químicas (Secretaría de Cultura de Jalisco, 1994), Siam (Filodecaballos, 2001), Aleta dorsal. Antología falsa, 1994-2003 (Arlequín, 2003), Minoica (con Eduardo Padilla, Bonobos, 2008), Boa (Mantis, 2009), Mecanismos discretos (Mano Santa, 2011), Perlesía (Bonobos, 2012), 1331 (Práctica mortal, 2013) y El amor a los santos (Ediciones el viaje, 2015).






Poemas de Manuel Illanes

$
0
0





HIDALGO
La celebración arrastra
su cola embetunada de vómito
por el Campamento 2 de Octubre.
Un día después de la algarabía
observamos el campo de batalla
ya limpio de cadáveres: tapizado
de cuetes aún humeantes el enorme
y vacío estacionamiento, sucias
las calles, legañosos los ojos
de los caminantes en Sebastián
                             Lerdo de Tejada

así como lastimeros los aullidos
de perros que no comprenden
del fervor ni del desborde
de cerveza que transforma
en éxtasis nuestra sencilla
vulgaridad de inquilinos
a los que se les ha cortado
el agua por casi dos semanas.

Pero los perros desconocen
la bendita saga que nosotros
memorizamos y comprendemos
hasta en sus últimos detalles.
El llamado de Hidalgo sigue
retumbando en los corazones,
cómo negarlo, cómo cerrar
los ojos ante tamaña verdad,
quién podría: sólo que hoy
su grito  de rebelión se funde
con el alarido de las patrullas
que recorren Iztapalapa durante
las auroras más salvajes de México
o  con la simple, monótona letanía
de los vástagos del pvc,
aquellos trepanados por Capital
que elevan sus alucinados coros
                       / al cielo cada tarde.

Como si cantaran para invocar
la lluvia, como si danzaran
honrando el sueño que alguna
vez precipitó a Hidalgo
hacia la insurrección y la ruina.






EPÍSTOLA PARA EL REVERENDO ELIOT
Para T.S & la dedicatoria de “Tierra Baldía”

Pero es que ni siquiera nos alcanza
para autores, zarigüeya,
ni siquiera para escribidores,
menos aún para artesanos.
El limbo es un buen lugar
para zánganos como nosotros.
Derivamos en círculos
entre brumosas taquerías,
cascajos de carros, casas
con sus varillas levantadas
hacia un cielo trizado,
llantas que alguien quema
para templar una noche gélida y espesa
como poema de Berryman,
hasta caer rendidos sobre camas
que no son más que paisajes
de alambre. Monosos reunidos
alrededor del fuego viendo
las sombras parpadear
como pequeños dioses
que saltan entre las llamas
y transmiten su palabra,
su áspero evangelio al vacío
que somos, ese montón de piedras
que se desmorona en el surco.

Cómo pican las chinches aquí,
zarigüeya, cómo apestan las aguas.
La brisa trae consigo a mediodía
y en el crepúsculo el tronar
histérico de los sonideros
con su perreo intenso,
su Despacito tarareado
hasta el carajo,una música
hipnótica como el tartamudeo
de los disparos de los narco
corridos, de las narco balaceras,
de los narco incendios de la realidad.

Pero es que ni siquiera nos alcanza
para autores, zarigüeya: corre
un viento despiadado y frío
aquí, despiadado y frío
a toda hora. No ocurre
nada digno de ser traducido,
no se cruza el Rubicón
salvo para perderse
en su corriente y caer rendido
en un paisaje de alambre.



 PARAÍSO INC.
Corriendo detrás de unos vagones
oxidados, un cascajo rodante
que galopa hacia Paraíso Inc.
La tierra prometida es un
campo de naranjas en Salinas,
California, una cueva de braceros
que nos guiña desde lejos.
Agazapados entre la maleza,
el pulso y la voluntad
sometidos al tam tam
que multiplican los musgosos
rieles -un bisonte que cruza
los caminos con su carga
rotunda de metecos. Agazapados
en la maleza por días, corriendo
todo el tiempo, corriendo
detrás de unos vagones oxidados.
Pero también huyéndole
al largo etcétera del hambre,
a los latigazos del hielo
cuando el bisonte se detiene
y pasta entre la neblina de la sierra.
Los coyotes andan cerca
cazandomaras y zambos para el pozole,
la migra sigue el hedor
de nuestros pantalones
cagados. Hay que correr
entonces, saltar lo más alto
que se pueda, abrazarte
de los sucios costados
de La Bestia si no quieres
acabar como un montón
de basura apilado al borde
de los rieles, con tu rostro
vacío arañando la tierra.

Hay que seguir corriendo
detrás de unos vagones oxidados
todo el tiempo, todo
el chingado tiempo
corriendo para no
ser carne de fosa,
para llegar a Paraíso Inc.






DÍA 30 S. ALCOHOL
(MALPAÍS)
Yo sólo quiero de la palabra
el balbuceo, el estertor que causa
la tromba al cruzar un descampado
invadido por el cascajo y la maleza.
No me interesa el amor y sus chillidos
de canción de banda, no me interesa
el cacareo de los que vociferan
por una Utopía levantada sobre cajas
de huevo y pepenadores que sobreviven
como ardillas en un bosque calcinado,
no me interesa el silencio, sus caminos
de terracería. ¿Has visto a las palomas
colgar de los cables del tendido eléctrico
en las atroces mañanas? ¿Sus cuerpos,
ligeras amenazas arrancadas a una película
de Hitchcock? Nada de eso me interesa,
nada, esas absurdas escenas, esos ínfimos
chispazos que la mirada rescata del eriazo
del cielo no son sino extensiones de la noche
             / que no quieren reconocerse noche,
avalancha de momentos que nos precipitan
                                            / hacia el caos.
Gritos que la garganta asfixia
o deja escapar en repentinos alaridos
cuando los fármacos no hacen efecto,
lengua que se disuelve en gargajo
y glosolalia, Lautreamont
que alguien libera de un nosocomio
para que bale, para que aúlle, para que salte
y acelere el desenlace de esta cinta clase Z
donde figuramos apenas en los créditos.
Abismo que adulteramos sin asco,
que corrompemos hasta repetir:
“lluvia, “te amo”, “hermoso día”.
Noche que abandona sus tinieblas
y se ordena alfabeto, remedo de jardín
ardiendo en una ciudad que contempla
cómo sus soles estallan y se hunden
             / en un mar de asfalto y brea.

Yo no quiero de la palabra sino
el descampado, el cascajo, los despojos.




Poemas de Alan Vargas

$
0
0




New England Patriots vs Seatle Seahaws



me asalta la mañana desnudo

despertar es una compuerta que se abre de golpe

y deja fluir un torrente de pus

me arrastro al escritorio

la computadora está encendida

me quedo quieto

pienso en una escena de la noche anterior

entro al baño de un bar

orino y salpico todo

no puedo controlar el frío

me subo la bragueta y camino hacia el lavabo

veo en una ventana a un sujeto observándome

tiene ojos cristalinos, bigote salpicado y sonríe como estúpido

me pregunto desde hace cuánto tiempo está ahí

su sonrisa de pervertido me hace enfurecer

quiero romperle la cara

pero me percato que la ventana no es convencional

es una especie de proyección

levito hasta la puerta

a punto de cruzar el umbral dos llavecitas más

de reojo vi un movimiento del sujeto hacia su nariz

es un espejo

me deslizo por las escaleras y al llegar a la mesa

el Pokemón me llamó con esos ojos abiertos y apenas humanos

que hace cuando está por aparecer alguna droga

otra tacha, me la comí

de la noche apenas recuerdo luces y tumbos por la ciudad en catarsis



tengo sed

me tomo de golpe media jarra de agua

y como cuando desde el Fortín

ves encenderse la ciudad al caer la noche

primero algunas luces aisladas en lugares recónditos del cuerpo y en segundos

la tormenta de focos y lámparas

que convierten la ciudad en un gigantesco panal de abejas luminiscentes

así me vuelve la suavidad al cuerpo

un último coletazo de la tacha agonizante despertó con el agua y todo

otra vez

estará bien

con ánimo para salir a la cocina me paro por un expreso

la pastilla agoniza y puedo sentir sus últimos espasmos

prendo la pipa 

me ocupo del resto de esa bolsita

que apareció luminosa en mi billetera

comienzan a rugir los motores y la tristeza se hace más fuerte

aunque extrañamente

más tolerable

la veo acechándome por la ventana

golpeando la cancelería con sus fauces de marrano hambriento



vuelvo a pensar en toda esa mierda que me ha atormentado estos días

ese bastardo con las piernas de mi cielo sobre sus hombros

su pito encajado en su delicada tráquea

me revuelco en el ansia

era lo único que tenía

un hombre solo peleando contra la miseria del mundo

aferrado a ese sueño de intimidad exclusiva

esa romántica idea de ser la única fuente de placer de mi princesa

por siempre

a pesar de todo

me dijo que nunca nadie la vería como la hambrienta bestia en que se convierte

jamás

esa absurda promesa

con los años se volvió mi único objeto de fe

aquello que secretamente se aferra a nuestros cuerpos

para seguir sintiendo empatía y miedo

pero ya bastante tengo con el marrano bufando en la ventana

ayer fue el Super Bowl

Katty Perry sorprendió al medio tiempo

un sexy atuendo con el número 43 gigante sobre su pecho

¿coincidencia o destino?

masco la bolsita esa

y veo la aguja de combustible en empty 

no me queda más

el marrano ya encontró la puerta

la rasguña y golpea con sus dientes

pienso en sus dulces pezones

atragantados por un idiota que le regaló muñecos de peluche

porque cuando por fin hemos aceptado que esto es un juego

y que la única forma de ganar

es saber que no hay forma de ganar

lo único que nos queda es convertirnos en placer para alguien

una forma de hacer trampa

otra es atascarse con lo que haya

ya es hora del mezcal

me empujo dos vasitos que incendian mi esófago

y cómo un cohete en ignición puedo levantarme

comienza de nuevo la travesía

el naufragio

veo la bolsita masticada en el escritorio

parece un pequeño dragón

con dientes y escamas transparentes







Weekend in Oaxa



¿Qué pasa?, ¿dónde putas estoy?

lo único visible es el ideograma tian dibujado en el espacio

casi una te con doble hélice y dos patas

emulando caminar

se abre hacia mí

el hombre es ese movimiento que atraviesa la tierra y el cielo

el ideograma es de un negro profundo

en un fondo negro no menos profundo

pero el pequeñísimo poema puede verse claramente

sus bordes y sus abismos están perfectamente definidos

puñaladas en el manto negro

son sables de Hattori Hanzo

lo sé por las delgadísimas heridas que dibujan

pero lo suficientemente transparentes para dejar entrar graznidos

se disparan por todos lados como un accidente pirotécnico

los colores son sintéticos, brillantes

un pequeño calor

una pizca de energía

se desprendió del último trazo visible

del ideograma que se ilumina y desaparece

el pequeñísimo destello comienza su acenso

se va hinchando

la luz se vuelve cegadora

su calor me recorre todo el cuerpo hacia adentro

concentrándose en mi pecho

excitada y palpitante la veo acelerar

colisiona conmigo

la tremenda fuerza del impacto me impulsa hacia arriba de un salto

abro los ojos…

aun escucho los graznidos en la oscuridad

reconozco a Ornette Coleman en el aire

todo parece estar en calma, claro, el DMT

ahí está la pipa

el grinder y la bolsita de polvo amarillo

el Pokemón sigue torcido

claro

venimos hasta el pito de la fiesta esa

ahí en la librería

luego un peregrinar de bares oscuros

ese cabrón no se levanta

pero está bien

se está quejando porque se acostó sobre su mano

¿otro? sí, otro

busco el disco de Portrait en Spottyfi

play

bon boyage…

Otra vez voy cayendo

me sumerjo en la alfombra roja

una tumba carmesí

esto ya lo he visto

¿pero cómo llegué aquí?

comenzó días atrás

estoy en el estudio de Rubén

tengo un mezcal en la mano

es un arroqueño calidad Luis XIV

está el Negro, Alvaro, Quique, el Chivo

y una pecera inmensa de mezcal

todo está borroso

como si hubieran girado el lente

las risas tienen ecos tétricos

escuchamos un disco de Thelonius Monk

aunque no logro reconocer cual

el nivel del mezcal asciende rápidamente

apenas puedo sacar la nariz

me pego en un pequeño rincón donde se hace una bolsa de aire

la pieza se llena rápido

trato de romper una ventana para escapar

detrás una luz entre verde amarillo fosforescente parpadea

una treta de un monstruo abisal

se termina el oxígeno

me estoy ahogando

estoy por perder el conocimiento

doy una patada poderosa

abro la puerta

la calle es un largo camino con paredes de resorte

del mismo que usan en los cuadriláteros

voy rebotando de una cuerda a otra

el andar es infinito

en unos días me encontraré

en una calle desértica similar a esta

convertido en ese personaje rulfiano que camina entre la sequía

escucho una canción de Dave Brubeck

una estridente zarandeada al ritmo del saxofón

los colores brotan del metal

estoy en una pequeña cueva en el centro de la ciudad

es una librería

estoy bailando

toca un cuarteto de jazz

todos son muy jóvenes

como puedo me escurro hasta el baño

antes de entrar me empino el mezcal

cierro la puerta

me observo al espejo unos instantes y va para dentro

una, dos revoluciones a la nariz

vuelto héroe salgo del sanitario

apenas si hay espacio entre el tumulto

es un lugar pequeño 

el baño es un enclave bajo la escalera

circula un bong

llega hasta mis manos y me pego a sus burbujas

la canción terminó con la última bocanada

las paredes están tapizadas de libros viejos

hago un paneo robótico por el lugar

escaneo con la cara trabada

hay muchos conocidos

todos zombis

bailan unos con otros

se abrazan con fraternidad y se devoran los cerebros

unos a otros

me empujo un mezcal y me acomodo los pantalones

me aclaro la nariz

un bello pincelazo tensado en el aire

la primera secuencia del Kind of Blue

el saxofonista no tiene más de 25 años

un genio rotundo

todo da vueltas

la batería me retumba en la nuca

es la despedida de Briana

pero esto es otro día

antes del DMT

abro los ojos pero no se detiene

comienza el asedio

somos tú y yo otra vez

esa voz callada

por fin me doy cuenta

es él quien fabrica los colores

eres tú hijo de puta

mi yo más profundo

todo se vuelve blancura

claridad absoluta de la que no estoy consciente

ocurre sin saber que está pasando

estoy parado viendo la calle completamente vacía

el halo de la puerta es una hervidero

se palmean la espalda con torpeza

se carcajean en alaridos

termino el mezcal y me tallo los ojos

interrumpen su conversación abruptamente

voltean a verme al mismo tiempo

uno de ellos me acerca una botella

la agarro con asco

le doy un trago y la devuelvo

hablan de MadMax

de J. G. Ballard

de una película de Cronenberg

trato de escabullirme

ahí está la festejada

está hablando con Edgar y con un sujeto que según entendí

era un personaje de calabozos y dragones

proponen un puente entre Mallarmé y Heidegger

en cuanto a la forma

al discurso de la forma

pero apenas se les entiende lo que dicen

me doy la vuelta disimuladamente

logro escapar con elegancia y regreso al bar

a la librería

entro al baño

termino el mezcal

un viva las vegas y doy un brico al exterior

como el de una orca que salta a la superficie en un ataque

emerjo en llamas

lúcido hasta el tuétano

bailo, doy un trago

esto es whisky

qué pasó con mi mezcal

espera

este no es el mismo baño

todos son hijos bien amados con elegantes luces en el cuerpo

se regodean con delicadeza

lucen felices y tranquilos

ahí esta Julieta

esto es su cumpleaños ayer o antier

el lugar está lleno de mujeres con pantalones ajustados

y cabello despampanante

exudando deliciosas mieles

me alegro de estar aquí

por fin un poco de calma

voy de un lugar a otro con la pipa en la boca repleta de northern lights

apuro el whisky y por arte de magia aparece otro vaso

lleno hasta el tope

veo entre los cuerpos limpios

un par de mujeres bellísimas

pequeñas de estatura

deliciosamente torneadas, ambas

par de Venus con ese exquisito movimiento del torso

una es lacia y la otra china

una plateada la otra apiñonada

por lo demás son iguales

son perfectamente iguales y radicalmente diferentes

como antípodas en medio de la noche

me paro en frente tratando de ser cortés

intento hilar un saludo

tengo la boca trabada

termino el whisky y aparece otro

soy ese tío borracho e imprudente que todos tienen

ahí está Barbarella

abro bien los ojos

ahí está con su disfraz de hombre

pero igual de diva

se contonea torpemente

sexosa

haciendo un escándalo

un grupo de mujeres están a su alrededor y la celebran

solo solo solo, gritan

radiante en su advocación masculina

doy un gran sorbo al garrafón de mezcal

pesa mucho y apenas puedo retirarlo de mi boca

me escurro la barba y me limpio como puedo

levanto la cara como esperando que nadie me haya visto

trato de cuidar mi imagen

de tener mi dignidad intacta

a estas horas de la noche es fácil pasar por yonki perdedor

animal repleto de drogas legales e ilegales

que anda por ahí contando chistes

haciéndose el gracioso

veo a Iliana convulsionando al ritmo del bajo

a su lado está Nadia

al menos así me dijo que se llamaba

me ve desde que me acerco

le sonrío

apenas puedo mover la boca

me presento y hago una broma

ella se ríe, la invito a bailar y me da la mano

no he perdido el toque

siento como me aprieta con fuerza

excitada

abro los ojos y Nadia se besa con un gringo

perra

otro pinche mezcal

esa canción es de Coltrane

lo sé porque es el soundtrack de un recuerdo que atesoro

estoy en mi cuarto a media luz

ella está a mi lado sosteniendo una copa de vino

oímos a Sidney Bechet

apenas puedo contener el ardor

la abrazo y recarga su cabeza sobre mí

¿verdad que será para siempre?, me dice

le arrebato la copa que sostiene en sus manos

la empujo a la cama

le arranco la ropa y la miro a los ojos

me aprieta

entro en ella de un golpe y veo su mirada brillar

ablandarse

justo en ese instante Coltrane

toca la primera nota de la canción que ahora inunda la librería

por eso la reconozco

pero eso pasó hace mucho tiempo

en otra vida

antes del gran diluvio y de las bolas de fuego

de las estatuas de sal

aparece otro whisky

está por amanecer

vamos a mi casa a fumar y a seguir bebiendo, digo

Julieta y yo nos subimos a la camioneta con Diana

vamos en camino

entramos a mi cuarto y armo un porro

todo es calma e introspección

tengo ganas de ver a Jane Fonda

su deliciosa cintura

su mirada entre tierna y cachonda

pongo la película

ha pasado ya un buen rato

Julieta juega con el Ipad

todos se fueron

deja la tableta en la cama y me habla del tipo que le gusta

fumamos mientras amanece

me cuenta sus planes

yo como siempre

trato de deprimirla con historias de catástrofes y de conspiraciones

a ella no le importa

apenas dormimos unos minutos

abro los ojos, el disco de Ornette Coleman casi termina



estoy en un bar cerca de la librería con Inés y el Pokemon

salimos arrastrándonos y de alguna forma llegamos a la Babel

Inés ya no está con nosotros

pido una cerveza

me encuentro a Kurt y a Oscar en la barra

intercambiamos palabras

pero yo sólo pienso en que se terminó la cocaína

no hay más combustible y la noche se derrumba

partimos derrotados

tengo DMT en la casa

dice el Pokemón






Alan Vargas Mariscal (Oaxaca de Juárez, 1992). Actualmente estudia la licenciatura en Derecho en la Universidad La Salle de Oaxaca. Publicó en 2016 el libro Poesía mexicana (Elefanta ediciones), galardonado en 2015 con el segundo Premio de Poesía Joven Alejandro Aura (Secretaría de Cultura de la CDMX). En 2015 presentó Migrar a unomismo (edición de autor), libro-obra que obtuvo ese mismo año una mención honorífica en el I Premio Nacional de Poesía en Voz Alta (Casa del Lago, CDMX). Realizó la selección y edición de Mezcalito city: registro de poesía en Oaxaca (El volador ediciones, 2015). Ha impartido talleres de escritura.






Poemas de Abel Ochoa [Selección del libro Arriba las manos, esto es un asalto]

$
0
0




LAS PALOMAS


Las palomas malditas se cagan en los autos
apenas salen de la lavadora,
como si tuvieran algo en el pecho,
o en la cola, que les atravesara el alma.
Es común escucharlo en una conversación cotidiana
y luego viene el comentario de que es de buena suerte.
Saben bien cuándo deben abrir sus esfínteres
al viento y botar sus misiles blancos.
Intuyen cuando el metal está reluciente
como las amas de casa lo hacen
con la ropa tendida antes de la lluvia,
como los elefantes antes del tsunami,
como los payasos antes de la carcajada.
Cattelan las puso cagándose en todo
en la bienal de Venecia en el 97. Por eso allí
es prohibido alimentarlas desde hace algunos años.

¿Son animales de paz?
¡No!
Acuérdense de las narco-palomas
en las cárceles de Costa Rica o Argentina,
de las palomas mensajeras en las guerras de la historia,
de la criptococosis, histoplasmosis, salmonelosis, encefalitis.
Lo siento, ONU.
Lo siento, hippies.
Lo siento, Espíritu Santo.
Las palomas son seres abominables
que andan con sus piquitos hipócritas
y comiendo de la mano de los ancianos o niños
para causar ternura ante los ingenuos.

Alguien limpia su carro con una franela
después de que una banda(da) de palomas pasara
y con una lágrima me dice, casi susurrando:
¿Sabías que las pobres son monógamas?





10 (IM)POSIBLES SERIES DE NETFLIX


Un grupo de vírgenes zombies van cada noche a ocasionar estragos en los prostíbulos adyacentes al pueblo que sufre una malaria que congela las pantorrillas.
La leyenda de un futbolista se derrumba cuando sus fans se dan cuenta de que es un extraterrestre huyendo de la NASA que acaba de ser militarizada por mandriles.
El tráfico de chocolates expirados en una escuela donde un grupo de niños huérfanos mantienen en cautiverio a varios niños rubios y niñas bizcas.
Sale a la luz la noticia de que la Miss Universo es un transexual con baja autoestima y todo el mundo comienza a gatear sin motivo alguno.
Todas las mascotas de la ciudad se convierten en jabones y varios periodistas comienzan a analizar el acontecimiento.
Cada árbol tiene un nombre en la hacienda de una familia hippie, pero todo cambia cuando conocen a una familia de ebanisteros enanos.
El buffet de abogados más exitoso del país comienza a desnudarse en los semáforos a cambio de que le enfríen los testículos con paletas heladas de cereza.
En un pueblo chino, la gente comienza a hablar en ruso hasta que un monumento de Stalin aparece con vagina en el tsunami más grande de la historia.
Todos los negros se convierten en albinos y todos los albinos se convierten en negros, mientras que comienza una ola de suicidios de pelirojos.
Las ancianas del asilo más lujoso de la ciudad comienzan a quedar embarazadas y el mayor sospechoso es un niño de 8 años que tiene el miembro viril dorado.



EL SUFRIMIENTO VA CON EL VIENTO


Un ingeniero en telecomunicaciones
sube a la montaña más alta cada vez
que recibe una llamada de celular
y baja por un poco de leche
cuando se lo piden sus compañeros
a través de un caserío miserable.
Intentan documentar un rito mortuorio
cuando una anciana muriese en cualquier momento.

Es un barrio de barro,
casas blancas apiladas como torres de cartas:
el sufrimiento va con el viento.
Se mete a una cueva donde recita
una oda de un poeta iraní
mientras ordeñan a su vaca.
La mujer llora en la oscuridad,
las ubres ofrecen todo,
el ingeniero termina de leer.

—La poesía es mágica, ¿lo sabías?
Imagina esto:
Esto no es una vaca,
sino un cartón de leche.
Esto no es una casa,
sino un supermercado.
Esto no es un poema,
sino un jingle publicitario.
Y yo ya me voy
con mi carrito de compras.





ASALTO A UNA COMPAÑÍA DE SEGUROS


El culo de Jennifer López está asegurado por 4.5 millones de dólares;
las piernas de Rihanna, por un millón;
las cuerdas vocales de Luis Miguel, por 7.5 millones;
la sonrisa de Julia Roberts, por 30 millones.
En una compañía de seguros entra un hombre 
con una bolsa llena de dinero.

—Vengo para asegurar mis manos por 100 millones de dólares.
Soy un poeta, soy un gran poeta.
Una manzana puede de ser una granada sin el menor problema. 
Un perro de la calle vuela como un dragón en cualquier página. 
El agua del grifo es un río de sangre mañana.
Una bota, un volcán. Un alambre, un roble, ¡un rayo!
He creado lo más sublime de mi generación 
con estas manos que usted ve aquí.

—Señor, pero si sus manos son dos prótesis de madera
que a simple vista se aprecian. 
Son falsas.

—Amigo, las manos de madera me sirven para gesticular
mis poemas, mientras los recito de memoria.
Tengo un sinnúmero de secretarios que los escriben 
cada noche, bajo la luna menstruante.
Ahora cuente.

—Señor, pero si estos son billetes de Monopolio.
También son falsos, como sus manos.

—Amigo, le quedo muy agradecido.
A este poema le pondré: “Arriba las manos, esto es un asalto”
mientras empuño una manzana.






LA CIENCIA LO CONFIRMA


La ciencia lo confirma: 
retener un pedo toda la noche, mientras 
duermes con una mujer –por más hermosa 
que fuera– puede acarrear trastornos 
alimenticios o emocionales. No temas 
a liberarlo ante ella; incluso si tiene senos de panadero
o senos como la masa de los panaderos,
incluso si sus piernas son largas como las garzas 
y carnosas como las de un rinoceronte
y tú un insecto que se posa en el rinoceronte     
y es comido por las garzas. 

Recuerda: no puedes retener un pedo con una mujer.
Las mujeres huelen lo que hay y lo que no.
El pedo alzará sus brazos y te lo agradecerá 
dándote golpecitos en el ano, estrenará sus ojos 
de lluvia y te mojará con su amor ardiente.
Lo mismo pasaría si retuvieras a una mujer.
La mujer vuela, calla, hiede, suena, mancha.
Sus pezones son antenas que detectan el claustro,
la clausura de lo indómito, el punto previo de la cláusula.
Calla y “huele tu parte”, hermano mío.

En el estómago de los enamorados,
lo que se aloja no son mariposas: 
es un pedo libre y hermoso





Link de descarga del libro




Poemas de Wilson Loayes Orozco

$
0
0





+

A unos cien metros de mi casa

hay un rótulo que dice:

A unos cien metros

tiradero de cadáveres.

+

Sin vos, con voz

se manifiestan los sueños

atenazando un crisol de silencio



entre pausas aladas

nadie reconoce la metamorfosis

hedionda, encarecida

del dolor mismo



El fétido aroma inspira

los movimientos del poeta

al nacer carentes de inspiración,

a veces la inspiración

no sólo es verte e imaginarte

es a veces también

vestirte y maquillarte



Hoy naciste como las ramas del árbol

y no como sus raíces,

verte puta en los ojos de la inconsciencia

me produce querer tapar

con una venda negra

esos ojos

que también son del alma

y que no acepta la conciencia



Lo cierto de mis ojos

es que al abrirlos

las estaciones del tiempo

avanzarán hacia tu ausencia.

+

TE AMO

en la costumbre de la vida que te vuelve al mismo cuerpo

en la hora que abre la boca para hundirse en la memoria

en el cadáver que se mofa de la conciencia humana

en los dibujos que te nombran persiguiendo albas

en la soledad con vida por la muerte y el sentido

en la cuerda que nace en el hambre de la mano

en los fragmentos de hielo que se hacen agua

en el camino desde mi casa a tu ausencia

en la alabanza muda de tu despedida 

en la realidad de mis manos atadas

en el vestido que nunca usaste

en las moscas sobre el pan

en la ceguera de la palabra

en el insigne altar del reloj

en el jardín de las piedras

en el embozo del aliento,

en la telaraña de la casa

en el cielo que te llora

en el presentimiento,

en un ala del libro,

en la infeliz sarna

en la hoguera

en la estrella

en la alegría



ESTANDO

a un paso

del gran

abismo,

a…



+

El amor es la mujer

por la que dejas de ver porno

y abandonas el hábito

de jugar naipes

con tus amigos



El amor es la persona

que te regala

los pétalos de su boca

pese al sabor de mierda

de la tuya



El amor es la persona

que te hace pensar

al momento de masturbarte:

Ni mierda,

debo conservar

el oro blanco

de mi pene

para honrar su belleza



El amor es la persona

a la que ves

y sin meterla

corona tu verga

con una gotita de esperma



El amor es la persona

que te hace olvidar

con su sola presencia

el maldito mundo cagado

en el que eres tan sólo:

un pedacito de mierda



El amor es la persona

que te regala

los trinques más amables

-La ves,

no como una puta

sino como una madre,

la madre de tus hijos-



El amor es la persona

que te quita

lo haragán

lo coche

lo puto

lo desgraciado

lo mula



No te hace rico

guapo

nerd



pero sí poeta.



+

Jb’al



Atte jb’al

Mixti chew toj q’uj kyaj

Mixti xjal to b’e



A q’ij nchi oq’









Kab’ilx



Mixti a’

Atte jun pich

Aya jun b’ech´

Ayine jun pich’



Kab’ilx jun nex.









Los dos



No hay agua

(el cielo despejado)

hay un ave

eres una flor

yo un ave



los dos un niño.







Anq’ib’il



Aju anq’ib’l ntk’ujlan chwinqlal.

toj chwinqlal atoqo ichanqo.

te i’xinqo

kyaje’ tilb’ilal ixi’n

kykyajil tilb’ilal nche anq’in twitz tx’otx’

Twitz tx’otx ati taq’uxil

mixti nka’yin

aju moxil nb’anix tuk’il nak’b’il

toj nak’b’il npoq’chaj anq’ib’il








Cultura



La cultura disfruta de la vida

en la vida estamos los hombres

los hombres somos de maíz

el maíz tiene cuatro colores

los cuatro colores conviven en el mundo

en el mundo hay maldad

la maldad tiene ojos ciegos

los ojos ciegos sanan con la esperanza

en la esperanza renace la cultura











Wilson Fernando Loayes Orozco. San Juan Ostuncalco, 1991. Ensayista, poeta, escritor y editor. Maya Mam. Publicaciones: Poemario, Centro Cultural Ostuncalco 2011, Como nos lo dejaron los abuelos, Metafora editores 2014, Sin vos, con voz, Pequeña Ostuncalco Editorial (Poe) 2018

Poemas de Cristián Gómez

$
0
0




ALTURA


Vivo en mil novecientos setenta y tres.
Aviones pasan por el aire

para acariciarlo como mi madre
cuando me peina. Sueño

con desiertos pero tengo cinco años.
El pasaje donde vivimos

tiene sólo una salida. Al fondo
hay un portón donde sigue

ladrando un perro. No vayas
hasta el fondo. Busca la pelota

que se te perdió jugando con tu hermano.
Vivo en mil novecientos setenta y tres

me escondo debajo de la cama.
Una vez me oriné en la casa

de una vecina. Mis amigos del pasaje
me golpeaban. La casa tenía cemento

de barro. El suelo no era todo de cemento.
Vivo en mil novecientos setenta y tres

pero nunca tendremos una mascota.
Afuera está la calle y mi hermano

es muy grande (tiene siete años.
Mi mamá también es muy grande,

le llega al hombro a mi papá.
El chancho de plástico maneja

un auto que era de mi hermano.
Todos dormimos en la misma pieza.

Mi madre lava la ropa en la batea.
Cepilla con fuerza las camisas.

Los cuellos y los puños son los más
difíciles, me dice arrodillada al frente

de una tabla de madera donde apoya
los pantalones y los calzoncillos.

Le prometo que cuando grande voy
a comprarle una lavadora. Se hacen

globos de aire en el agua. Carlos duerme
en el camarote, yo en la de abajo.

Discuto con mi amigo y mi madre le da
la razón a mi amigo. Pero si yo soy

tu hijo. Pero él tenía la razón.
Mi mamá es muy alta (le llega

hasta el hombro a mi papá.
Mi hermano siempre se saca

buenas notas. Yo tengo que ser
como mi hermano, cuando sea

grande voy a ir al mismo colegio:
voy a ir con su uniforme. Dicen

que me escondía debajo de la cama
cuando los aviones pasaban acariciando

el cielo como mi madre cuando me peina.
Pero mil novecientos setenta y tres.

No es un año ni una fecha. El piso
era de madera hasta donde alcanzara

el presupuesto. Es un poste de electricidad.
El muro de una casa. Una dirección

que podría ir a visitar. Todavía sigue allí.
Siempre será ese mismo día.

Cada vez que abro la puerta
se escucha a los perros ladrar.

Cada vez que tomo la mano de mi hija.
Cada vez que hablo con mi mujer.

Veo los autos pasar por la calle.
Sé que vienen por nosotros.

Mirar a los dos lados antes de cruzar.
Pero mejor que no. Pasa gente caminando.

Antes no había portón. Ahora pusieron un portón.
De madera barnizada. Cada vecino tiene una llave.

Yo voy a pararme afuera esperando que me abran.
Santa Elena con General Gana. No vayas para el fondo.

Mi papá se llama Iván. Mi padre se llama padre.
Sé que vienen por nosotros. ¿Soy yo no más

el que escucha clarito ladrando a los perros?
Pásenme una cama porque tengo que empezar a hablar.

Ojalá me abrieran la puerta. Todas las casas
estaban pareadas. La de nosotros era la blanca.

Cada vez que la cierran es mil novecientos setenta y tres.
Cada vez que pasan por el aire, acariciándolo

como mi madre cuando me peina. Sé que tenía
abuelos. Sé que tenía primos. Con casas

que tenían suelo en vez de cemento, el barro
sólo se usaba en el campo. El piso estaba

en el comedor donde teníamos que sentarnos
a la mesa. Mi madre siempre estaba en la cocina.

Era muy alta y me hacía dormir. ¿Pueden escuchar esos ladridos?
¿podrían abrirme por favor?, ¿podrían decirle a mi hermano

que estamos en mil novecientos setenta y tres,
que todavía no se ha muerto, que no quiero

que se muera? Díganle que mi madre
es muy alta y se puso a gritar. Díganle

que mi padre se llama Iván después de todo.
Sé que vienen por nosotros. Acariciándolo.

Tal y como se los dije.





MAÑANA TENGO QUE IR AL GIMNASIO CON MI HIJA



Mañana tengo que ir al gimnasio con mi hija.
Pero no hay ninguna enseñanza oculta en ese verso.
Simplemente ella se montará en la bicicleta
para bajar los escasos kilos que no tiene.
Yo repetiré una serie de movimientos
que suelen dejarme agotado, algo parecido
a pasar las páginas de un libro que no quieres
terminar de leer pero la angustia de las influencias
y las enfermedades crónicas que sufre la educación superior
en Norteamérica y la idea de lo que podría haber pasado
si la clase media tuviera algún sentido de la Historia
me obligarán a esos ejercicios cardiovasculares
que en otro tiempo y otro lugar hubieran
prestado algún servicio para alguna de esas metáforas
dignas de otros poemas, pero no de mejores causas.
Desayunaremos temprano, llegaremos
cuando las dueñas de casa se arrepientan
de no haber cambiado el mundo
y los fisicoculturistas, después de haber
ingerido anabólicos para caballos de carrera
se preguntarán por qué la contracción del tejido blando
depende de tal manera de la acetilcolina, del paso de iones sódicos
a nivel intracelular y de la forma en que una mano se posa
sobre las mancuernas. Una respuesta posible
sería el acoplamiento de la miosina con la actina.
Otra sería que Mariana ha decidido ponerse a sudar
para que los animales puedan sobrevivir
a esta época tan difícil tanto para el sindicalismo
como para la poesía. Una época sin alarmas
porque no hay alarma que pueda despertarte.
Me levanto a las cuatro como decía Rojas.
Mi veta de carbón me está esperando.







TURISTA(S)



Sin haber tenido jamás una molotov entre sus manos
mi viejo tuvo que exiliarse en esta ciudad por la que ahora
un taxista me conduce pidiendo mano dura.
Todos son ladrones, se lo robaron todo en estos
años. Mi viejo lavaba platos en un restorán.
Después vendía diarios en la calle. Me lo imagino
en Villa Crespo, me lo imagino caminando en Caballito.
Flaco como era en esos años. Vengo a venderle
hielo a los esquimales. A seguir gastando la plata
de mi padre, a vivir de los periódicos vendidos en la esquina.
Le digo al taxista que tome la autopista y raje hasta llegar
a Ezeiza: en el sur me esperan cazadores de focas
capaces de alimentar a una familia con la piel
de una sola de ellas. Un año en Buenos Aires
escondiéndose de quién sabe qué, uno de esos mitos
con los que uno crece preguntándose qué es un mito.
Y sólo ahora podría responder: comodoro Rivadavia,
una librería en cada esquina, el nuevo gasómetro
donde la U le ganó 0-4 a San Lorenzo. Buena suerte,
me dice mientras voy bajándome. Igual para usted
replico más por cortesía que otra cosa. Y sin quitarle
los ojos de encima a los billetes que despacio está contando
dice gracias, muchas gracias, pero a mí no me hace falta.
Soy un hombre con una maleta en Buenos Aires.
Otro hombre más con una maleta en Buenos Aires.







UNA ESTACIÓN DE BUSES EN CUALQUIER
LUGAR DE ESPAÑA



Un señuelo para ver si pican.
El pescador se puede pasar horas

(días si las contamos juntas)
a la espera de alguna señal.

Los ve pasar delante suyo
y piensa que ya están casi

listos. Sabe, en su interior,
que algo va a ocurrir, no está

del todo seguro si van a picar
con fuerza como para recoger

la liza a todo lo que den sus brazos
o si tendrá que ser paciente

hasta que el anzuelo esté en lo más
profundo. Ya ha pasado por lo mismo

y la decisión es el instinto. La piel
es la que manda. Ni tiene una idea

muy clara del tamaño de los están
nadando. Sabe, claro, cómo son

los peces de este río. Sabe la época
del año en que ya están gordos.

Deja vagar la mente y sigue atento.
Mira a la distancia sin sacarle

la vista al agua. En ese momento
llega un bus y se bajan todos

los pasajeros.

Es la hora.






UNA SENSIBILIDAD MASCULINA





El río está allí para que alguien eche su manto encima
y el obispo de Tarazona pueda cruzarlo
sin ser devorado por los peces

que lo único que saben hacer
es mantenerse a la espera de una presa, el tiempo,
de ser posible, que suele pasar por la orilla

a la sombra de los sauces que crecen como juncos
bebiendo de lo único que permanece.
Los remeros se preparan

para obtener alguna presea en otro país que los premie
por haberse dirigido contra el viento. Los homosexuales
y los padres de familia que quieren escapar de su familia

pasean las mascotas amarrados a una correa: la pista de baile
la acaparan los acorralados danzantes que no han salido
del sur por su propia voluntad y un imitador de Pablo

Neruda remece las paredes con ese tono nasal
parecido a una molotov arrojada por alguno
de esos encapuchados pertenecientes

a las filas de carabineros. El río está allí
para que no podamos hablar de él.
Para tenerlo como una excusa.

Permanente.





Cristián Gómez Olivares (Santiago, 1971). Poeta y traductor. Ha publicado, entre otros títulos, Inessa Armand (2003), Alfabeto para nadie (2008), La nieve es nuestra (2012, 2016) y Butterfly (2017). Fue miembro del IWP (International Writing Program) y escritor en residencia en el Banff Center for the Arts, en Alberta, Canadá. También publicó, junto a Mónica de la Torre, la antología Malditos latinos, malditos sudacas. Poesía hispanoamericana made in USA (2009). Es profesor de Literatura latinoamericana en Case Western Reserve University, en Cleveland, EE.UU

Entre la distopia y el amor: la mirada [por Ricardo García Martínez]

$
0
0



Introducción

El cine y la ciencia ficción comparten la posibilidad de la generación de diferentes fantasías. De ahí que cuando ambos géneros se mezclen la mirada de los espectadores se regocije en fantasías que evocan más a un código propio y compartido, que a realidades ajenas y lejanas. La configuración narrativa de Twelve Monkeys (1995) de Terry Gilliam y Blade Runner (1982) de Scott Ridley, configuran relatos donde la ciencia ficción pareciera orquestar ante todo historias de amor. El propósito de este trabajo es analizar la configuración del discurso amoroso en ambos textos y determinar las implicaciones de la mirada en la construcción del mismo. El enfoque de este trabajo procura, más allá de la valoración académica o crítica de las obras, la explicitación de la configuración de los textos en sí. Partiré de las nociones básicas de la sociocrítica de Edmond Cros (2003) para abordar estos textos, además de las consideraciones acerca del íncipit, expuestas por María Amoretti (1983).


Circularidad del discurso amoroso: encuentros y desencuentros de dos amantes en 12 monkeys


Justo después de la aparición de los créditos comerciales del filme, se inaugura formalmente el texto. Esto es, después del entramado paratextual que sanciona a la película (casa productora y directores), se rompe el espacio fílmico y la transición al espacio narrativo es abrupta a la vez que queda un paratexto cinematográfico, (casa Atlas), pero también es inaugurado el nivel sonoro del texto. El viento (min 0:23) coloca al texto en una posición de orfandad y vacuidad. Esto es, somáticamente, el viento representado que sopla reviste al texto de una temporalidad natural, casi invernal. Justo cuando el viento arrecia el nivel sonoro es acompañado ahora por el tecleo de un texto que se reproduce ipso facto en la instancia narrativa con letras verdes a manera de cita: “… 5 BILLION PEOPLE WILL DIE FROM A DEADLY VIRUS IN 1997…/ … THE SURVIVORS WILL ABANDON THE SURFACE OF THE PLANET…/ …ONCE AGAIN THE ANIMALS WILL RULE THE WORLD…” – Excerpts from interview with clinically diagnosed paranoid schizophrenic, April 12, 1990 – Baltimore County Hospital”. Este texto puede ser una suerte de epígrafe, pues su posición prefacial al filme le confiere capacidades de comentario y de preparación para el discurso narrativo.

Esta primera construcción textual posiciona una dicotomía entre el pronóstico y la realidad. Así, el texto en verde anuncia un acontecimiento futuro. Hecho que sólo es ratificado al ser contrastado por la autoridad de donde se extrae la declaración. La contraposición de las fechas otorga al texto en letras verdes un tono profético y apocalíptico. No obstante las características del texto en verde, la fuente de donde es extraído este mismo, de poseer un tono profético y apocalíptico, éste se convierte en un texto propio del discurso de la demencia. Hasta este punto, entonces, la dicotomía principal girará en torno a la realidad contra la irrealidad, en definitiva, contra lo normalizado y lo anormal. Desde esta perspectiva, la aparición de la citación del testimonio recuperado de la clínica posiciona dos figuras en el discurso narrativo, un observador y un observado. El primero califica, clasifica, diagnostica y entrevista, mientras que el segundo responde a los cuestionamientos, además, claro, de sumirse a la categoría en la cual ha sido clasificado.

La profecía aparece así como una clara manifestación, al menos para la instancia narrativa, de paranoia y esquizofrenia. Entonces, el tono profético apocalíptico funciona como una divergencia de la percepción de la realidad. La alucinación no embona con la realidad. Los comportamientos del loco lo aíslan y lo recluyen. No obstante, permea una programación cinematográfica donde el orden de disposición de los elementos paratextuales configuran una primacía ante la profecía. Es decir, a pesar de ser catalogada como el fragmento de la entrevista a un paciente paranoide y esquizofrénico, el contraste de aparición en la instancia narrativa privilegia al texto en verde sobre la voz del loco diagnosticado. Por tal motivo, el estado de emergencia anunciado por la profecía posiciona un tiempo cíclico simbólico, porque “…ONCE AGAIN THE ANIMALS WILL RULE THE WORLD…” (0:55). Así, ante la contraposición de la institución y su paciente, el nivel auditivo posiciona un crecendo y justo cuando éste llega a su climax, la instancia narrativa pasa al último entramado paratextual del texto fílmico.

El corte de planos inaugura así la consumación del ciclo expresado e instaurado en la profecía del paciente psiquiátrico. Casi en espiral y de manera continua y cíclica, giran diversos círculos compuestos por 12 monos animados. La disposición de la espiral es tal que se crea un efecto de profundidad que habrá de perderse en el centro preciso de estos círculos. El gesto fílmico, acompañado de una sonorización artificial y festiva, consiste pues en posicionar los últimos créditos del filme. De izquierda a derecha pasarán diferentes nombres (los nombres del director y del reparto principal). Por otra parte, la configuración textual expuesta en esta dinámica donde los círculos continuarán en movimiento a lo largo de la secuencia y los nombres pasarán de izquierda a derecha, reposicionan la importancia del centro donde se evoca la profundidad de la espiral. Así, ese hoyo negro es también un gesto cinematográfico que explica la condición del cine mismo, pues sólo al pasar los nombres por el centro del plano narrativo se vuelven nítidos. Entonces, esta dinámica circular y profunda es una suerte de ojo fílmico. El texto es visto, pero también nos mira, y sólo al mirarse y mirarnos se vuelven claros los nombres. 

En esta dinámica casi maquinal de exhibición y ocultamiento de los nombres, es inaugurado el nivel paradialógico: “Flight 784 for San Francisco is now ready for boarding” (1:24). Metafóricamente los planos paradialógico y diegético se contraponen y se bifurcan. No es sólo el vuelo 784 el que está listo para abordar, sino que el abordaje también es para los espectadores y para el texto fílmico en sí. Es decir, la llamada de atención del aeropuerto va a preparar la entrada y el despegue narrativo de aquello que nos ve, pero también se ve en sus propios créditos cinematográficos. Es de esta manera que del centro aparece en zoom in el título del filme, su razón de ser, que difuminará los círculos del ciclo y también bifurcará el nivel auditivo, pues de la música festiva el nuevo elemento textual llegará hasta el centro del plano narrativo acompañado por gritos. Del ojo que vuelve claro a los nombres, pasamos al título y de manera cortante y seguida de un estruendo se inaugura la realidad cinematográfica.

La mirada impera todo el cuadro. Son los ojos que parecieran vernos quienes marcarán una de las principales programaciones del texto, ya antes evocadas en el orden paratextual. Ser visto y ver, se convierte así en una guía para el filme. El sonido estruendoso que ha roto la transición narrativa del texto, posiciona al espectador ante otro espectador más. Los ojos que nos miran, nos miran, pero también presencian un acontecimiento que se escapa a nosotros. La alarma seguida del grito desesperado ciegan al espectador y la luz se sobrepone al evento. Seguidamente, después de la ceguera, un hombre cae y es su caída en un ambiente narrativo iluminado y luminoso con los brazos extendidos y en cruz, un elemento que aporta a este personaje una suerte de inmolación y entrega. Después la instancia narrativa se vuelve vertiginosa. El nivel auditivo ubica al espectador, si antes ya se había escuchado el voceo del aeropuerto, ahora se vuelve evidente la ubicación espacial. Simultáneamente, un nuevo sonido artificial es inaugurado. Las notas del violín acompañan a los gritos de desesperación y programan un cuadro donde se completa el acontecimiento presenciado por la mirada que inauguró el texto formalmente. Un niño observa la muerte de un hombre y como una mujer corre tras él para evitar lo inevitable, su muerte. Este gesto de amor habrá de posicionar a la instancia narrativa de nuevo en la mirada del niño, su rostro se ilumina y el corte de secuencia abrirá un nuevo espacio donde los códigos se han contrapuesto, una vez más: ““Flight 784 for San Francisco is now ready for boarding at… Inmate number 87645: Cole, James.”

El pasaje de la ensoñación a la realidad problematiza al relato, pues se reescribe la problemática expuesta en la inscripción preinaugural del texto (realidad vs irrealidad). Despierto, el personaje mira y se extraña, reconoce su nombre, como si el mismo sueño lo hubiera llamado, pero no ha sido éste sino otra voz. Su confusión en la ensoñación y también en su ahora narrativo lo vuelve un número más. Las rejas proyectadas por las sombras lo convierten en un sujeto marcado, pero también atrapado. James Cole es parte de una lista, pero para este momento, aún no sabe qué pasa. “José, pst, José, what’s going on?” (2:45). La confusión se extrapola no sólo para los niveles propios del texto, sino para los espectadores también. Por consiguiente, es que hasta este momento textual ya se ha inaugurado una línea específica a seguir, sustentada por dos programaciones narrativas (ser visto vs ver; realidad vs irrealidad). Por otra parte, la respuesta de José no termina de esclarecer la situación: “Bad news”, Cole: Volunteers?, José: Yeah. And they said your name.” (02:51). Atrapado desde la contraposición discursiva donde las rejas se proyectan en su rostro, la instancia narrativa muestra todo un aparato de trabajo basado en la hiperexplotación de los sujetos. Los voluntarios no son voluntarios, el mecanismo de selección de la fuerza de trabajo es totalmente impositivo. Desde esta perspectiva, James Cole no es sólo un personaje explotado y oprimido, sino que su vida está totalmente enajenada a una superestructura discursiva que rige su existencia.

Debido a sus capacidades mnemotécnicas Cole será seleccionado para viajar en el tiempo y prevenir a la raza humana ante el inminente desastre. Su encuentro con el mundo de 1990 posiciona a su ahora narrativo como un tiempo desconocido y además su misión se ve frustrada, pues inmediatamente la fuerza pública lo reprime, su desalienación temporal y moral deben pasar al espacio de la redireccionalización moral y corporal. Sedado y encadenado Cole conoce a Kathryn y este encuentro habrá de reposicionar su condición discursiva, es decir, su alineación al sistema del cual participa. Ella, Kathryn, entra a la celda, se presenta, le aclara que no forma parte de la policía sino del estado, y su preocupación principal es la de su bienestar (13:22), acto seguido, lo llama por su nombre, acción que nadie realiza con él y finalmente ocurre un acto simbólico de reencuentro, cuando Kathryn dice: “Have I seen you somewhere?” (13:55). Para este punto tenemos tres elementos a seguir a partir de una contraposición. Ante todo, está el reconocimiento formal del otro, pues la doctora reconoce a James y no al número de voluntario seleccionado con anterioridad. Segundo, la preocupación de la doctora por el bienestar de Cole posiciona su accionar narrativo en un discurso fraternal, caritativo. Finalmente, la extrañeza de haberlo visto antes, o no, determina duda ante Cole, rasgo que lo vuelve cercano, pero a la vez distante, y en últimas eterno, pues si antes lo vio o no, no importa, pues pareciera que lo conociera de antes, o desde siempre. Estos tres patrones van a descansar sobre el eje de oposición del bienestar contra el malestar, representados, el primero por la doctora Kathryn y el segundo por el aparato de control que asigna voluntarios en el ahora narrativo de Cole. Ahora bien, estos actos de reconocer, llamar, cuidar y perpetuar en la memoria entablan de forma directa una filiación discursiva con la representación del amor como un acontecimiento que desarticula a los sujetos, pues Cole será capaz de olvidar su misión en el pasado por el amor a Kathryn. 

El discurso amoroso se posiciona en el filme como una constante narrativa. Circunstancialmente, llega hasta la doctora Kathryn una declaración de amor de James (34:30). El primer encuentro entre James y Kathryn será roto, pues Cole debe regresar a su ahora narrativo después de haber sido aislado en el manicomio donde se encontraba preso y en su tiempo apocalíptico su condición no cambia, pues sigue aislado y de nuevo es observado por los científicos. Posteriormente sucederán dos encuentros más entre James y Kathryn. El segundo resalta pues después de secuestrarla y de trasnochar en un hotel de paso, Cole le confiesa a la doctora su preexistencia en su sueño que acaba de despertarlo: “You were in my dreams just know, different hair color, but I’m sure it was you. [Kathryn:] What was the dream about? [James:] An airport, before everything happened, it’s the same dream I always have. When I was a kid.” (54:08) La preexistencia del ser amado en el sueño posiciona al amor como un acontecimiento que precede el encuentro, pero también como un acontecimiento que debe suceder, casi como profecía. Para el tercer encuentro entre Cole y Kathryn ambos se habrán develado ante el otro, donándose así sus propias carencias, pues la doctora Kathryn defenderá a Cole ante las autoridades (in fact saved me (1:19:03)) y aceptará el carácter fantasioso y extraordinario de la presencia de James; por su parte, Cole reconocerá su enfermedad inexistente para él, antes, pero existente para el ser amado, siempre. Es en esta mediación e intercambio de discursos que el amor transforma a ambos y los impulsa a comenzar de nuevo. Así, con sus nuevas apariencias (1:49:45) deciden dejarlo todo y comenzar una vida juntos. Ni la misión de Cole importa ya, ni la ética de la doctora.

El acontecimiento amoroso carga ya por sí mismo un carácter trágico. Como desestabilizador del discurso narrativo, los encuentros y desencuentros de James y Kathryn terminan siempre de forma perjudicial para ambos. De tal forma, su intento de escapar y comenzar de nuevo está amenazado, pues la policía los busca. Ambos se han convertido en trasgresores del orden, casi esquizofrénicos. Finalmente, es el carácter cíclico, repetitivo y constante del amor el que frustrará su escape. Al llegar al aeropuerto James reconoce el lugar: “this is my dream, it was not just my dream” (1:53:19). Por tanto, ambos se soñaron, ambos se encontraron en el espacio onírico para realizarse en su realidad representada. Entonces, si el sueño ha anunciado su encuentro, su reconocimiento, su apego y afecto, será también el sueño la profecía que anuncia el desenlace trágico.

La muerte de Cole no suprime al discurso amoroso ni lo vuelve trágico totalmente. Para la secuencia final antes de confrontarse con su propio sueño, Cole niño arriba al aeropuerto. Simultáneamente, James adulto llama en un intento desesperado de deslindarse de su misión, pero a la vez de ser condescendiente ante la instancia discursiva y social que lo ha puesto junto a Kathryn. Con su llamada, a pesar de rehuir su destino, James se aferra a la estructura y a la vez pretende dejarla (1:54:50). Es así que en esta dicotomía Kathryn descubre que la profecía evocada por James, va a suceder, pues los signos encajan. James no necesita renegar de su misión, es su misma amada quien le exige lleve hasta las últimas consecuencias su deber: “There he is. That man. He’s carryng a deadly virus. Stop him. Somebody, please stop him” (2:01:15). Para este momento, la instancia narrativa coloca una secuencia antes vista pero ahora contemplada en su totalidad. Cole atraviesa el umbral de abordaje, el detector de metales alerta su presencia y la disminución formal en el screen play contribuye al establecimiento de este momento narrativo como un instante detallado y significativo. El verdadero culpable de la tragedia corre y al decir “watch it” (2:01:43), no sólo alerta de su presencia, sino que ordena a Cole niño observar el suceso. Acto seguido Cole niño es sujetado por sus padres y es a la guardia de estos que contempla su propia tragedia, paradójicamente. Después sucede en su totalidad el acto traumático que James Cole verá sucesivamente el resto de su vida.

Cole adulto pudo asegurar cumplir su misión. No obstante es Kathryn quien le impide concretar el acto (2:01:54). Las razones de Kathryn son compartidas por Cole adulto: si cumple su misión regresará a su tiempo narrativo. La no tragedia de su amor radica en la presencia de Cole niño, espectador y testigo de su propia muerte, pues al ser disparado Cole adulto, Kathryn intentará detener inútilmente la hemorragia y es este gesto el cual termina por conmover y sobrepasar a Cole niño. La condición de espectador de Cole niño compromete el acto de su propia muerte sin saber que es él mismo quien muere. Los ojos de Kathryn, entonces después de ver agonizar a su amado buscan a los ojos del espectador (2:03:52). Así, el esquema comunicativo apelativo de la mirada de Kathryn no sólo compromete a Cole niño, sino también al espectador. De ahí que el espectador sea quien una la mirada de los amantes una vez más, pues Cole niño y Kathryn nunca se ven directamente. Es el testigo atestiguado (Cole niño) y el espectador, quienes presenciamos el renacimiento del acto amoroso, ya que en el puente simbólico establecido por la mirada del espectador virtual y virtualizante, se reconoce al sujeto amado, se le nombre y se le cuida. El gesto cinematográfico compromete al observador extradiegético e intradiegético (Cole niño) a conmoverse, pero también a anclar el amor entre ambos personajes en un espacio temporal basado en encerrar las miradas en un presente enunciativo repetitivo, pues Cole niño volverá miles de veces al mismo acontecimiento y Kathryn igual. El amor, a pesar de posicionarlos, a Kathryn y a Cole, en un discurso trágico y a la vez perpetuo y reificativo, se sustenta en una instancia discursiva que traspasa el acontecimiento. Cole y Kathryn no eligieron amarse, pues fueron quienes seleccionaron voluntarios a la fuerza quienes colocaron a Cole en esa línea temporal y contraposicionando este discurso, fueron los padres quienes llevaron a Cole niño al aeropuerto. La diferencia entre estos dos polos radica en que Cole niño sale junto a sus padres de regreso a casa y Cole adulto muere, desechado por la maquinaria del sistema que lo colocó donde él terminó por aceptar.  


Blade Runner, entre la subjetividad de la mirada y el miedo a la muerte

El inicio de Blade Runner (1982) radica en un alargamiento y confluencia de discursos extra e intradiegéticos. Los títulos de las casas productoras aparecen en primera instancia. En primer plano aparece la casa principal, pero es “The Ladd Company, sir run run Shaw”, con su logotipo representado a manera de mapa de bits, el primer signo que configurará un rasgo de artificialidad en el texto, además, claro, del marcado tono ficcional del relato. No es hasta la aparición de los créditos de quienes presentan al objeto cinematográfico que se inaugura el relato. El fondo en negro, acompañado por un sonido inaugural casi como golpe sordo alargado posiciona al reparto en el texto que formarán. De la tipografía blanca de los presentadores y el reparto, en letras rojas aparece BLADE RUNNER. El golpe sordo será también la inauguración del nivel musical intradiegético, los efectos sonoros de bajo registro preceden a los nombres del reparto, que aparecerán acompañados de una música de notas alargadas, de contrastes entre graves y agudos. Al finalizar el despliegue de créditos la instancia narrativa presentará un texto escrito que se moviliza de abajo hacia arriba, generando así un efecto de continuidad escriturada:

Early in the 21st Century, THE TYRELL CORPORATION advanced Robot evolution into the NEXUS phase- a being virtually identical to a human -known as a Replicant.
The NEXUS 6 Replicants were superior in strenght and agility, and at least equal in intelligence, to the genetic engineers who created them.
Replicants were used Off-world as slave labor, in the hazardous exploration and colonization of other planets.
After a bloody mutiny by a NEXUS 6 combat team in an Off-world colony, Replicants were declared illegal on earth- under penalty of death.
Special police squads- BLADE RUNNER UNITS- had orders to shoot to kill, upon detection, any trespassing Replicant.
This was not called execution.
It was called retirement. (2:11)

Este texto funciona a manera de explicación y contextualización. No obstante, dentro de esta explicación ya subyacen diferentes prácticas discursivas. El establecimiento del Replicant posiciona a éste como una figura no sólo capaz de replicar los comportamientos humanos, sino de superarlos, sus condiciones son totalmente similares y a la vez superiores hacia sus creadores. Por otra parte, la artificialidad de la creación lo coloca en un entramado económico donde su condición propia de replicador, de imitador, sólo puede ser usada para las tareas difíciles. Desde esta perspectiva, el Replicant será la pieza angular de un sistema económico basado en una fuerza productiva que supera a los medios tradicionales, pero se basa de la estructura de la esclavitud para hacer “hazardous exploration and colonization of other planets.”, es decir, el Replicant no sólo es esclavo, sino es explorador y colonizador. Los intercambios que posibilitan estas relaciones económicas subyacentes en el texto, se basan, entonces, no sólo en la explotación de los Replicant sino en la colonización y la expansión territorial, así, en el texto la idea de imperialismo se resemantiza y se posiciona en este discurso. De esta manera, las rebeliones de los esclavos los volverán peligrosos ante el sistema y por tanto deben ser excluidos del centro donde se gesta la explotación: la tierra. Así, para detener al esclavo el único remedio es asesinarlo. Como fundamento del sistema económico donde el esclavo es la pieza angular, sólo se pueden tomar dos acciones, la primera explotar al esclavo y la segunda liberarlo. Así, la trampa discursiva del texto al llamar “retirement” al asesinato de los Replicant es que aparentemente se les libera de algo. Sin embargo, la muerte es parte del mismo abuso autoritario que los utiliza como fuerza de producción principal. Entonces, el esclavo no tiene opciones sino servir, pues si deja de servir y se rebela, inmediatamente es desechado, nunca libertado.

El nivel musical del texto acompaña la aparición del epígrafe y posteriormente la instancia narrativa ubica al presente enunciativo: “LOS ÁNGELES, NOVEMBER, 2019” (03:04). La difuminación de este título precede la llegada al mundo narrado. Es en este punto que los niveles musical extradiegético y auditivo intradiegético se sobreponen, pues las notas musicales ocurrirán de forma simultánea a una diversidad de explosiones. La megalópolis aguarda (03:12) y con el fade in de la pantalla el nivel musical inaugura el texto al desplegar una escala ascendente musical. El gesto cinematográfico, que inicia con un primer plano puesto hacia un zoom in, ofrece un panorama urbano, nocturno e hiperindustrializado donde sólo los rayos cortan el horizonte. Vehículos vienen y van, y advertidamente, el centro de la instancia narrativa privilegia ya en el fondo dos edificaciones piramidales que sobresalen de los demás edificios. En esta llegada al mundo narrado, en primera instancia, el nivel comunicativo posiciona al espectador a esperar la llegada a un lugar y un tiempo específico, representados en el filme (Los Ángeles, 2019). Es hasta el minuto 3:51 que el espectador no sólo llega al mundo cinematográfico, sino que sinecdóticamente el close up del ojo que refleja las explosiones evoca al gesto cinematográfico del cine que observa al espectador. Entonces, las miradas están encontradas. Por otra parte, el reflejo de las explosiones no sólo posiciona al ojo como espectador, sino como poseedor de las explosiones, así, el reflejo procura dar a ver no sólo el exterior, pues también muestra metafóricamente el interior. Las explosiones suceden en la interioridad del ojo que ve y también en la ciudad. Por lo tanto, el posicionamiento de la objetividad contra la subjetividad y el de la sociedad contra el individuo marcarán simbólicamente este fragmento fílmico.

La cadena de cortes de toma que ligan la llegada y el reflejo de las explosiones en el ojo, terminan por posicionarse en esos objetos que estaban en el centro desde el inicio: las pirámides. Diferentes objetos se acercan a estos edificios. Debido a su posicionamiento en el centro del plano, su relevancia es innegable. Ahora bien, las pirámides despliegan una configuración espacial donde ellas serán el centro, pero también los edificios más altos. Queda marcada así una contraposición de ejes discursivos entre el centro y la periferia. A partir del zoom in de la instancia narrativa que posiciona en primer plano a las pirámides, también quedará exhibida una contraposición entre el arriba y el abajo narrativo, pues estos edificios sobresalen ante los demás representados. Estamos, pues, como espectadores, ante el edificio que simbólicamente articulará al centro y también al arriba discursivo del texto.

De fuera pasamos al adentro. El corte que marca la entrada al edificio sucederá a partir de un zoom directo hacia una de las ventanas de una de las pirámides. En este momento, gracias a la disposición de la instancia narrativa que permite ver desde una esquina (4:33), el texto se contamina por el discurso de la vigilancia. La altitud de la cámara proyectará a un observador y a un observado. La inauguración del nivel dialógico del texto inicia con una voz intradiegética no realizada por ninguno de los personajes, es la voz del megáfono, es casi la voz del mismo edificio la que habla: “Next subject, Kowalski, Leon, engineer, waste disposal, file section, new employees, six days.”(04:36). En este despliegue de información se manifiesta un aparato interrogativo para vigilar. El sujeto es el siguiente, es decir, habrá y hubo otros. Su nombre, su profesión, su puesto y su estado en la empresa lo posicionan en un aparato de control que conoce su identidad, su capacidad de producir para la empresa y su catalogación como empleado nuevo lo vuelve eslabón en la cadena empresarial. Leon pide permiso para pasar. El interrogatorio comienza. A partir de la disposición de los elementos puestos en el plano por la instancia narrativa, podemos categorizar esta secuencia en dos grandes niveles. El primero corresponde al nivel dialógico. El segundo nivel confiere a los efectos y causas surgidos a partir del interrogatorio, además de los elementos somáticos y catalizadores de la acción de los personajes. Comencemos por el nivel dialógico:

Holden: Come in. Sit down.

Leon: Care if I talk? I’m kind of nervous when I take tests.

Holden: Uh, just please don’t move.

Leon: Oh, sorry. I already had an IQ test this year, I don’t think I’ve ever had one of these-

Holden: Reaction time is a factor in this, so please pay attention. Now, answer as quickly as you can.

Leon: Sure.

Holden: One-one-eicht-seven at Unterwasser.

Leon: That’s the hotel.

Holden: Where I live.

Holden: Nice place?

Leon: Yeah, sure I guess… is that part of the test?

Holden: No, just warming you up, that’s all.

Leon: Oh, It’s not fancy or anything.

Holden: You’re in a desert, walking along in the sand when all of a sudden…

Leon: Is it the test now?

Holden: Yes. You’re in a desert walking along in the sand when all of of a sudden you look down…

Leon: What one?

Holden: What?

Leon: What desert?

Holden: It doesn’t make any difference what desert, it’s completely hypothetical.

Leon: But how come I’d be there?

Holden: Maybe you’re fed up, maybe you want to be by yourself, who knows? You look down and you see a tortoise, Leon, it’s crawling towards you..

Leon: Tortoise, what’s that?

Holden: Know what a turtle is?

Leon: Of course.

Holnde: Same thing.

Leon: I’ve never seen a turtle. But I understand what you mean.

Holden: You reach down, you flip the tortoise over on its back Leon.

Leon: Do you make up these questions, Mr. Holden, or do they write them for you?

Holden: The tortoise lays on its back, its belly baking in the hot sun beating its legs trying to turn itself over but it can’t, not without your help, but you’re not helping.

Leon: What do you mean I’m not helping?

Holden: I mean, you’re not helping. Why is that Leon? They’re just questions, Leon. In answer to your query, they’re written down for me. It’s a test, designed to provoke an emotional response. Shall we continue? Describe in single words, only the good things that come in to your mind about your mother.

Leon: My mother?

Holden: Yeah.

Leon: Let me tell you about my mother. (5:00)

El interrogatorio inicia con órdenes. El posicionamiento social que la instancia narrativa otorga a Leon es el de la sumisión. Su bata, como sujeto que debe ser sometido a pruebas (físicas, mentales, sociales) corrobora su estado de observado por el sistema. El andamiaje discursivo del interrogatorio es preciso, las preguntas buscan exhibir al sujeto interrogado. Ahora bien, existe un elemento que otorga mayor impacto al proceso de interrogación. La máquina que Holden activa después de ordenar/pedir a Leon que tome asiento proyectará un ojo de Leon. Éste rehúye la mirada, no quiere ser visto (05:06). El nerviosismo del personaje lo protege, pero también lo exhibe. Así, Leon no sólo deberá ser puesto a prueba en el terreno verbal, sino que la máquina que proyecta su mirada también muestra su parte más íntima, a la vez, claro de exhibir su parte más pública. La mirada, entonces, será el apoyo en cual descansará el aparato interrogativo.

La particularidad del interrogatorio no radica en la violencia, ni en las prácticas impositivas que este ejercicio pueda generar. La singularidad de este discurso expuesto en la instancia narrativa radica en la capacidad imaginativa puesta a prueba, además de la incitación a responder tan rápido como sea posible. Es decir, el test procura que los interrogados no sepan cuando inicia en realidad la prueba. Intempestivamente, la situación a resolver es expuesta: “You’re in a desert, walking along in the sand when all of a sudden…” (05:42). Las constantes interrupciones de Leon lo muestran confundido. La prueba así, requiere no de su total concentración, pero sí de su total imaginación. La tensión narrativa crece, pues Leon necesita saber más información al respecto de la hipotética situación. Los datos tentativamente irrelevantes son relevantes para el sujeto interrogado. El punto de quiebre estará marcado cuando la máquina dictamine que Leon ha llegado a su límite, la mirada no miente, no puede ocultar, es mera exhibición en este momento (6:13). De esta manera, la prueba donde desemboca la imaginación será la puesta en acción:

Holden: You reach down, you flip the tortoise over on its back Leon.

Leon: Do you make up these questions, Mr. Holden, or do they write them for you?

Holden: The tortoise lays on its back, its belly baking in the hot sun beating its legs trying to turn itself over but it can’t, not without your help, but you’re not helping.

Leon: What do you mean I’m not helping?

Holden: I mean, you’re not helping. Why is that Leon? They’re just questions, Leon. In answer to your query, they’re written down for me. It’s a test, designed to provoke an emotional response. Shall we continue? Describe in single words, only the good things that come in to your mind about your mother.

Leon: My mother?

Holden: Yeah.

Leon: Let me tell you about my mother

Leon debe actuar, si ha podido imaginar debe actuar. La exigencia del interrogado es también la premura del passage a l’acte descrito por Zizek (LACAN.COM 2005)). La incapacidad del sujeto por no actuar o de necesitar más información de la que se le otorga ya lo cataloga como peligroso. No obstante, hay un reconocimiento por parte del observado hacia el observador, pues en realidad ambos están siendo vigilados, ya que las preguntas no están elaboradas por el interrogador. Carente de respuesta, Leon calla. El examen ha corroborado su eficacia, pues si bien pretende posicionar el acto como respuesta a un pensamiento, también ha provocado las emociones esperadas. Por otra parte, el final de la secuencia establece un rompimiento pero también, de forma performativa, la validación del interrogatorio. Holden, al pedir una descripción en palabras llanas sólo las buenas cosas que vengan a su cabeza acerca de la madre de Leon, obtiene una respuesta simbólica. De esta manera, el disparo complementa y contesta perfectamente a la pregunta, pues ésta posiciona y problematiza acerca del origen simbólico y práctico del personaje. La figura de la madre aparece, así, como un símbolo de las respuestas y reacciones primarias del ser humano. Esta pregunta detona las alarmas marcadas por la máquina que exhibe la mirada de Leon (7:01). La respuesta es una reacción instintiva. Leon ya se sabe visto y exhibido, sabe su condición, por lo tanto, responder de esta manera es validar su propio origen. En simples y llanas palabras, para describir a su madre habrá que describirla con disparos y con una muerte. La preocupación por el origen y su respuesta anclan a la figura materna como una figura instintiva, inmediata y pragmática.

Bajo estos lineamientos, la estructura del texto procurará regresar constantemente a las programaciones textuales expuestas anteriormente. De tal suerte, a pesar de que esta primera secuencia preceda la aparición de Deckard, el personaje principal, el filme se revela como un texto donde la mirada anclará la capacidad de contacto con el otro a partir de un riguroso y estricto examen. El interrogatorio, entonces, otorgará una programación capaz de develar y ocultar la identidad del sujeto cuestionado. Más allá de ser un Replicant o no, el interrogatorio posiciona toda relación bajo la estricta consigna de reconocer al otro por su saber y por su mirada. Es por eso que inclusive los Replicant interrogan. En otras palabras, el discurso legal de la fuerza policial es adaptado por quienes están siendo perseguidos.  Paralelamente, cada interrogatorio deberá terminar con una muerte o evento catastrófico. Así, subyacente a estas problemáticas textuales pareciera que la relación entre Deckard y Rachael pudiera escaparse a las programaciones discursivas del interrogatorio y de la mirada. No obstante, es a partir de este interrogatorio y de que sus miradas se encuentren y se medien a través del Voight-Kampff, que Rachael y Deckard se enamoren (19:10). Este suceso, aunado a que Rachael lo busque después para preguntarle si él mismo ha sido evaluado por esa prueba (3:40), para Deckard, será un evento que lo contraposicionará ante el discurso que intenta validar.  Es decir, el discurso policial intenta imponerse ante quienes no pueden estar en la tierra, dado que son ilegales. Los Replicant, por tanto, causarán cierta empatía a Deckard, más allá del enamoramiento con Rachael, cabe tener presente cuando Deckard asesina a Zhora (min. 55:29), pues la reacción del detective es de devastación ante sus acciones, se siente culpable, de ahí que compre una botella de licor para tranquilizarse (min. 57:30).

El amor entre Rachael y Deckard parece irrelevante para una cadena de acontecimientos discursivos donde las relaciones interpersonales se posicionan sobre praxis legales y económicas. Empero, el amor es el primer reconocimiento de empatía entre el detective y los Replicant. La contrariedad de Rachael por saber quién es, o si es un replicant (31:33), lleva a Deckard a virtualizar su posición discursiva también. Dadas sus circunstancias, cuando su jefe le asigna el caso a seguir, Deckard se queda sin opciones, pues él es “little people”: “You know the score pal. If you're not cop, you're little people.” (12:40). Entonces, encontrarse con quienes padecen de manera similar a él lo fuerzan a reconocerse ante los otros. Así, el examen de Rachael y sus posteriores encuentros, lleva a ambos a caer en un evento extraordinario que cambiará sus vidas. Tal como refiere Zizek: “A totally contingent encounter but the result can be that your whole life changes. Nothing is the same as they say. You even spontaneously perceive your entire past life as leading towards this unique moment, you know, the illusion of love is 'oh my God, I was waiting all my life for you.” (Big Think, 2016). De ahí que Deckard y Rachael huyan al final del filme. Por tanto, el amor permite al detective y a Rachael desalinearse de su realidad, no obstante, su condición sólo los redime a ellos, la maquinaria discursiva continúa y así ellos son una excepción al sistema que debió ser cubierta con la muerte de los demás Replicant.


Paradojas del amor

Las incidencias y relaciones entre ambos textos son evidentes. El rasgo más fuerte que une y programa a ambos textos es el del acontecimiento amoroso. Las relaciones de James y Kathryn y la de Rachael y Deckard son catalizadores narrativos y discursivos en sus respectivos textos. Interesante es, que ambos textos ofrecen lecturas posibles que coinciden y a la vez discrepan acerca de los planteamientos sociales representados y acerca de la condición amorosa misma.

Las coincidencias discursivas de ambas relaciones posicionan a los personajes involucrados en situaciones similares. Tanto en Twelve Monekys (1995) como en Blade Runner (1982) el amor funciona como un acontecimiento desalineador. A partir, y gracias a, la mirada es que existe el encuentro de los amantes. Las preguntas y respuestas, replanteadas por los amantes, les permite desalinearse de su propio aparato discursivo. Así, las realidades de Kathryn, James, Rachael y Deckard se desarticulan al enamorarse. La paradoja es que mientras los amantes se salvan, sistemáticamente la situación no cambiará. Por consiguiente, el amor podrá ser un evento de desarticulación sistemática, pero nunca se concretizará como un acto de rebeldía o de total ruptura contra el orden establecido. Deckard cumple con todas sus órdenes al pie de la letra, pues para el sistema Rachael no es más un Replicant, Gaff entra el apartamento de Deckard y no la “retira” (1:47:33). De igual manera, James cumple también su cometido, no propiamente las indicaciones dictadas por los científicos, pero sí concluye su vida tal cual la había soñado siempre, así, a pesar de aparentemente reconfortarse con Kathryn en el amor eternizado por el instante atestiguado y vivido por James, su condición no rompe el orden, pues es la científica que juega el rol de poeta en el futuro apocalíptico de James es la misma a la cual el Dr. Peter estrecha la mano en el avión antes de partir a esparcir el virus.

El amor desalinea, pero esta misma desalienación es una suerte de reconstrucción del orden establecido y preestablecido en la realidad representada de los filmes. La constante publicidad (En Blade Runner (7:29) y en Twelve Monkeys (20:47)) proyecta e incita a los amantes a imaginarse en un futuro donde puedan comenzar una vez más, donde puedan ser otros y gozar. La contrariedad entre la desarticulación del encuentro amoroso y el sistema articulador, otorgan a quienes caen en el acontecimiento amoroso la posibilidad de iniciar de nuevo, y de repetirse perpetuamente (en Twelve Monkeys), no obstante que esta praxis es en sí una práctica discursiva propia del sistema. En otras palabras la reinvención económica es uno de los pilares del discurso capitalista contemporáneo y a la vez es el agente catalizador del discurso amoroso. Por tanto, el amor desarticula al sujeto, pero no rompe la construcción discursiva de la instancia que ha puesto al sujeto en esa posibilidad de enunciación y de configuración moral. En definitiva, no es la propia elección de los personajes la que determina su encuentro y acto de enamoramiento, sino que de cierta manera es su misma construcción social la que les impulsa incluso a ello.

La figura del estado como mediador de las prácticas económicas aparece problematizada en las películas. En Blade Runner (1982), el estado está solamente presentificado por la fuerza policial. Sin embargo, los medios de control sistémicos, como la publicidad, están presentes todo el filme. Además, la configuración espacial de la ciudad de Los Ángeles de 2019 posiciona en el centro de la ciudad a las pirámides de la súper compañía de robótica. Tenemos así, un estado que sólo intervendrá cuando el intercambio monetario salga de control y en el cual se privilegien los medios de producción y a las grandes compañías. Es a través de esta disposición discursiva que Deckard conoce a Rachael. Esta última termina por ser una suerte de sujeto redimido, pues a pesar de ser ilegal en la tierra, dada su condición de Replicant, es la misma empresa quien la ha dotado de un carácter trasgresor sobre su condición misma; no obstante, Rachael carece de conciencia de sí, por tanto carece de conciencia de clase, en términos marxistas. Dadas estas circunstancias, Deckard será una suerte de catalizador de la conciencia de clase en Rachael, de ahí que sea necesario para Rachael que Deckard la obligue incluso a sentir el acontecimiento amoroso (1:08:22). Ahora bien, Deckard mismo es salvado por la carencia de conciencia de Rachael, esto generará que ambos sean capaces de comenzar de nuevo. En definitiva, su triunfo subjetivo amoroso no desarticula al sistema porque es éste mismo quien les concede la capacidad de iniciar de nuevo, de dejar de ser quienes eran y transformar su condición subjetiva. En Twelve Monkeys (1995), de manera simultánea, los enamorados también se rescatan entre sí. James precisa de su locura para poder dejar el mundo donde vive, y Kathryn intenta curar y cuidar el enfermo, al despavorido. Lo interesante es que sin la mediación de los científicos y sin la intervención de la figura estatal, James y Kathryn nunca se hubieran conocido: “Mr. Cole?  My name is Doctor Railly. I'm a psychiatrist.  I work for the County. I don't work for the police. My only concern is your wellbeing, do you understand that?” (12:16). Si el interés último de la construcción de la figura del estado es la preocupación por el bien común, Kathryn ha concretizado no sólo el primer reconocimiento amoroso sobre James, sino que ha virtualizado la necesidad de una figura que se preocupe por el bienestar de todos. Figura que se contraposiciona fuertemente con la estructura social y política representada en el futuro apocalíptico de James Cole, donde las dinámicas son forzosas e igualitarias para quienes son voluntarios a la fuerza. Más allá de desarticular ambos ordenes estatales, el amor de Kathryn y James los vuelven solidarios y complementarios. La futura científico en el ahora narrativo apocalíptico de Cole es la misma mujer que estrecha la mano del Dr. Peter, de ahí que si James hubiera cumplido su misión, la línea temporal hubiese cambiado, pero también habría perdido el encuentro de Kathryn. La contrariedad del amor radica en que soluciona la vida de quienes caen en la configuración discursiva de este acontecimiento, pero no se quebranta el orden establecido. Inclusive, Cole niño debe ser retenido al ver ese acontecimiento que lo conmueve, sus padres evitan que caiga prematuramente en el acontecimiento amoroso. Simbólicamente, serán las figuras de autoridad quienes preparen a James para afrontar este acontecimiento. El amor puede salvar a Cole y a Kathryn en un momento, donde el presente será rearticulado constantemente. Sin embargo, este momento que para los amantes será eterno, paradójicamente valida la condición de vida de Cole en el futuro apocalíptico de donde viene. La realidad se condena por el rescate de la subjetividad amorosa.

Los encuentros amorosos cancelan la posibilidad de salvación de la colectividad representada. En este punto se vuelve crucial dar un vistazo a otra pareja que sí logra desarticularse del sistema y de sí mismos. La pareja de Replicant Roy y Pris se contrapone tanto a Kathryn y James, como a Deckard y Rachael. Estos dos Replicant llevan hasta las últimas consecuencias su condición de marginales, a tal grado que consiguen trasgredir al orden sistemático de sus realidades representadas. Ellos no poseen la misma condición de Rachael, pero sí poseen conciencia de clase. De tal forma, Roy pareciera coincidir con James en su condición de marginal consciente, no obstante, James no lleva hasta las últimas consecuencias su posición discursiva. Solamente al morir ambos, para perpetuar sus vidas y sus acontecimientos amorosos es que su condición es igualada. La excepción existente en este hecho, es la diferencia de perpetuidad que ambos acontecimientos suponen para ambos personajes. Para Cole, su muerte será su sanación para y por sí mismo, pues prefiere encerrar su tiempo subjetivo y simbólico en el acontecimiento amoroso, antes de enfrentarse a la realidad y poder trasgredir el orden, pues le ordenan matar, aunque en realidad la orden era contraria, debía fallar para redimirse con él mismo y con el sistema. Para Roy, su muerte será su propia liberación de oprimido, pero ante su incapacidad de trascendencia opta por ser catalizador en las acciones a emprender de Deckard. Así, el escape de Rachael y Deckard, depende totalmente de la supresión de los esclavos rebeldes, pues gracias a la muerte de los demás Replicant, los amantes pueden comenzar de nuevo. Lo inquietante en estos procesos de formación amorosa, no es que el sistema impere en todo momento, sino que al mediar la mirada y el reconocimiento discursivo, quienes caen en el acontecimiento amoroso pretendan desentenderse de la contundencia performativa del sistema. La mirada abrirá la posibilidad de amar, de reconocer al otro, pero también de rearticular un sistema preexistente y que trasciende a quienes articula y a su acto de amor.



Bibliografía



Amoretti, M. (1983). “Comenzar por el comienzo o la teoría de los íncipit”. Revista de Filología y lingüística de la Universidad de Costa Rica, número 1. URL, http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/filyling/article/view/16135 , el 10 de abril de 2016.
Big Think. (Direccción). (2016) Slavoj Zizek: Events and Encounters explain our fear of falling in love. (VideoClip) En la web en: http://bigthink.com/think-tank/slavoj-zizek-on-on-events-encounters-and-falling-in-love, el 10 de abril de 2016
Cros, E. (2003). La sociocrítica, Madrid, Arco/Libros.
Gilliam, Terry. (Dirección). (1995). Twelve Monkeys [Película].
Scott, Ridley. (Dirección). (1982). Blade Runner [Película]
Zizek, Slavoj. (2005). “The act and its vicissitudes” en The symptom, online journal for LACAN.COM. http://www.lacan.com/symptom6_articles/zizek.html, el 10 de abril de 2016


Lenguaje y silencio [Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano] por George Steiner

$
0
0



¿Cómo debemos valorar la función del lenguaje después de que haya servido para expresar falsedades en los regímenes totalitarios, después de que haya sido arrastrado a la vulgaridad y la imprecisión de las democracias de consumo masificado? ¿cómo responderá el lenguaje futuro a las exigencias científicas de expresiones más exactas, como la matemática o la lógica? Steiner consagra este volumen a la vida del lenguaje a través de los tiempos, desde la Grecia clásica y la edad media hasta los logros siempre inalcanzables de Shakespeare, las luces y sombras de Baudelaire, Kafka, Thomas Mann, Broch o Beckett. Sus reflexiones se centran en las posibilidades de los distintos géneros literarios y en las sacudidas que las complejas energías de las palabras provocan en nuestro mundo. Pero también evoca los límites del lenguaje. Ante los extremos de lo atroz o lo sublime parece imponerse el silencia. Sin embargo, a los seres hablantes el lenguaje impone el deber de transmitir incluso aquellas experiencias que están en el límite de la posibilidad de articularlas.



Viewing all 336 articles
Browse latest View live